Paul Valery dejó escrito que “la verdad está en los matices”. La izquierda necesita articular un discurso económico matizado como la realidad que aspira a manejar, un discurso que compatibilice los tradicionales parámetros de equidad (justicia social, tradicional punto fuerte) y eficiencia (optimización económica, punto débil según los críticos neoliberales) con el más novedoso e imprescindible parámetro de la sostenibilidad.
Eficiencia. Una palabra que la izquierda debe conjugar con amplitud. Dejar a los neoliberales su monopolio teórico es un lujo imperdonable. Hemos asumido ya que subvencionar sectores en declive, además de estar prohibido por la normativa comunitaria, es ineficiente desde el punto de vista económico, aunque parezca tentador desde una miope perspectiva electoral. Es mucho más inteligente diagnosticar aquellos sectores económicos estratégicos (en línea con lo que Michael Porter llama “iniciativas estratégicas”) y concentrar en ellos recursos apoyándolos de todas las formas posibles y lícitas, incluyendo la dotación de infraestructuras, la toma de participaciones financieras a través de capital riesgo público o la elaboración de programas focalizados de I+ D+ I. Eficiente es liberalizar lo liberalizable, reducir cortapisas a la competencia, barreras de entrada, burocracia injustificada.
Eficiencia. Una palabra que la izquierda debe conjugar con amplitud. Dejar a los neoliberales su monopolio teórico es un lujo imperdonable. Hemos asumido ya que subvencionar sectores en declive, además de estar prohibido por la normativa comunitaria, es ineficiente desde el punto de vista económico, aunque parezca tentador desde una miope perspectiva electoral. Es mucho más inteligente diagnosticar aquellos sectores económicos estratégicos (en línea con lo que Michael Porter llama “iniciativas estratégicas”) y concentrar en ellos recursos apoyándolos de todas las formas posibles y lícitas, incluyendo la dotación de infraestructuras, la toma de participaciones financieras a través de capital riesgo público o la elaboración de programas focalizados de I+ D+ I. Eficiente es liberalizar lo liberalizable, reducir cortapisas a la competencia, barreras de entrada, burocracia injustificada.
Nuestras asignaturas pendientes en la materia son variadas: un sistema fiscal que genera unos elevados costes fiscales indirectos, posibilita la evasión fiscal y produce desequilibrios entre comunidades autónomas ( Impuesto de Sucesiones) fomentando deslocalizaciones fiscales. Una maquinaria judicial desbordada. Un sistema educativo a años luz de la realidad laboral. Una administración escasamente productiva. Frentes de una guerra que la izquierda no puede dejar de librar.
Equidad. La derecha suele argumentar (al menos en privado) que la defensa del estado de bienestar es un lastre para las cuentas públicas. En realidad hay otros factores mucho más nocivos para el presupuesto, máxime si tenemos en cuenta que el porcentaje de gasto social en España era, a principios de 2007, de un 65% del promedio de la UE 15. En primer lugar, el fraude fiscal. Los estudios disponibles, todos de la UE, lo sitúan en el 23% del PIB, frente al 13% de la UE 15. Un margen muy amplio para financiar mejoras sociales o incluso bajadas de impuestos, si se consigue situar la cifra en la media europea. La Administración fiscal dedica menos de un 15% de su plantilla a combatir el fraude, según datos de la AEAT.
En segundo lugar, un cierto descontrol del sector público derivado, en buena medida, del hecho de que, en España, la función de control de la gestión pública encomendada a la Intervención General del Estado y a las Intervenciones Autonómicas se queda, en la práctica, en un mero control de legalidad, haciendo dejación del control de eficacia y eficiencia previstos en el art. 69 de la Ley General Presupuestaria. Este descontrol se localiza también en el desbarajuste de la financiación local (en Galicia, con 315 concellos, nos afecta más que a nadie).
