LA CRISIS INNOMINADA

En un entorno de precios del petróleo desbocados resultaba poco aventurado predecir el frenazo económico en el que actualmente nos vemos envueltos; sin embargo la economía mundial se ha pasado los últimos cuatro años sorteando perfectamente bien el encarecimiento del crudo y ha tenido que ser la crisis de confianza financiera la que ha mandado parar.

Puede que al Presidente del Gobierno no le guste mencionar la palabra crisis, ignoro el por qué; reconociendo que su obligación consiste en generar confianza, no creo que por mentar la bicha el enfermo pueda empeorar, antes bien, creo que la confianza en el buen hacer gubernativo tiene por base el que los ciudadanos vean que su gobierno, sin alarmismos, va anticipándose en el diagnóstico de la situación, sólo así puede mantenerse la certeza de que hay un firme control de la situación.

El Partido Popular falta a la verdad cuando achaca al gobierno la responsabilidad de la crisis en la que estamos inmersos. Si alguna culpa de la actual situación puede achacarse a la actuación española, ésta sería mínima y desde luego relacionada con el apoyo del anterior gobierno popular a la guerra de Irak, que sirvió de combustible en la actual hoguera que es Oriente Medio con su correlativa incidencia en el alza de los precios. Como ejemplo de última hora baste ver la ebullición de los mercados de futuros ante las amenazas iraníes de cortar la navegación por el Golfo, un Irán que libre ya de su habitual contrapeso en la zona tras la invasión americana, campa a sus anchas como la principal potencia de la zona.

Pocos dudan ya de que la guerra de Irak respondió sobre todo a las necesidades negociales de la industria de armamento y sobre todo logística norteamericana, el gran negocio de Halliburton y los ejércitos privados de pacificadores. Se trata de una eficaz estrategia, la de la desestabilización mundial bajo el patrocinio de la mayor potencia del globo, que está redondeando el mayor negocio de los últimos tiempos, el de los mercados de futuros. La lógica capitalista juega ahora con el petróleo que va a consumirse a un plazo y lo mismo se hace con las materias primas varias, alimentos etc …

Por ello hace mal Zapatero en negarse a admitir la crisis, porque ésta existe y no por culpa suya, sino de los enormes errores de funcionamiento que un mercado capitalista dejado de la mano de los neocons ha producido; hay una crisis de funcionamiento del sistema de mercado y a ZP le convendría airearla para explicar la situación, no olvidemos que siendo cierto que España está a punto de entrar en recesión no lo es menos que lo mismo le ocurre al Reino Unido y a la mayor parte de las economías punteras del mundo que todavía no lo están. En la base de todo el problema se encuentran el incremento de la demanda por parte de las economías emergentes, así como en la falta de una normativa internacional eficaz que ponga límites a la rentabilidad de los mercados de especulación. Actualmente junto a la existencia de una severa crisis internacional de financiación, coexisten ingentes flujos financieros plenamente inmersos en la economía especulativa de los mercados de futuros, mercados que en parte se retroalimentan con la inestabilidad geopolítica que de un tiempo a esta parte ha resurgido al socaire de los Bush, Cheney y Aznar.

Difícilmente puede Rajoy repartir culpas puesto que ZP se ha dedicado durante estos últimos cuatro años a hacer lo mismo que el PP los cuatro anteriores: dejar hacer al mercado, apuesta segura en época de bonanza de ciclo, sin afrontar ninguno de los problemas endémicos de la economía española, esos que ahora tanto airea Rato, el cual en un curioso ataque de patriotismo político se dedicó la anterior legislatura desde su atalaya washingtoniana a lanzar predicciones intencionadamente erradas sobre la evolución de la economía española, predicciones que fueron todas ellas refutadas por la realidad.

Si las crisis deben servir de algo es para aprender y corregir defectos; por ello es plausible la teoría del Vicepresidente económico de no financiar con dinero público los apuros de las empresas privadas porque si se juega con unas reglas hay que aceptar el precio.

Las duras recetas de salida de la actual situación son conocidas: congelar salarios, flexibilizar más el mercado laboral, bajar impuestos, austeridad en el gasto público. No discuto su eficacia en época de crisis, sin embargo me pregunto el por qué durante las épocas de bonanza no se aprovechó para vincular más esos salarios a los beneficios, y sobre todo por qué no se aprovechó esa época de bonanza para vincular más los salarios a la productividad. Me pregunto el por qué se no se aprovechó la boyante salud de la nuestra economía, cuando se podía, para corregir los endémicos déficits estructurales que padecemos.

Ahora que sólo queda como siempre cimentar la salida sobre la espalda de los asalariados, es cuando más falta nos hace la creatividad en política: si toca congelar salarios, hágase pues, pero vinculando vía negociación colectiva la remuneración de los trabajadores a la productividad y a los consiguientes beneficios futuros, algo que en cuanto cambie el ciclo compensará suficientemente el sacrificio; y así si se colectivizan ahora los números rojos, justo será también seguir haciéndolo cuando éstos se tornen negros.

R.A.S.

33 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdón por no empezar comentando el artículo pero, como acabo de leer lo que escribe Mar Barcón en su blog sobre el topónimo, tengo que decir que me he quedado asombrado. Es absolutamente lamentable:

-sigue a vueltas con el rollo rancio y demagógico de la capitalidad, tema asumido por esta ciudad hace aproximadamente 200.000 años , precisamente por todos excepto por los elementos más carcas y reaccionarios, que siguen diciendo que "nos quieren robar el mar". Es un tema tan viejo que atufa y que denota un sentido de la política absolutamente impropio de una teniente de alcalde y diputada autonómica. Menos mal que se llevó la capital a Santiago, lugar mucho más lógico desde todos los puntos de vista. ¿En dónde se iban a poner los edificios administrativos si la capital fuera A Coruña? ¿En la playa de Riazor? ¿Palafitos? ¿Debajo de los parkings subterráneos? Si el precio del metro cuadrado ya es inaccesible para el 90% de los ciudadanos; ¿qué pasaría si esta fuera la capital....?

