EL CATÓLICO EMBAJADOR

A propósito del artículo de mi buen amigo Lino Lagoa, con el, en mi opinión, excesivo título de “Dales caña, ZP”, que se mantiene (y propugna) en una línea de laicidad beligerante (vid. “Sobre laicidad y laicismo”, Gregorio Peces-Barba Martínez, El País, 19/09/2007); aprovecharé la ocasión para referirme a un reciente artículo, publicado en el País, (27/11/2007), titulado “Tarancón, el trono y el altar”, firmado por D. Francisco Vázquez y Vázquez, actual embajador en el Vaticano.

La idea básica del artículo del Sr. Vázquez es muy simple (y, ya, repetida hasta la saciedad): no debemos ignorar u olvidar la contribución fundamental de la Iglesia católica –“el altar”–, junto con la corona –“el trono” – a la conquista de la democracia y la libertad de la que hoy todos plácidamente disfrutamos (incluso, “abusamos”). (El Sr. Vázquez seguro que se quedó con ganas de añadir –yo lo hago por él– el tradicional: “de bien nacidos es el ser agradecidos…”.) Incuestionable pedigrí que deslegitimaría, ab initio, cualquier cuestionamiento (por supuesto, de la izquierda) o duda sobre los actuales planteamientos (¿antidemocráticos?), no sólo espirituales, sino, también, muy terrenales (políticos) de la “intocable” Iglesia católica española. Si mi corta inteligencia no me engaña éste es el “marco fundamental” (Lakoff) en el que se mueve el discurso de nuestro embajador ante el Vaticano.

Termina su artículo, nuestro católico embajador, con una fraternal admonición –o virtuosa y caritativa reprimenda – a la izquierda (por cierto, sólo a la izquierda; en la que se supone, él militaba, hasta ahora) en el sentido de huir en este tema de prejuicios, maniqueísmos, posturas preconcebidas, generalizaciones,…, contra la iglesia.

Pues bien, y por supuesto con todo el respeto a la alta dignidad que representa el Sr. VÁZQUEZ, en primer lugar, en su artículo no dice nada que no hayan oído, a estas alturas, hasta las porteras (con todo mi respeto por esas venerables señoras; v.gr., lo de la “famosa homilía de Tarancón” en los Jerónimos se estudiaba en 1º de derecho hace más de veinte años).

En segundo lugar, se nota que el embajador es un buen aficionado a la novela histórica, genero de gran popularidad en la actualidad, y contra el que no tengo nada (me ha deparado algunas tardes inolvidables), pero poco serio cuando se habla públicamente de estos temas y, sobre todo, cuando el que habla –paradojas del destino– es nuestro presente embajador ante la Santa Sede. Novela histórica: tendencia a la personalización, interpretación sobre presupuestos subjetivos de movimientos históricos sociales con causalidades complejas, guión simplón, abuso de los juicios de valor y de intenciones, de los lugares comunes, desconocimiento de los procesos históricos estructurales, visión unilateral, etc.