Equidad. La derecha suele argumentar (al menos en privado) que la defensa del estado de bienestar es un lastre para las cuentas públicas. En realidad hay otros factores mucho más nocivos para el presupuesto, máxime si tenemos en cuenta que el porcentaje de gasto social en España era, a principios de 2007, de un 65% del promedio de la UE 15. En primer lugar, el fraude fiscal. Los estudios disponibles, todos de la UE, lo sitúan en el 23% del PIB, frente al 13% de la UE 15. Un margen muy amplio para financiar mejoras sociales o incluso bajadas de impuestos, si se consigue situar la cifra en la media europea. La Administración fiscal dedica menos de un 15% de su plantilla a combatir el fraude, según datos de la AEAT.
En segundo lugar, un cierto descontrol del sector público derivado, en buena medida, del hecho de que, en España, la función de control de la gestión pública encomendada a la Intervención General del Estado y a las Intervenciones Autonómicas se queda, en la práctica, en un mero control de legalidad, haciendo dejación del control de eficacia y eficiencia previstos en el art. 69 de la Ley General Presupuestaria. Este descontrol se localiza también en el desbarajuste de la financiación local (en Galicia, con 315 concellos, nos afecta más que a nadie).
La optimización de la gestión pública debería permitir que se financiasen gastos absolutamente necesarios desde una óptica de justicia social sin merma de ninguna magnitud presupuestaria. Tal vez deberíamos plantearnos gastar menos en las fiestas anuales de cada pueblo y subir más las pensiones. O enriquecer el manido lema del “empleo público de calidad” con el adjetivo “productivo”. A mayor abundamiento, las decisiones de inversión se toman demasiadas veces con criterios alejados de cualquier análisis coste-beneficio mínimamente riguroso. Hay infraestructuras enormemente costosas que no tienen justificación desde una perspectiva económica ni social, por no hablar de la medioambiental. ¿Era necesaria una autovía Orense-Santiago que es la menos transitada de España? ¿Puede explicarse en un país cuyos mecanismos de control funcionan regularmente que se haya podido producir un fenómeno como la Ciudad de la Cultura? Cada euro que se malgasta en estos conceptos es un euro que no recibirá un colectivo necesitado o que no se invertirá en una obra realmente necesaria.
Finalmente, en cuanto a la sostenibilidad, de ella hablaremos próximamente.
ANISAKIS
Finalmente, en cuanto a la sostenibilidad, de ella hablaremos próximamente.
ANISAKIS
12 comentarios:
Totalmente de acuerdo contigo, anisakis. La izquierda necesita urgentemente despojarse de toda esa guardarropía formada por la mitología de ciertas ideas trasnochadas. El Estado y la Administración-las administraciones (local, autonómica, estatal)-deben buscar siempre la eficiencia en el gasto. El gasto productivo genera riqueza, y la riqueza más ingresos fiscales. Este circulo virtuoso es el que garantiza el progreso social. El problema está en el conservadurismo de izquierdas. Esta enfermedad afecta a más dirigentes de lo que pensamos. El regalo fiscal de los 400 € no es un gasto fiscal productivo, por mucho de que nos hablen de que al activar el consumo activa la economía. Lo positivo de la “crisis” actual del modelo de crecimiento económico basado en el ladrillo, es que pone encima del tapete la necesidad ineludible de buscar nuevos parámetros de eficiencia que rijan la actividad económica. Y eso se basa en dos variables: más productividad y más competencia, amén de considerar como factor ineludible la variable sostenibilidad.