-habla del desplome vertedero de bens como si la culpa del tema fuera de cualquiera menos de quien tenía el tema más cercano. ¿Alguien considera que el funcionamiento de Nostián, actualmente, puede calificarse, simplemente, de aceptable?

Querida Mar: criticar al PP es demasiado fácil, sobre todo en A Coruña. Como militante, tengo que pedirte un poco más de inteligencia en la crítica, menos análisis antediluvianos y menos de ese localismo rancio incompatible con tu condición de Diputada Autonómica. O sea, que hiles más fino. Mejor, no más fino, algo fino, porque con análisis como el tuyo, volvemos a las cavernas.

Y esto lo escribe un coruñés que siente su ciudad, igual que la sentían sus abuelos.

Anónimo dijo...

Muy buen artículo, pero (casi siempre hay un pero) me gustaría comentar algo con respecto a la flexibilización del mercado laboral.

En España tenemos un concepto erróneo sobre la flexibilización laboral, porque lo que aquí entendemos por flexibilización se interpreta como esa secuencia de fases que van desde la firma de un contrato de trabajo, hasta su fin, y desde mi punto de vista esa no es la flexibilidad que requiere un mercado de trabajo.

Si entendemos flexibilidad por adaptación dinámica a la carga de trabajo, entiendo que sí se podria modular las horas que se trabaja cada mes, o incluso cada semana, sin que la duración total del contrato se vea afectada (es decir desde la firma hasta la propia extinción del mismo).

De otra manera, estaríamos fomentando la competencia entre trabajadores por razones especulativas (especular con personas quiero decir), y eso no es ni siquiera racionalmente defendible.

Por otro lado, cuando se dividen las horas de trabajo mucho más con la misma carga de trabajo, se firman más contratos sí, pero la productividad de la empresa es la misma, y esa es la razón de fondo que deberíamos abordar.

Luego esta el debate de los costos del despido, pero ese debate ya no tiene sentido; en España los costes de la protección social se reparten entre las empresas y el Estado.

Es cierto que en el PSOE ahora han querido lanzar el debate sobre la flexi-seguridad, pero como dijo Fernández Ordoñez hace poco, el modelo nórdico en donde el Estado asume la mayor parte de la protección social no es adaptable a España si no asumimos que los impuestos deban ser mucho más altos y el gasto público aumentar mucho más, ¿queremos que el Estado aumente sustancialmente la protección de los trabajadores disminuyendo las cotizaciones, costos del despido e irpf de las empresas?, aumentemos el tamaño del Estado. No queda otra.

No se hasta que punto sería recomendable, y quizás sí sería más sensato hacer pequeñas modificaciones paulatinas sobre el modelo compartido actual entre empresa y Estado, luchar contra el fraude en el empleo (de verdad, no como ahora) y ahondar en una verdadera flexibilidad (de horarios, no de contratos).

Lo que realmente ahondaría en mayor creación de empleo, y empleo de calidad, sería fomentar la iniciativa privada... en este tema los Ayuntamientos tienen un papel fundamental. Estoy seguro de que más adelante en este Blog podríamos comentar una serie de iniciativas interesantes al respecto, sobre el verdadero potencial de los gobiernos municipales en este tema.


Saludos.

Anónimo dijo...

Estimado Von Stauffenberg:

Estoy seguro de que hay gente que no ha enfocado bien ese tema, pero permíteme comentar al menos que el llamado "efecto capital" existe, más allá de otras consideraciones.

Saludos.

Anónimo dijo...

querido von stauffenberg,

me gustaría saber por qué colocas aquí esta crítica en lugar de entrar en el blog de Mar. Se vé que necesitas el doble anonimato del seudónimo y el blog ajeno. Debías de cambiar al menos de pseudónimo, que el tuyo le casa mal a una actitud tan medrosa

Y si como buen "socialista" prefieres no saber lo que hizo el PP por la ciudad en 16 años de gobierno en la xunta, allá tú. Tanto presumir de análisis y cifras pero luego, a mirar para otro lado

Anónimo dijo...

Apreciado Uhlman:
¿Qué quieres que te diga?
Puede que sea porque soy un cobarde pecadorrrlll de la pradera.
O puede que sea porque lo considero oportuno, haciendo uso de mi libertad de elección.
Sinceramente, creo que el PP no hizo nada de particular para perjudicar a esta ciudad en sus 16 años de gobierno. En caso contrario, no se entienden las excelentes relaciones del anterior alcalde con el difunto Cuíña Crespo. Creo que afirmar que un partido perjudica sistemáticamente a una ciudad es hacer demagogia. Vete a decirle a la gente de la Galicia interior (granero de votos del PP) cuánto perjudicó ese partido a La Coruña y cuánto les benefició a ellos.

Estimado MNR: que el rollito de la capitalidad siga produciendo algún rédito político ("efecto capitalidad"), cosa que puedo compartir, no quiere decir que un POLÍTICO (nótense las mayúsculas) deba jugar a ese argumento.

Insisto, como socialistas debemos exigirnos más. Si no, luego lo pagaremos electoralmente y le echaremos la culpa al PP, oportuno enemigo expiatorio y fuente de todos los males.

Nuevamente, mis disculpas por desviar el debate.

Anónimo dijo...