En tercer lugar, le diría al Sr. Vázquez, que la democracia y la libertad, el pueblo español no se las debe a nadie; en todo caso, a sí mismo. Aparte de una burda tergiversación histórica –aunque, relativamente, repetida–, es un insulto a la mayoría de los españoles, que tuvieron que soportar y luchar durante cuarenta años contra una asquerosa dictadura (muchos perecieron en el camino) sin poder disfrutar, precisamente, de esa libertad, venir ahora con “la historia” de esa especie de “deuda de gratitud histórica”, precisamente, con el “trono” y el “altar”. En cuanto al “altar” (del “trono” trataremos otro día, si hay ocasión): ¿hablamos del cardenal Goma, primado de España, y su “santa cruzada”, Sr. Vázquez?, ¿hablamos de la caritativa “asistencia religiosa” por parte de diligentes (y fanáticos) sacerdotes a los detenidos, torturados y, en muchos casos, fusilados, en los centros de detención?, en definitiva, ¿quiere que hablemos de una sociedad, durante decenios, totalmente atenazada y enclaustrada a nivel ideológico y moral por un asfixiante oficial nacionalcatolicismo? Como usted dice, Sr. Vázquez, “la historia es la que es”.
Es cierto, y los que hemos leído un par de libros de historia lo sabemos, que el cardenal Tarancón representó a un importante sector aperturista y conciliador, al socaire del Concilio Vaticano II, en la iglesia española. Otra cosa, es que ese sector fuese mayoritario, o que representase a los sectores más influyentes relacionados con el régimen franquista (de ahí el famoso: “Tarancón al paredón”). No por casualidad, los últimos años del franquismo se caracterizaron en este ámbito por una soterrada fuerte tensión entre el “régimen” (básicamente, más papista que el Papa) y el Vaticano. Manifestada en el interior en múltiples conflictos con determinados sectores de la iglesia (expulsión de obispos vascos, censura de determinadas homilías, los denominados “curas obreros,…).
Pero lo que está claro es que en la actual iglesia española predomina (cada vez más) un sector inmovilista y retrógrado, anclado en una ortodoxia rígida, en perfecta sintonía con los planteamientos revisionistas del Concilio Vaticano II, iniciados en el pontificado de Juan Pablo II y reafirmados por su sucesor, el actual pontífice Benedicto XVI. Recordemos que en una reciente y beligerante manifestación en Madrid, en defensa de la “familia cristiana”, Benedicto XVI, intervino a través de video conferencia en la misma, y no precisamente para alabar al gobierno al que representa el Sr. Vázquez. Sin embargo, según el Sr. Vázquez, se trata tan solo de “algunos” obispos, que en ningún caso representan la postura mayoritaria de la iglesia española y, por supuesto, la oficial del Vaticano. Curiosa interpretación, que va en contra de la expresada por la mayoría de los especialistas en la materia y, sobre todo, contra lo constatado todos los días en las pastorales y no tan pastorales medios de comunicación afines a la iglesia católica oficial.
Sinceramente, y para concluir, no puedo dejar de hacerme un par de preguntas: ¿el Sr. Vázquez, es un embajador católico de España en el Vaticano o es un católico embajador del Vaticano en España? ¿Hasta cuándo…?
JONÁS

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Jonás:

Supongo que pretenderá ser las dos cosas, lo malo es que con la Curia de la Iglesia no caben contemplaciones, de acuerdo co que hay Iglesia más allá de la curia, pero quienes dan la murga día sí y día también son los de la puñetera curia. Yo no les niego su derecho a expresarse, a decir incluso las estupideces que habitualmente dicen cuando imparten moral, allá cada cual, a lo que me resisto es a que sigan jugando con las cartas marcadas. Lo decía el otro día Juan Luis Cebrián, el laicismo tiene que ser radical y el de ZP es tibio, y tiene que ser radical porque la pretensión de vaciar lo público de elementos religiosos es esencial para garantizar la pluralidad religiosa, o es que todavía no tenemos claro que la Iglesia de Roma juega en España con ventaja respecto a las demás confesiones. El gobierno, al amparo de la Ley Orgánica de Protección de datos, debería de poner en marcha un procedimiento rápido y efectivo para que cualquier feligrés pudiera darse de baja de su Iglesia de manera automática, entonces hablaríamos de censos y veríamos cuál es el censo real de católicos es este país. Por ello hay que ser laicista radical, porque yo no tengo por qué pagar más impuestos ya que de cada 100 € que yo pago de impuestos al Estado, un católico que marque la cruz en la declaración ingresa la misma cantidad reducida en su aportación a la Iglesia, es decir dedica menos esfuerzo tributario que yo, ya que dona a su credo dinero que a mí el estado no me condona.

Anónimo dijo...

¿todavía no apareció el friki por aquí?, tiempo al tiempo

Anónimo dijo...