De acuerdo con ambos, la izquierda debe de sacudirse de encima muchos mitos desfasados, mitos que son empleados demagógicamente por la derecha contra nosotros, pero que ciertamente forman parte del acervo político del conservadurismo ideológico de mucho izquierdista. La Administración Pública española es ineficiente (generalización que admite por supuesto muchas excepciones)se duplican funciones, se sobrepagan algunos puestos, se infrapagan otros, sobran funcionarios en unos destinos, faltan en otros, el absentismo y las bajas son muy elevados y el índice de desmotivación es preocupante. Los servicios sociales dejan mucho que desear, el mercado de alquiler de vivienda no es competitivo. La izuqierda debe de apostar por elevados servicios con los impuestos mínimos necesarios para sostenerlos y ello sólo puede cuadrarse con eficiencia. La izquierda debe de alejarse de los demagogos y buscar a los más capaces para regir la cosa pública. No podemos consentir que se imponga el mito de que la derecha es garantía de eficacia económica. No podemos defender subidas generalizadas de salarios bajo la premisa de que el acceso a la vivienda es prohibitivo para un trabajador (con los efectos inflacionistas y de pérdida de competitividad que ello implica) cuando lo que hay que abordar es una política de protección a la vivienda como objeto social por excelencia, abandonar el concepto de vivienda/patrimonio y abordar con imaginación el de vivienda derecho social, no hay por qué ser propietario si uno tiene garantizado un mercado de alquiler accesible. Lo mismo es aplicable a la educación, la sanidad (aquí cualquier problema sanitario se resuelve subiendo sueldo al personal, ¡escandaloso!, lo último en Galicia, los médicos sin exclusividad que quieren cobrar el plus de exclusividad .. de coña)y así podemos seguir con ejemplos hasta aburrirnos ...
Un dato a tener en cuenta: tanto en Honkong como en Singapur el 100%del suelo es de propiedad pública y se trata de dos territorios de un dinamismo económico envidiable.
La verdad es que la cantidad de dinero que gastamos en España en cosas que no tienen justificación es demasiado grande. Demasiadas veces se hacen obras que nadie se explica, como el famoso millenium, por hablar de algo cercano. Además los funcionarios se quejan siempre de sus sueldos pero los que no tenemos la suerte de ser funcionarios sabemos lo que cuesta ganar esos sueldos en el mercado laboral que tenemos y encima te despiden a la mínima. Nadie dijo nada de esas cosas en la campaña electoral. Opino como el artículo que cada euro que se tira es un euro menos para alguien que lo necesita y no se debería permitir.
Hola a todos:
Quiero aprovechar para felicitar al PSOE que arrasó literalmente en el CERA, aunque no suponga un cambio de escaños en Coruña, pero al menos permitirme felicitar a Javier Losada y al resto de compañeros por el éxito.
Efectivamente,los resultados del CERA muestran un cambio de tendencia importantísimo en Galicia, el mismo al que apunta el reparto de votos del domingo: las autonómicas se ganarán con mayor holgura que en el 2005 y el Psoe y el Bng repetirán gobierno si siguen siendo capaces de entenderse, algo que el presidente Touriño daba por asumido en la última entrevista que concedió al País antes de las elecciones.
Enhorabuena a todos.
Yo no creo que la izquierda defienda una administración pública "no eficiente", no he visto a ningún lider actual restándole importancia a tal cosa.... sin embargo las diferencias entre izquierdas y derechas siguen estribando en su cosmovisión de la realidad.
En cuanto a Autovías fantasma, y economías del ladrillo... una pregunta sería si detrás de toda esa economía movida por la inversión pública, no se esconde la incapacidad del INEM y las políticas activas de empleo de reorientar el mercado laboral a otros sectores, en caso de ir cortando el grifo de la economía del cemento.
De hecho, fue curiosamente Izquierda Unida la que empezó a hablar de la necesidad de realizar políticas de empleo en ese sentido... lo cual demuestra que, como en no pocas ocasiones, la izquierda suele mostrar, sin perder un ápice de coherencia ideológica, posiciones realmente responsables en este terreno.
A lo mejor tendría que ser la derecha la que tendría que revisar parte de sus propuestas en el terreno económico. Puede que haga algún artículo sobre ello, comparando distintos modelos con cifras oficiales :-).
Saludos. M.N.R.
Estimado MNR: las políticas de empleo están bien pero no se puede reorientar una economía con ellas. Es decir, lo que determina el empleo de una economía, principalmente, es la demanda laboral de las empresas y no las políticas de reciclaje profesional que se puedan realizar por parte de la administración. Si una sociedad dedica una parte sustancial de su capacidad productiva en hacer casas, la única forma de reorientarla cuando se frena ese sector es potenciando aquellos otros que puedan sustituir la generación de empleo perdida en el primero.