RAS, muy pertinente tu artículo pero estoy en desacuerdo con la filosofía que subyace al mismo: algo así como que esta es una crisis cíclica normal que habrá que combatir con las consabidas y discutibles recetas liberales ("congelar salarios, flexibilizar más el mercado laboral, bajar impuestos, austeridad en el gasto público").

A nivel internacional, tenemos una suma de crisis financiera (subprime + excesivo endeudamiento de las economías domésticas) y crisis inflacionaria ( petróleo + alimentos ). Esta combinación genera estanflación, la peor situación económica posible.Está bien consolarse pensando que esa crisis es coyuntural pero el tema del petróleo es más bien estructural (la demanda crece ya más que la oferta y no hay nada que hacerle, dejando a un lado el componente especulativo) y no se va a solucionar cuando cambie el ciclo.

Si nos situamos en España, la situación es peor porque se suma la crisis inmobiliaria, el déficit exterior ( el mayor de la OCDE, mayor que el de EEUU) y las desventajas competitivas de nuestra economía, centrada mayormente en sectores maduros muy expuestos a la competencia global.

En suma, en mi opinión, esta vez sí van a hacer falta ese tipo de reformas que llevamos 500 años aplazando y que, tal vez por razones antropológicas profundas, nos dan tanto repelús como sociedad. Básicamente convertir España en un país económicamente competitivo. Modernizar la Administración y pasar a una economía del conocimiento. Y tal.
Ahí es ná.

Anónimo dijo...

A nivel internacional empiezan a rondar ciertas teorías, que pueden ser interesantes articuladas de manera inteligente. Sarkozy habla de penalizar en cierta manera las exportaciones de países contaminantes. A mi personalmente no me parece acertado, porque en política medioambiental me parece más inteligente incidir en cambios en la manera de producir, más que penalizar, sin embargo, sí podría plantearse una penalización a ciertas exportaciones provenientes de países que, según una cierta catalogación internacional sobre calidad democrática, consiguen costes laborales menores a costa de la libertad de sus ciudadanos.

La propia teoría Neoliberal, hablaba de "mercados perfectos", que se definían como mercados con información transparente, compartida por todos y reglas iguales; la competición a la baja propuesta según el modelo actual suele sostenerse en reglas desiguales, muchas veces en déficits democráticos.

Así que, paradójicamente, sería muy coherente, incluso desde una óptica neoliberal, gravar las importaciones de productos provenientes de países con sistemas políticos poco democráticos, habida cuenta de que esto podría interpretarse (neoliberalmente hablando) como una mera... distorsión del mercado.

En países con Estados estables y sistemas democráticos suficientes, sería labor de las fuerzas progresistas de esos Estados el hacer hincapié en mercados laborales garantistas, que no compitan en precariedad con el resto del planeta, ese sería su papel, y creo que no sería sustituible (es más, ni siquiera sería legítimo que lo fuera).

El argumento en contra suele ser el efecto sobre los precios, pero la cosa no es tan sencilla ni la inflación se comporta de una manera tan "conductista".

Saludos.

Anónimo dijo...

Ehorabuena Von stauffenberg:

Totalmente de acuerdo. Cuando lei el articulo me quede pasmado. Simplemente es un planteamiento del siglo XIX. Lo mejor de todo es la critica al PP por el abandono de A Coruña. Que le pregunte al Embajador cuantos problemas le resolvio Pepe Cuiña.

Anónimo dijo...

Pasma comprobar la cantidad de supuestos socialistas deseosos de aplaudir con las orejas la gestión de Fraga y las relaciones de la Xunta con Coruña.

Y pasma tanto genio del análisis macroeconómico incapaz de conocer las cifras reales de su ciudad. será porque es más interesante debatir en el bar cómo debe jugar la selección de fútbol que montar un equipo con los chavales del barrio.

Haced un ejercicio sencillo:

- comparad la inversión total del gobierno de la xunta en los 16 años del PP en las 7 grandes ciudades y veréis donde queda Coruña.

- luego derivad las cifras al gasto por habitante

- repasad algunas de las cosas hechas en la ciudad durante esa época, al azar, en los campos que queráis: el paseo marítimo, la creación de la Orquesta sinfónica, la puesta en marcha de nuevo de los comedores escolares, el dinero invertido en servicios sociales, la red de museos científicos... y mirad cuánto del dinero gastado provenía de las arcas municipales, cuánto del gobierno central y cuánto de la Xunta de Fraga.

Ah, y a ver si os leéis bien los otros blogs. El comentario de Mar dice que fue una suerte para la ciudad el perder la capitalidad. Y no lo presenta como argumento actual sino como ejemplo de la actitud del PP gallego hacia Coruña. Una actitud que se mantiene y que reconocen en privado muchos militantes de la derecha. O es que ya nadie se acuerda de que corcoba se fuie del partido porque la lista Popular a las autonómicas por la provincia de A Coruña no incluía a ningún representante de la ciudad?


Pero ya se ve que para la "corriente crítica" merece la pena darle la razón al PP o al BNG con tal de criticar a los oficiales. "Que al final el partido solo es nuestro si el carguito lo tenemos nosotros", ese debía ser vuestro lema.

Anónimo dijo...

A mí, personalmente, una buena parte del credo neoliberal no deja de sorprenderme, de admirarme, por su carácter esotérico, metafísico, que convierte al economista en un trasunto de teólogo mercantilista.
Es esa parte de la "mano invisible"( analogía entis)del mercado que nos guiará hacia el orden económico natural perfecto, al paraíso de la oferta y la demanda equilibrada que invocará una lluvia de maná permanente sobre nuestras cabezas y nos llenará los bolsillos de inacabables doblones de oro.