Realmente es desalentador que, 229 años después de la toma de la Bastilla y todo eso, nos interroguemos sobre la conveniencia o inconveniencia del divorcio exprés y de la educación para la ciudadanía y Rajoy prometa que si gana las elecciones creará un ministerio de la familia.
Desde mi punto de vista, sería mucho mejor crear un ministerio del amor o de la buena cocina, por citar solo 2 materias que me parece que merecen mucha más protección que la familia, la cual, como fenómeno más o menos espontáneo y natural, no necesita defensa de ningún tipo.

Otro apasionante debate de tipo lisérgico es el de la letra del himno nacional. ¿En estas cosas gastamos nuestra energía democrática? No cabe duda de que el cerebro reptiliano estará siempre ahí, bajo la superficie.

Y en cuanto al embajador, tiene sus motivos estrictamente personales para decir lo que dice, o sea,que se debe contemporizar con los sectores "blandos" de la iglesia española, que remonta a Tarancón y que sería un error no hacerlo, aparte de que la Izquierda tiende a ser mala con la Iglesia sin justificación (esto lo dice con sordina pero lo dice).

La verdad, yo no veo absolutamente ninguna ventaja electoral en esa línea. Más bien mantener una tensión inteligente con la iglesia puede dar rédito de cara a las elecciones. Claro que yo no soy católico, mis relaciones con el Dios de los católicos son muy frías y, a lo mejor, se me escapa algo que a él (al embajador, digo) no.

LUZ Y RAZÓN

Anónimo dijo...

Vázquez hace lo que tiene que hacer y ya esta. No es recomendable que el embajador de España en el Vaticano manifeste odio hacia el vaticano. Los embajadores no se nombran para provocar follones entre las Naciones sino para evitarlos desde el hacercamiento de posturas moredaras. Imaginaros a nuestro embajador en Francia hablando del papel de las empresas multinacionales “gabachas” que arrasan con el pequeño comercio de nuestra Nación y a cambio entregan mendrugos de pan a los ciudadanos españoles que ocupan sus precarios puestos de trabajo de quita y pon. Semejantes declaraciones acarrearían una crisis diplomática. Por favor, hablo de cosas simples. El nombramiento de Vázquez es un acierto y su actuación es un ejemplo.

La influencia de los papas de Roma a menguado paulatinamente a lo largo de los siglos, en algunos países de nuestro entorno su poder es casi nada. Es cierto que en España las cosas van más lentas, que tienen un pasado vergonzoso, que se sumaron a la horda facha y que con una mano te daban una hostia y con la otra bendecían los pelotones de fusilamiento que asesinaron miles de socialistas anticatólicos y también es importante, a miles de socialistas católicos como Vázquez. Lo que no puede hacer Vazquez es en nombre de sus camaradas asesinados enfrentarse al vaticano abiertamente promulgar el laicismo y luchar por colocar al poder sacro en su sitio. Los muertos ya están muertos que le vamos a hacer. Si eran compañeros de partido y de trinchera, si murieron por la libertad luchando hasta el último suspiro contra las falanges nacionalcatolicas pues hay que decir que fueron otros tiempos aunque duela. ¿Que ganamos con el enfrentamiento? Seamos realistas, las relaciones internacionales no se fundamentan en recordar lo que pasó hace medio siglo. Francia y Alemania son, hoy por hoy, naciones hermanas. Alemania e Israel se sientan en la misma mesa para llorar a los muertos. El perdon entre los pueblos es el terreno que abona los futuros. Vamos a dejarnos de lugares comunes, sensiblerias y lealtades que muy pocos importan a estas alturas del partido. España y el Vaticano son naciones hermanas y son millones y millones los ciudadanos españoles y católicos practicantes que todos los domingos acuden a Misa, cada día más y por algo será.

Pero ahora que recuerdo. ¿En Alemania el partido nazi es ilegal? Yo que sé. Cada pais tiene su historia, la que se merece.