Eso pasa por diagnosticar aquellos sectores que tienen un mayor potencial, definir sus debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades y fomentarlos, creando las condiciones adecuadas para que florezcan, impulsando su competitividad. Un ejemplo exitoso de este tipo de política, en España, lo tenemos en el País Vasco, en el que se diseñó desde mediados de los 80 un plan integral (y transversal) de dinamización de lo que en aquel momento era una industria obsoleta, con resultados más que notables. Dicho plan incluyó dejar caer algún sector que se consideró estratégicamente insostenible. Dicho plan estaba basado en la focalización y era lo contrario de la política de "lluvia fina" que practicaron los gobiernos de Fraga, con resultados decepcionantes y con el coste de oportunidad de haber perdido más de una década.
Eso es hacer política económica de largo alcance.Por supuesto otra forma de contrarrestar una crisis económica es incrementar la inversión pública, a lo que no me opongo, pero es política coyuntural y no estructural y no mejora la productividad, que es lo que debe hacer una política económica.
A Pablo:
No se que imagen que puedes tener del "reciclaje laboral", pero no veo viable que se puedan potenciar otros sectores de la economía sin él; no es una condición única, pero sí indispensable, para sustituir unas ramas por otras, y más si hablamos de sectores que requieran trabajo con cualificación, que además (convendrás conmigo) es lo que interesa en la coyuntura actual.
En cuanto a la inversión pública, no veo de qué manera no supone un cambio estructural, si por estructura entendemos la tipología de actividades y la forma de fomentarlas, sin analizar de qué manera, y en qué grado, afecta a la actividad económica la inversión pública, es completamente imposible entender de que sistema económico estamos hablando; seguramente tu me podrías proponer otros elementos de diferenciación entre modelos, pero los dos convendríamos en que el factor del gasto público es otro elemento indispensable más, y a eso me refiero.
En el futuro puedo redactar un artículo acerca del peso de la influencia absolutamente determinante del gasto público relativo en una economía, ya no solo en sanidad o educación (completamente fundamentales) si no en la actividad industrial; el caso norteamericano es más que curioso. Todo ello con datos del FMI, el Banco Mundial y Naciones Unidas.
Si hablamos del País Vasco, hablamos de gasto público, hablamos de una cierta trayectoria de proteccionismo estatal, hablamos de políticas de empleo absolutamente públicas y activas, hablamos de muchas cosas, amparadas por el Estado y por la política llevada a cabo por el PNV durante años, que tienen que ver mucho con lo que yo digo.
En Galicia, por las características del territorio y su influencia en el sector primario, la población y ciertas necesidades electorales, no se ha hecho nunca una política seria en ese sentido, en eso estamos de acuerdo.
En todo caso lo que venía a decir es que los Partidos Socialdemocratas en Europa, aun cuando el marxismo-leninismo estaba en los estatutos de los partidos, hace tiempo que hablar de cierto "mea culpa" ideológico no tiene mucho sentido, y más cuando la derecha tampoco puede dar muchas clases de ciertas conductas en la gestión, y en las cuales, el socialismo democrático ha dado buenas lecciones de buena gestión pública.
Aunque la retórica liberal haya calado en parte, con calma os iré enviando una serie de articulos, con datos oficiales, para ir explicando hasta que punto la derecha no puede dar lecciones de buena gestión... si no más bien todo lo contrario.
Saludiños Pablo!
MNR, no es que la inversión pública como factor anticíclico me parezca mal, ya dije que me parece bien, pero lo que quiero decir es que para cambiar de modelo de crecimiento y hacer frente a los problemas de la economía española (sobre todo, el déficit comercial que alcanza el 10,2% del PIB, lo cual, como sabes, es una barbaridad) no basta con acelerar la inversión en carreteras, AVE, etc.
Hay que hacer esas otras cosas de las que hablo, que incluyen inversión pública pero alineada con una estrategia industrial
orientada al apoyo de los sectores estratégicos. No alcanzo a entender en qué puede favorecer a los sectores estratégicos de la economía gallega la construcción de la proyectada autovía Lugo-Orense.
En cuanto a las políticas activas de empleo, ya digo que también me parecen bien, pero esas políticas solamente pretenden la adecuación de la mano de obra a la demanda de las empresas. Si no hay demanda por parte de las empresas, por mucho reciclaje profesional que hagas, no hay tu tía.