Ese leitmotiv de moda de´" más mercado y menos estado". Esos mecanismos misteriosos, casi espirituales, que poseen la cualidad mágica de corregir errores y disfunciones y autoajustarse sobre la marcha y exigen para su etéreo funcionamiento de la no intervención del estado o de una alta desregulación.
Todo muy espirituoso y escolástico, pero claro, cuando la crisis entra por la puerta, la metafísica salta por la ventana y pide papas a papá- valga la redundancia- estado( nacionalizaciones en EEUU, subvenciones, ICO, inyección pública, mayores aranceles a la importación...)
Porque es muy cómodo eso de ir como de muy liberal alternativo con el mantra ese por delante de "privatizar los beneficios y socializar las pérdidas"; eso de dar el pelotazo, empeñarse hasta las trancas en espectaculares adquisiciones y fusiones, especular con las nubes, hinchar hasta el punto de pinchazo la burbuja de las necesidades ajenas y apellidarse "promotor" por aquello de que suena algo mejor que " especulador"( como el eufemismo de "daños colaterales" por "civiles asesinados")
Todo muy neoliberal y neomoderno hasta que toca crisis y los cuarenta del pelotazo de Alí Babá salen corriendo hacia el yate para que el de siempre( papá, ya abuelo, estado) les saque las castañas del fuego, porque los mecanismos correctores metafísicos, claro, se atascaron con el humo de tanto y excesivo asado de unto y morro.

Y es que yo no tengo muy claro eso de que sin tetas no hay paraíso, pero lo que tengo meridianamente nítido es que cualquier economista no dogmático sabe que el paraíso económico ideal no pasa( bueno, para los cuarenta de Alí Babá en yate sí) por la desregularización y el no intervencionismo y por la superchería neomatrix de la mano invisible, sino por un equilibrio racional entre estado y mercado que ejerza de contrapeso entre ambos y que minimice las ineficiencias de ambos sistemas, que en el caso del mercado son algunas: incapacidad para la oferta bienes públicos necesarios, externalidades negativas, monopolios naturales, recursos infrautilizados, incertidumbre, asimetría en la información... subprime, burbujas, especulación, etc.
A los 40 de Alí Babá siempre les quedará Liechtenstein y a los demás las regularizaciones de empleo.

Enfocar bien el problema estructural que supone y supondrá el petróleo( que ya desde los 70 sabemos que además de cómo caldo energético funciona como desestabilizador económico mundial) es clave. Ese relevo ya debería estar aquí y parece que el hidrógeno está muy bien posicionado. Depender de cuatro grandes holdings petroleros, una dictadura con turbante, la expoliación de Alaska o del monologuista de la camisa roja no parece una situación idílica. ¿ O sí?¿?

Por último decir que estoy de acuerdo con lo que mencionaba Anisakis de priorizar la economía del conocimiento( no puede pivotar una economía moderna alrededor del horizonte especulativo del ladrillo, sus "promotores" y sus incertidumbres; viene a ser algo así cómo poner al Dioni como contable de una sucursal bancaria y a Gil y Gil de director y sentarse confiadamente a esperar)

Quizás lo que haya que ajustar en un mundo globalizado, en la red de redes mundial que es hoy la economía, es el modelo productivo y competitivo en el que nos movemos. Un ajuste, con el conocimiento y los medios disponibles que poseemos en esta sociedad del riesgo, que sirva para asignar y redistribuir más eficientemente nuestros recursos locales y globales.
Un modelo productivo menos competitivo y más cooperativo, con una dimensión ética y moral que poseen otros sistemas y disciplinas.
Esa dimensión moral de la que carece ahora mismo el sistema capitalista, que se mueve en el limbo deshumanizado de la falta de escrúpulos.

Para mí el mayor desafío humano del siglo XXI pasa por dotar de conciencia al sistema capitalista, el siguiente paso en la evolución del sistema económico mundial.

Mientras tanto, me conformaría, lo que no es poco, con imitar los ejemplos de Noruega o Finlandia.

Saludos de Jim, que lleva toda su vida en crisis.

Anónimo dijo...

Jim,

Noruega, Suecia, Dinamarca, Finalandia o Suecia no son ejemplos viables para España. Mira su total de población. Islandia tiene menos que el área de Vigo

Tampoco vale, por cierto esa otra comparación que se hace a veces de Irlanda y Galicia. Irlanda habla inglés y tiene una inmensa capacidad de inffluencia en EEUU a través de los lobbies creados por la emigración

Saludos

Anónimo dijo...

La base del problema es ese, que desde la última gran crisis de los años 70 llevamos funcionando con un sistema que cada vez evidencia más errores, y la última fase neocon ya fue la puntilla. No se trata del discurso propio del Siglo XX de Estado frente a iniciativa privada: es que tanta importancia tiene el papel del Estado en la economía como el de la iniciativa privada; el fracaso comunista se produjo porque le negaron su papel a la iniciativa privada, los traumáticos desajustes en la actual economía mundial aparecen cuando se le niega juego al Estado. Ambos elementos tienen que jugar juntos y es preciso buscar el punto de equilibrio en cada momento. Yo comprendo y apoyo que no se pueda acudir en socorro de FADESA, sin embargo en GB se acudió en socorro del Northern, y en USA el Departamento del Tesoro salió al rescate del Bear Stearns y ahora mismo lo está haciendo con Fannie Mae y Freddie Mac, por no olvidar el rescate del BANESTO español en los primeros noventa del siglo pasado. ¿Con qué reglas jugamos?
Si la supervisión estatal (cada vez más transnacional) no funciona por dejación de nuestros representantes públicos, cada vez resultan más inmorales las recetas clásicas de salida de crisis que pasan por echar en las espaldas de los mismos la recuperación.
Una de las causas de la crisis financiera actual es que los bancos no han cumplido con su papel correctamente y por dar el pelotazo en sus cuentas de resultados han logrado una desestabilización de los mercados mundiales en cadena, es lo que tiene la globalización. ¿Aprenderemos la lección? lo dudo, estamos ante una crisis de modelo y hace falta enfocarlo así.