Anónimo dijo...

Hombre, Torquemada, parece evidente que no se trata de enfrentarse a la Iglesia ni de quemar curas y monjas, de lo que se trata es de que este gobierno ha sido notablemente tolerante y comprensivo con la Iglesia y de que ahora vienen diciendo que si el divorcio exprés atenta contra la familia, que Bernat Soria es un asesino y que hay que eliminar la legislación sobre el aborto.

Vamos, que se echan en manos del PP y, porque al PP le conviene electoralmente, deciden a 3 meses de las elecciones que el PSOE se quiere cargar a la familia y a la cristiandad. Evidentemente, como Vázquez, hay miles de socialistas católicos y hay que respetar sus creencias, por ilógicas que puedan parecernos, pero eso no debe ser incompatible con defender:

a) que el estado debe ser perfectamente laico, cosa que no es todavía, y que cuanto menos laico sea menos democrático es, por razones fácilmente comprensibles.

b) que el Psoe no puede quedarse cruzado de brazos mientras le acusan de algo tan absurdo como atentar contra la vida y la familia casi en plena campaña electoral.

Y vuelvo a insistir, cada socialista tendrá las creencias religiosas que tenga pero forman parte de su esfera privada y no es aceptable que tengamos que pedir perdón a una serie de señores con sotana mientras dicen barbaridades o que tengamos que tener algún tipo de complejo de culpa con los católicos españoles. Faltaría más...
El enfrentamiento no lo ha empezado el Psoe, lo han empezado ellos, la "facción clerical", como dice Ridao, y ahora se trata de cómo gestionarlo. Para algunos, como el embajador,contemporizando. Para otros, entre los que me cuento, poniendo en evidencia la absoluta ilegitimidad de sus posiciones y, si se encabronan un poquito y sueltan algún disparate de esos que se les escapan, como lo de que los niños van provocando, mejor para el 9M.

Anónimo dijo...

Con la Iglesia hemos topado.
El Sr. Embajador siempre ha mostrado una gran habilidad para llevarse bien con las fuerzas vivas y con lo más granado de la sociedad, así que creo que su elección como embajador en la Santa Sede fue muy acertada.
Lo de ser buenos con la Iglesia porque, pobriños...no lo comparto, pero él sabrá por qué lo dice, creerá que un embajador tiene que hacer declaraciones, aunque tenía entendido que lo que hace un embajador es mantener buenas relaciones con todo el mundo y transmitir lo que le dice el gobierno, pero estaré equivocado.

Anónimo dijo...

"El embajador de España ante el Vaticano atribuye a "un calentón" la intervención del secretario de organización del PSOE acerca de la manifestación en favor de la familia."(...)
Según el diplomático, esa concentración recibió una "respuesta desmesurada por sectores empeñados en una cruzada anti-Iglesia" y que algunas manifestaciones, como la del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, fueron fruto de "un calentón".consideró que hubo ciertas declaraciones de dirigentes del PSOE, como las del número dos de los socialistas, tras la concentración del 30 de diciembre que fueron fruto de "excesos verbales"(...)
al tiempo que consideró que a "algunos miembros" de la jerarquía eclesiástica "no les vendría mal" evolucionar. (..)
"Hubo excesos, después hubo excesos intencionados en la respuesta a aquel acto, porque hay sectores y personas con nombres y apellido concretos que están empeñados desde hace tiempo en una cruzada anti-Iglesia, que intenta relegarla a una oposición de silencio", señaló.(...)
Respecto al Papa Benedicto XVI, Vázquez afirmó que en España se manipula la información y que en este sentido hay muchos intentos de presentarle "como un hombre retrógrado y reaccionario". y a su juicio, es un "gran intelectual" como lo demuestran sus obras.

Como todo el mundo sabe la Iglesia Católica en España es una Iglesia perseguida, marginada, ninguneada, pisoteda y hasta mancillada, y el anticlericalismo rampante no hay dios que lo soporte.
Menos mal que tenemos a este pintoresco embajador al frente de esta embajada, pues sino, en Roma, Benedicto XVI, tendría que volver a las catacumbas, donde se ocultaban los cristianos pereguidos.