Por otro lado coincido contigo en que las propuestas económicas de la derecha están profundamente erradas, si bien echo de menos la incorporación en toda su extensión del parámetro eficiencia al discurso económico de la izquierda.
Espero que mandes esos artículos para comentarlos porque creo que nos interesarán a todos.
Saludos
Todo ese empleo generado en obra pública y otras cosas, como lo que fue el Plan Labora, no deja de ser empleo subvencionado; es decir, generar demanda donde no lo hay.
Manuel Fraga era especialista en esconder la porqueria debajo de la alfombra, pero no la aspiraba.
El otro extremo, que fue aprobado hace poco en la UE, es aquello de la "flexi-seguridad", es decir, proteger a las personas y liberalizar el empleo, pero incluso esa teoría es cuestionable.
Tambien podríamos hablar de ello.
Además hay que desvelar ciertas hipocresías, como el supuesto boyante mercado de profesionales liberales que surgieron de la nada; muchos jovenes profesionales liberales son hijos y/o nietos de antiguos asalariados que, en otra estructura económica, ahorraron ingentes cantidades de capital con la que ahora pagan los estudios y el arranque de los negocios de sus hijos; vivimos de las rentas de aquel sistema, ¿cuanto durará esa inercia antes de una posible crisis?.
Si no conseguimos crear un suelo estable, de una nueva clase empresarial más o menos sólida, vamos aviados...
Habría que hablar de la integración de los inmigrantes, ¿sigue compensando dejarlos fuera de la sociedad, sin formación?,¿y si ya nos los podemos integrar en el sector primario, con poca formación, porque el sector primario se está deslocalizando?....repito, ¿compensa, es EFICIENTE, la política defendida por la derecha?, yo creo que es destructiva, con todas las letras.
Elaboraré un articulo con cifras en donde se demuestra que los sistemas económicos con mas gasto público relativo consiguen mayores tasas de crecimiento del PIB, a la vez cuestionaré el hecho de que el crecimiento del PIB tenga que generar empleo (lo cual es falso), y terminaré con algunas iniciativas más que aconsejables.
Saludiños.
En relación a la polémica-muy interesante, por cierto-entre pablo y mnr quisiera aportar algunas cosas.
En primer lugar, mnr, nunca los partido socialdemócratas europeos tuvieron o adoptaron el marxismo-leninismo en sus estatutos y/o en su praxis política. De hecho, muchos partidos comunistas son escisiones de los partidos socialistas y los temas de debate de dicha ruptura fueron la adopción del marxismo leninismo y la dictadura del proletariado por parte de aquéllos. Luego, siendo escrupulosos lo único que se le pude achacar a la tradición socialdemócrata es la de asumir la tradición marxista a secas.
Es curioso, pero fue el partido socialdemócrata sueco el primero queen Europa, allá por 1932,asumió la economía de mercado como principio regente de la sociedad moderna. Por algo será.
En cuanto a la derecha, decir que la derecha hace la política económica que favorece a los intereses que representa. La derecha asume la ecuación economía de mercado=capitalismo, lo cual no es cierto. La economía de mercado es más antigua que el propio capitalismo- a este respecto es muy interesante la ultima entrevista a Michel Rocard en El País-.
La izquierda tiene que tener una visión estratégica del progreso social-que no es igual a crecimiento del PIB-. Y dentro de esta visión estratégica está el apostar por políticas publicas-neokeynesianas-que actúen como incentivos al desarrollo económico y social. Gasto público sí, pero con visión estratégica de futuro. Muchas políticas de "formación" son meramente defensivas. Se trata de capacitar más al capital humano: en las empresas y en el sistema educativo. El formar y reciclar a los desempleados no son más que meras políticas de ajuste, necesarias, sí, pero que sólo indican ciertos desajustes entre la demanda y la oferta del mercado laboral, y no representan por sí solas el potencial de crecimiento empresarial de un país, que tiene que ver con la formación del capital humano y tecnológico, es decir, con la productividad y la competitividad de las empresas.
Publicar un comentario