Anónimo dijo...

Anónimo, me refiero a la convergencia con un tipo de modelo de bienestar que depende más de la voluntad y consenso social-eonómico-político que del número de habitantes: calidad de la educación, exiguas tasas de pobreza, mayor porcentaje PIB dedicado a gasto social, modelo productivo basado en conocimiento, I+D y alta tecnología, etc.
Esa transición del modelo mediterráneo de E.B al nórdico.

Algo que Zapatero ha apuntado muy positivamente dentro de su primera legislatura y en el que se debe de continuar profundizando.

Salud y acierto.

Anónimo dijo...

Yo también creo que estamos ante una crisis de modelo más que evidente.
Ya sabíamos que papá estado no tenía las soluciones para todo, pero desde los 70 también sabemos que mamá mercado tampoco.
Que entre los dos funcionan mucho mejor.
La "mano invisible", si la dejas sola, parece más bien "la mano que aprieta" y arrea unas bofetadas de vez en cuando que te deja para los restos.

ARGUMENTO DE "DESMONTANDO A FRIEDMAN": La falacia neoliberal, el nuevo dogma y sacrosanto credo mercatista se queda así desnudo, igual que el rey de la fábula, esperando en el andén de la estación, como si fuese la Penélope de Serrat, a que llegue el tren del estado al rescate con sus provisiones.
Y, mientras, silba una canción, se tapa las vergüenzas y mira para otro lado como si no fuese con él.
The End.

Para mí no sólo es una cuestión política o económica, es más bien una cuestión filosófica, de naturaleza epistemológica.
Repensar el papel del ser humano en el siglo XXI y más allá, incardinado en unos modelos relacionales, productivos, ecológicos,competitivos que no son satisfactorios y que excluyen o explotan a la mayor parte del género humano.
Nuevas respuestas a nuevos desafíos, optimizando el potencial de recursos materiales e intelectuales del que disponemos a día de hoy.

"Eficiencia económica" no puede ser oxímoron de "Ser Humano", sino complemento.

Anónimo dijo...

Por supuesto que estamos ante una crisis de modelo pero o las soluciones se toman a nivel global o mal lo llevamos; ninguna economía puede avanzar en reformas a fondo del sistema por libre ya que entraría en barrena. En este sentido ZP sí que tiene claro que hay que apostar por la innovación y por la investigación. Yo sin embargo preferiría unos nuevos pactos de la Moncloa que redefinan la posición de nuestra economía en el mercado global y una estrategia de corrección de nuestras debilidades. Seguimos siendo un país muy dinámico y hay que aprovechar sinergias.

Anónimo dijo...

Topolino: sin ánimo de vacilarte, tu afirmación de que "hay que aprovechar sinergias" me parece ligeramente vaporosa: ¿querías decir algo en concreto o se te escapó?
Es que soy aficionado a las sinergias...

Anónimo dijo...

Anisakis, mal bicho, Topolino tiene razón: España tiene un tejido productivo bastante dinámico, es decir, que dispone de un historial reciente de cambios bien encajados y sin aspavientos. Aquí concurren varios factores:

La visión e intenciones del gran capital español.

La preparación, disposición y actitud de la masa empresarial española (los empresarios, vamos).

Las adaptaciones de la formación profesional en todos los niveles de estudios, (desde la FP a la Universidad).

Los contactos y proyecciones comerciales en el ámbito nacional y sobre todo internacional (en esto último pinchamos algo y así está la balanza).

El fondo de conocimientos genéricos (investigación básica) y el despliegue creciente de investigaciones prácticas concretas. (I+D+I)

La tendencia creciente a sustituir la producción de mercancías de bajo valor añadido, bajo contenido intelectual y mínimo diferencial competitivo por productos de alto valor añadido, ingente conocimiento técnico y un perfil competitivo alto con difícil sustitución. (TIC,s; laboratorios farmacéuticos, robótica industrial, armamento, industria nava, industria aeronáutica, etc.)

Mejoras productivas constantes -no es broma- que aumentan la competitividad también desde los precios. (No obstante la productividad base es relativamente baja comparada con algunos de nuestros vecinos europeos. Creo que el problema se encuentra, entre otras cosas, en las muy "ancianas" técnicas de dirección que reducen el nivel de implicación de los trabajadores en los proyectos.)

Y algunas más que se me pasan. todos estos factores concurren al desarrollo productivo de España más allá de la mera suma de ellos = sinergia.

Ea, que me voy a cocer el pescadito.

Saludos :)

Sísifo

Anónimo dijo...

Pues eso, Anisakis, ya te lo ha explicado Sísifo. Abur

Anónimo dijo...

El problema esencial de la crisis de FADESA no lo crea Manuel Jove, sino la ambición de un Fernando Martín que pretende comerse una entidad mucho más grande y fuerte y que otros paguen la fiesta, de ahí su problema con los bancos; y todo ello con una crisis inmobiliaria en ciernes que provocó que los grandes del sector llevasen tiempo diversificando hacia el sector de la energía conscientes en que el chollo inmobiliario se había acabado.
Otras malas lenguas, hay gente para todo, dicen que MARTINSA tenía serios problemas propios y que la compra de FADESA no fue más que una huida hacia delante bajo el clásico axioma de que antes de que estallase el tinglado el gobierno haría algo para evitar la mayor quiebra de la historia de España, lo malo es que la jugada no parece de momento haberle salido bien puesto que por fin un gobierno parece tener ganas de actuar con seriedad en estos temas.

Anónimo dijo...