Menos mal que este "pintoresco" embajador-en palabras de Javier Pradera en en El País-está donde está, matizando y clarificando a los confusos socialistas que, indigestos de tanto laicismo masón, andan perdidos y confundidos, tanto en lo ideológico como en lo personal, y que no saben, pobriños, el inmenso bien que la Iglesia Católica ha aportado a la cultura, la economía, la sociedad y la identidad española. Ya lo dijo hace tiempo Franco, caudillo por la gracia de dios, los rojos eran la mismísima encarnación del diablo. Amén.
Y yo que creía que en lo que se refiere a ideología, ciertos socialistas se iban desprediéndose de sus miedos y complejos y sus tics timoratos. Lo dicho por algunos en este foro produce vergüenza ajena, menos mal que ornitólogo lo deja bastante claro...

Anónimo dijo...

Estaba yo recordando los versos de una amigo poeta, tristemente fallecido hace ya muchos años-tuvo una “muerte romántica-”-apenas veinte años-, con motivo del artículo de Juan Luís Cebrián en El País sobre supuesta tibieza del Gobierno con respecto a la Iglesia Católica y su desmesurado afán opositor a las políticas diabólicas aprobadas por Zp durante esta legislatura que ahora acaba y donde los ensotanados sabuesos preconciliares han gritado más de lo previsto por cierto embajador del vaticano en el vaticano-no hay errata.

Decía mi amigo: “Los sueños son circunferencias perfectas,/o estás dentro o estás fuera/ igual que el sexo de una mujer/imposible merodearlo/ sin hundirse en él”.

Pues, lo mismo con la Iglesia: o estás dentro o estás fuera, no vale estar con un pie dentro y la mano fuera, porque ya sabemos lo pecaminosa que puede ser una mano o…las dos!

Llegados a este punto el problema no existe en el caso de una persona que sea en la esfera política, digamos, socialista y, en la esfera privada, católico, budista o un nihilista radical de la playstantion. Son cosas absolutamente compatibles, ya que se trata de dos niveles de actuación completamente diferentes. También tranquilamente se puede ser fashion victim y presidente del APA del Colegio Público de tu barrio y aquí estoy yo para servirle, camarada..

El problema reside en que hay socialistas-o mejor dicho, antiguos guerristas-que en la esfera personal son socialistas-cenas y meriendas de partido, amén de alguna verbena de confraternización-cuidado con hundirse en el sexo de la mujer del poema- y en la esfera pública son católicos, apostólicos y romanos, con todo lo que lleva eso aparejado: cierto afán de hablar urbi et orbi, cierto tufillo evangelizador, cierto prurito sermoneador y a multiplicarse ante la prensa como si del milagro de los panes y los peces se tratará.

En fin, que en mi pueblo a esto se le llama tener una torrija descomunal.

Después tenemos que leer ciertas cosas que nos llevan a penosas conclusiones: a muchos socialistas les hace falta con cierta urgencia leer a Popper y a algunos liberales radicales para que no sigan confundiendo la gimnasia con el magnesio en lo que a las relaciones Iglesia-Estado se refiere. Las empanadas mentales pueden ser de atún o berberecho, pero son, se mire como se mire, empanadas mentales.

Y una cosa es que la democracia tenga cuatro o cinco añitos, y que el ruido de sables forme todavía parte del atrezzo y otra, muy otra, que todavía sigamos siendo perritos falderos de un Rouco más que crecido y que, al menor descuido, nos siga dando con el capirote en la cabeza y encima vayamos a la profe a chivarnos del mamporro.