Perdonad porque apenas tengo tiempo para ver por encima los muy jugosos comentarios.
Quiero hacerle un reproche importante al artículo de RAS: le sobran dos párrafos. Primero por custiones de estilo, lo breve si bueno... Y segundo y fundamental porque das a entender la inevitabilidad del ajuste salarial. Cierto que afirmas que deben repercutir los beneficios, cuando los hay, en los salarios. Pero eso no se hace ni se hizo nunca (alguna empresa excepcional habrá) y de todas maneras das como buena la solución del ajuste salarial.
Para muchos trabajadores su salario ya está ajustadísimo y si el gobierno no es capaz de buscar otras soluciones en realidad no es un gobierno de izquierdas. Ser de izquierdas, ser socialista no es solo permitir que se casen los homosexuales o establecer una ley de plazos como dios no manda para el aborto; ser de izquierdas es luchar contra la desigualdad y favorecer la distribución de la riqueza. Si este gobierno no es capaz de encontrar otra solución que la de siempre demostrará que en lo esencial no es capaz de diferenciarse de la derecha. Es aquí donde el gobierno de ZP se la juega.

Anónimo dijo...

Estimado Lino:

Cuando las empresas están tiesas de tesorería porque no venden, porque no les pagan etc ... disminuir sus recursos con las subidas salariales es arriesgadísimo: sólo consigues disminuir las posibilidades de sobrevivir; cuando las cosas vienen mal dadas hay que hacer lo imposible por mantener los puestos de trabajo, aunque la inflación golpee en los salarios, mejor eso que nada. Buena prueba de lo que digo es que todos los gobiernos del color y país que sean lo aconsejan, por ello prefiero no hacer discurso de salón con el asunto y mi reflexión va por el otro lado ya que cuando los beneficios campan, esos sueldos no se ven compensados y en ese momento sí que sería factible compensar a los trabajadores por las previsibles pérdidas de capacidad adquisitiva cuando vengan mal dadas, la economía es cíclica. La flexibilidad salarial debería contemplar las dos vertientes y no sólo la congelación en épocas de crisis; esta reflexión me parece más positiva que obcecarse con los incrementos salariales en empresas en crisis, algo que sólo defienden los que no entienden nada de la realidad empresarial.

Saludos

Anónimo dijo...

Yo no confiaría mucho en aquellas lecciones de tráfico que me da el que ha tenido tres siniestros totales y se ha quedado dos veces sin puntos por conducción temeraria o bajo los efectos del alcohol.

Más o menos la misma confianza que tengo en las recetas neoliberales( bajada de impuestos, flexibilizar mercado laboral...) que propugnan los mismos o parecidos gurús que contribuyeron con su praxis y activismo económico neo a situarnos en donde ahora estamos.

Voy a divagar un poco, algo de politieconomía ficción: ando yo con la mosca verde del vino detrás de la oreja con esto de las dichosas crisis y sus respectivas recetas, pues si una buena guerra es un medio y excusa excelente para que unos cuantos amontonen más doblones de oro en sus arcones, ¿ por qué no dejar una pequeña crisis suelta, de vez en cuando, para hacer unos cuantos ajustes en materia económica y esquilmar unos pocos derechos sociales y laborales más para tener mayor margen de maniobra después?

A ver quién es el guapo que, pasada la crisis, vuelve a subir los impuestos. O a reivindicar la mejoras laborales sustraídas durante el ajuste de cinturón de la crisis.
Después del 73 llegó la Thatcher, el Reagan, lo neoliberal se puso de moda, triunfó lo del estado mínimo y máximo mercado, cayó el poder de los sindicatos, se maltrató a Keynes, llegaron las terceras vías o el intento de lapidación del Estado de Bienestar.
Después del 2008 y sus ajustes, Friedman dirá.
Total, mientras no haya la posibilidad y voluntad político-económica decidida de plantearse seriamente la superación del modelo productivo vigente, las recetas neoliberales bien podrían ir cumpliendo la función de retardación de su colapso definitivo.

Pero bueno, esto no es más que un ejercicio especulativo y una de esas psicotrónicas divagaciones que me suelen asaltar justo al mediodía, antes de comer y con el estómago vacío.
Hoy tengo choupa para comer. Mañana Dios dirá.

Saludos de Jim.

Anónimo dijo...

Los costes de las plantillas son de los principales (si no el más) de cualquier empresa, y en todo caso todos estamos de acuerdo en que al haber menos que repartir (si es así) todos se puedan atar el cinturón (empezando por los que más cobran), pero habría que ver si los instrumentos de negociación son los suficientes para que se compruebe con transparencia quienes se tendrían que atar más el cinturon, y dos, si en estos años las revisiones salariales realmente han sido el gran lastre, o más bien, ciertos márgenes de beneficios procedentes de la mera especulación.

Así que, si bien es cierto que hay que observar todos los factores importantes que afecten a la evolución de los precios o el equilibrio presupuestario de las empresas, también lo es que en la práctica la cosa no es tan sencilla, de hecho, en esta crisis, hay sectores que estan muy poco afectados, y otros demasiado, así que cada empresa es un mundo.

La solución final, la apuntaba el amigo Sísifo, pero habría que ver si ese correcto proceder en el mundo empresarial, se da de manera suficiente, he de ahí que planteara en más de una ocasión la oportunidad de lanzar iniciativas para promover, de manera imaginativa, la iniciativa privada.

Desgraciadamente (y la Coruña es un reflejo de ello) quien tiene dinero, acaba montando un Bar, porque aunque sea duro de mantener, se aprende rápido y suele dar beneficios, y no otro tipo de negocios que requieren formación, una dedicación más especializada y seguramente tarden en dar beneficios, pero se genera empleo cualificado, se crean mercados y se generan sinergias (la palabrita tenía que salir); se externalizan servicios, se desarrollan productos nuevos y la economía se diversifica.

Saludos.

Anónimo dijo...

Sísifo y Topolino:

España es uno de los países de su entorno en el que menos se explotan, exploran o generan sinergias tanto a nivel empresarial como a nivel administrativo.

A nivel empresarial, por dos motivos:
1. porque no tenemos cultura empresarial, ni una clase empresarial formada que sepa generar sinergias, como dice Sísifo, "ancianas técnicas de dirección".

2. porque el tamaño de nuestras empresas, en promedio, es muy pequeño para lo que correspondería a una economía de nuestra dimensión y, precisamente, son las empresas grandes las que producen sinergias, generan I + D, se expanden internacionalmente, etc.

A nivel público, por ejemplo, estaréis de acuerdo conmigo en que la estructura administrativa gallega, con 315 municipios, es un ejemplo de sinergia negativa.O la estructura portuaria, o la aeroportuaria o el hecho de que no haya ninguna universidad española
entre las 100 primeras del mundo. ¿Sinergias?

España tiene un déficit exterior de un 11% del PIB, o sea, importamos mucho más de lo que exportamos. Por eso muchos llevaban años preguntándose hasta cuando aguantaría un tinglado así de insostenible. Por eso ahora, en un contexto de financiación escasa, pinta no negro, negrísimo. Por eso va a ser necesario acometer reformas estructurales, nada del tipo de los 400 euros o pedir a la gente que consuma.

Posibles direcciones:

-volcarse en apoyar aquellos sectores en los que España tiene una cierta ventaja competitiva o un cierto potencial( energías renovables, obra pública, servicios financieros, por citar ejemplos conocidos) y dejar caer aquellos otros que de todas formas lo van a hacer inexorablemente.

-énfasis total en la internacionalización de las empresas, reformando la red de oficinas comerciales en el extranjero (obsoleta, desfasada) y centrándose en los mercados claves, no desperdigando esfuerzos.

-focalización en educación (prestigiar y fomentar la formación profesional y conseguir universidades que investiguen en red, entre ellas y con la empresa)

Todo esto suena archiconocido pero son reformas a medio y largo plazo en las que no se avanza y mientras tanto, por hablar de Galicia, seguimos teniendo 9 cámaras de comercio, dos cajas de ahorros, tres aeropuertos, ventitantos minipuertos, 5 universidades, un tejido económico de PYMES que no salen al exterior y una clase de grandes empresarios adictos al negocio concesional, con la excepción de Amancio Ortega y dos más.

A ver si empezamos a buscar sinergias...pero ya.

Anónimo dijo...

Se me olvidaba: coincido con Jim Alegrías en que, además, hay un problema casi epistemológico, yo diría ontológico, de modelo. En ese sentido esta crisis, que será profunda y duradera, constituye también una oportunidad para ir pensando (necesidad obliga) en un cambio de modelo sostenible ecológica y socialmente. Nada que ver con hacer llamamientos a que la gente consuma.

Contra el botellón, luz y razón

Anónimo dijo...

Todavía tengo en el oído (por la zona del yunque, más o menos) aquellas palabras de nuestro alcalde Javier Losada respecto a que la compra de FADESA por MARTINSA era algo bueno para la ciudad. Esta es la solvencia de quienes nos gobiernan.

Anónimo dijo...

Anisakis, estamos de acuerdo, aquí, en esta España cañí de alpargatas y seiscientos, no se aprovechan las sinergias, pero haberlas, lo que se dice haberlas, las hay, que era la cuestión.

En cuanto a lo de la ontología, también de acuerdo, nos enfrentamos a un problema estructural grave, incluso sistémico, de dimensiones apabullantes y dudo que tengan solución a corto plazo. Desde luego que las "recetitas" liberales son una chorrada de mil demonios. Me da la risa, compañero. Creo que también coincidimos en estos lares.


Saludos,

Sísifo

Anónimo dijo...

Bueno, anónimo, bien mirado tenía toda la razón del mundo: ahora Fadesa se fue al tacho pero la pasta está en Coruña, pasta que ya ha puesto a funcionar Manolo Jove y que nos traerá alegrías a todos.

Ahora bien, no sé si Losada lo decía con conocimiento de causa, no obstante, le debemos el beneficio de la duda: alomojó sabía tanto como Jove o alomojó tan poco como yo.

Tengo una cosa clara, Jove es un lince.

Saludos de Sísifo

Anónimo dijo...

Durante estas "imprevisibles" crisis los 40 de Alí Babá aprovecharán para perdir la intervención del estado( privatizar beneficios y socializar las pérdidas) y así reflotar con pecunio público sus chiringuitos y multipropiedades; hablarán de ajustes inaplazables y márgenes de beneficios descendentes, de regularizaciones masivas de empleo, de abaratamiento del despido, de flexibilidad, de responsabilidad y consenso entre agentes sociales y del tiempo que hace en las Caimán.

Para entonces, nuestros temerarios héroes políticos comenzarán como posesos a conjugar verbos como potenciar, generar, actuar, desarrollar, apoyar... ¡ ha llegado la hora de las propuestas y de poner en marcha esos planes anti-crisis que ahora ya son como quinquenales, porque parece que dentro de poco las crisis nos resultarán tan familiares como la llegada de la primavera al Corte Inglés!
Y es que, claro, nuestros ingenuos y confiados políticos, hasta hace dos semanas escasas, ni habían oído hablar del aumento del precio de los productos básicos, del encarecimiento del caldo energético, de la inflación especulativa de las viviendas que se estaba llevando a cabo en el suelo de sus municipios, de los riesgos que corremos todos con eso que llaman el capital de riesgo, de las operaciones, OPAS y fusiones temerarias y del previsible CATAPLUM! que se estaba gestando, etc.
Ya decía un presidente español y andaluz que se había enterado de lo del Gal por el periódico.