Porque no estaría de más recordar que la aconfesionalidad del Estado, recogida con cierta timidez por la CE, es un punto de partida para crear una sociedad abierta y realmente democrática y no el final de un penoso trayecto. Los poderes públicos no deben entrometerse en las creencias de los ciudadanos, pues éstas, las creencias, pertenecen al ámbito de la conciencia individual de cada uno y si el rebaño perplejo de Rouco Varela y Benedicto Ratzinger anda de capa caída es problema suyo y enteramente suyo y un Estado y un Gobierno deliberadamente sesgado hacia una u otra creencia está violentando las conciencias y las creencias de los que hace tiempo no formamos parte de la grey católica ni falta que nos hace.

Una cosa es cooperar con la Iglesia o cualquier ONG en pos de tal causa humanitaria y otra, muy otra, comulgar con ruedas de molino y eso parece decirnos cada mañana desde su púlpito el embajador del vaticano en el vaticano, pues cuando afirma “No estoy de acuerdo con una separación absoluta entre Iglesia y Estado. La Iglesia en España juega un papel cultural, histórico y de vertebración social que tenemos que reconocer y respetar.” EL PAÍS, 4 de Enero de 2008. Y mi prima que es maestra, también juega un papel cultural, historico y de vertebración social, no te jode.

Lo que está en discusión no es el papel histórico de la Iglesia sino ciertas “funciones” que el Estado ha delegado históricamente en la Iglesia porque tristemente y débilmente los titulares de ese Estado-reyes, dictadores, etc.- así lo impusieron, pues confundieron su conciencia-lo privado con lo público, con lo cual volvemos a la primigenia torrija descomunal típica de monaguillos inmaduros que le tienen pánico a crecer.

Finalmente a uno le entran ganas de gritar postrado en la cruz,-vaya cruz tenemos con el tema-, aquello de: Pablo Iglesias, Pablo Iglesias, por qué nos has abandonado…tan rápidamente!!!

Anónimo dijo...

Acabo de leer lo que dice Paco Vázquez del "calentón" de Pepe Blanco y creo que el embajador está abusando de algún psicotrópico porque va encadenando declaraciones de este jaez cada 4 o 5 días y me parece francamente excesivo.
Tal vez, ya que no tuvo la oportunidad de estar 5 o 6 añitos opositando al cuerpo diplomático, debieron haberlo mandado a algún destino menos agitado como por ejemplo, de agregado cultural Kuala Lumpur o algo así.
Que se calle..........o que lo hagan obispo de LA Coruña de una puta vez, así será feliz viendo colmadas todas sus aspiraciones.

Anónimo dijo...

No seáis tan duros con Vuecencia, parece a veces que olvidáis que Paco Vázquez es ante todo embajador de sí mismo por el mundo y no hay que darle más vueltas al asunto. Paco es un socialista esquizofrénico producto de una época muy concreta, no hay que alarmarse. En su confusión educativa se le escapa que efectivamente se puede ser socialista y católico, pero que el catolicismo de un socialista será siempre y necesariamente el de los evangelios, no el de la Iglesia, y menos el de esta Iglesia. Bebió mal de sus fuentes republicanas y olvidó el radical laicismo que cualquier socialista debe defender, algo no incompatible por cierto con ser cristiano, en eso Paco lleva un despiste descomunal, le sigue impresionando el "poder" de la Iglesia más que otra cosa, o es que olvidáis que Paco es un hombre de poder por definición y que ese poder eterno e inmutable suele estar en la derecha y en la Iglesia. Con esos mimbres urdió su cesto mental, es un izquierdista muy particular pero izquierdista al fin y al cabo eso sí su versión del asunto la comparte en solitario, por eso su desaparición de la política coruñesa no ha dejado huella alguna, salvo su carisma electoral por supuesto. No debemos tampoco de olvidar que gran parte del plus electoral que Paco supuso durante muchos años para el PSOE coruñés bebía de su carisma y capacidad, no de sus ideas, por lo que mejor no le demos mayor importancia a sus reflexiones y recordémoslo como aquel que fue durante un tiempo un gran alcalde.