Y los demás, la inmensa mayoría, pues nada, a tostarse este verano, otoño, invierno y primavera los lunes al sol.
A ver si con suerte no llueve mucho. Bueno, o mejor sí, que llueva, no vayamos también a tener restricciones de agua y no poder lavarnos así la cara de gilipollas que se nos queda con tantos apuros y bretes en los que nos meten unos y otros( por acción y omisión)

Saludos de Jim, el último muy cano.

Anónimo dijo...

Comentario a algunos comentarios.

Hay algunos comentaristas que creen que lo “progresista” es que los salarios no pierdan capacidad adquisitiva y están equivocados. Hay algunos comentaristas, siguiendo en esta primera línea, que creen que lo “progresista” es que se “reduzcan” los beneficios empresariales. Y están equivocados. Hay algunos “progresistas”que tiran de “recetario” ante la crisis global que nos asola-y que no acaba más que empezar-, como ya tiraron hace unas décadas del mismo recetario y nadie les hizo caso, afortunadamente. Hay gente-me refiero a sus comentarios- como Lino Lágoa que llueve o truene o haga calor siempre dirán lo mismo y utilizarán las mismas “soluciones” Y hay gente como Ras, Jim y Sísifo que se ponen a pensar y analizar un poquito de qué va la cosa. Y cuidado!, lo que dice Jim no es descabellado: que una vez se salga de esta crisis los neoliberales radicales cabalguen de nuevo por la pradera con recetas, nunca mejor dicho, de auténtica “cura de caballo”. Ya se ven en lontananza los nuevos escenarios de la esclavitud laboral.

Lo “progresista” ante una crisis múltiple como la actual es, primero de todo, ponerse a pensar y analizar las circunstancias y magnitudes de la crisis. Lo segundo, es buscar las soluciones-y no hay una cantidad ilimitada de soluciones, más bien sólo unas pocas-e intentar “minimizar” los daños y efectos secundarios de la crisis. Lo tercero, no destartalar el tejido productivo y empresarial del país, pues si bien la subida del paro parece una consecuencia inevitable y ligada a la mala coyuntura, el evitar la excesiva mortalidad empresarial si parece algo a considerar, pues será la “minimización” de los daños en el tejido productivo lo que nos permita salir antes del atolladero. Lo cuarto, intentar modificar el modelo de crecimiento económico para diversificarlo, pues el monocultivo del ladrillo-como todo monocultivo-te hace más vulnerable a las crisis. Y dos reflexiones finales. En toda crisis las respuestas son la mayoría de las veces “reactivas”, es decir, “defensivas” y de minimización de daños. En las épocas de crecimiento, las respuestas deben ser proactivas-ofensivas, innovadoras y de cambio-. Por todo ello, si nos has hecho en las épocas de vacas gordas políticas fiscales que redistribuyan los beneficios malamente lo podrás hacer en épocas de vacas gordas. Es así y qué queréis que os diga. Nota, no soy un socialista “liberal”, mi orientación es mucho más hacia la izquierda de la izquierda. Otra cosa es que no crea en los castillos en el aire o en los cuentos de caperucita. No hay más cera que la que arde, lamentablemente.

Anónimo dijo...

"Hay algunos comentaristas que creen que lo “progresista” es que los salarios no pierdan capacidad adquisitiva y están equivocados."

Esto no solo lo piensan algunos comentaristas, lo piensa cualquier persona con dos dedos de frente.

Saludos... sorprendidos.

Anónimo dijo...

Me has malentendido,mnr,pues mi afirmación no era categórica y descontextualizada. Me refería al escenario de la crisis actual, pues pienso que es más prioritario proteger el empleo existente y fomentar escenarios de reciclaje profesional para insertar a desempleados damnificados por la posible "recesión" económica y, al mismo tiempo, garantizar la supervivencia del tejido empresarial existente-innovador y de creación de valor añadido-, que distraer esfuerzos en mantener incólume el poder adquisitivo de los trabajadores. Es, simplemente, una cuestión de prioridades. No disparen tan pronto sobre el pianista...

Anónimo dijo...

Yo no tengo nada en contra del pianista, pero es que gran parte de los salarios actuales son "inmoderables", porque no pueden ser más bajos, y porque además no es cierto que los salarios tengan la culpa de nada, y, creo, para apagar el fuego de un bosque, la solución no es cargarse los arboles que queden en pie, si no traer mangueras... vamos, que es un poco absurdo hablar de moderación salarial cuando el problema es otro, y que resolviendo este, es cuando nos encaminaríamos realmente a una situación estructuralmente mejor.

Si nos dedicamos a moderar los ya maltrechos salarios de muchos trabajadores, pero no resolvemos lo otro, primero, sí estaríamos disparando al pianista, y segundo, no resolveríamos absolutamente nada.

Nadie ha dicho que las empresas paguen salarios con dinero que no tienen (yo juraría no haberselo leído ni escuchado a nadie, porque sería estrambótico), pero su solución no es dedicarse a cortar el grifo cada vez que hay problemas; antes habrá que arreglar la fuga de agua.

Pero, esta claro, que algunos aprovecharán la coyuntura para cargar sobre los hombros de los trabajadores todas las crisis que se produzcan, en vez de solventar el origen de las mismas ¿por que?, por una sencilla razón, porque solventar dichos problemas supondría afectar a multitud de intereses de gente muy influyente, ¿daría lugar a un economía más sana y fuerte?, sí, pero ese no es el interes de ciertas personas.

Si no, no es explicable.

Saludos.