Casi nadie dudaba cuando se celebraron las últimas elecciones autonómicas hace más de 3 años que la única alternativa a la hegemonía política, declinante pero clara, del PP en Galicia era un gobierno bipartito entre PSdG y BNG.
Creo que casi nadie sensato duda hoy que, a pesar de la mejor posición relativa, la única forma de mantener el socialismo en la Xunta es repetir, con las modulaciones que haga falta, la fórmula bipartita, a excepción de algún que otro excéntrico que sigue elucubrando con la posibilidad de un gran salto hacia delante en el mapa electoral gallego que permita al PSdG gobernar en solitario, transformando la realidad política y, de paso, la sociológica. A este respecto, la terca realidad es que el BNG obtuvo su mínimo, desde que representa en exclusiva al nacionalismo gallego, en el año 1993 con un 18,3% de los votos y su máximo en 1997 con un 24,8% y 18 diputados, bastante lejos (ojo) de los 13 que tiene en la actualidad después de la traumática sustitución de un líder carismático como X.M.Beiras, proceso que fue a duras penas digerido por su electorado pero que hoy parece ya un hecho histórico y lejano en el tiempo con la consolidación de Quintana.
Viene esto a cuento porque las relaciones entre ambos partidos se han visto ligeramente sobrecargadas ante la posibilidad del adelanto. El BNG, más o menos legítimamente, se ha lanzado a hacer precampaña de su gestión política desde que ha vislumbrado que la jugada podía cogerle con el pie cambiado. Desde el PsdG se han lanzado acusaciones de deslealtad que han sido contestadas por el BNG, etc, etc.
La tentación de arañar votos a costa del socio de gobierno es clara pero no debería olvidarse la clave que va a dominar el juego electoral gallego: el centro político, ese que a los analistas les gusta decir que decide las elecciones porque está dispuesto a cambiar su voto desde el centro izquierda al centro derecha, va a elegir entre un gobierno bicolor ( en cuyo caso votará casi con seguridad al PSdG porque el Bloque no es ni parece precisamente de centro ) y un gobierno monocolor, en cuyo caso votará al PP.
A mayores, aventuro que el ciudadano medio del rural gallego no ha votado repetidamente al PP durante los últimos lustros porque sea de derechas en sentido estricto sino, más bien, porque el “sentidiño” le indicaba que Fraga ( atípico pero genuino producto de la Terra Chá ) era más sólido (en varios sentidos) y parecido a ellos que la suma de sus adversarios. Es más, creo que ese ciudadano medio del rural es, por su carácter pragmático, un centrista subconsciente al que no creo que le guste ver a los dos partidos que forman el gobierno de su comunidad lanzándose mutuos reproches. Un centrista subconsciente capaz de ver en Emilio Pérez Touriño una figura institucional, un digno presidente y un polo de moderación y prudencia en tiempos de crisis.
En este sentido, creo que la “química” entre Touriño y Quintana no ha sido demasiado mala durante la legislatura, que esa relación se ha transmitido miméticamente hacia abajo y ha permitido que dos partidos con culturas políticas muy distintas hayan superado los roces y fricciones de la convivencia marital a la que están matemáticamente, científicamente condenados. Buscar los puntos de acuerdo que sin duda existen entre un partido nacionalista de izquierdas como el Bloque y un partido galleguista y progresista como el PSdG ( tal y como lo definen sus estatutos ) no debería ser tan difícil como lo pintan los puristas e introvertidos guardianes de los respectivos tarros de las esencias ideológicas. Favorecer sistemáticamente la moderación del BNG, intentar entender sus planteamientos, buscar puntos de conexión entre ambas formaciones, y evitar enfrentamientos estériles beneficia sobre todo al PSdG y a Galicia, algo que creo que ha entendido y entiende, mejor que nadie, el presidente Touriño.
Creo que casi nadie sensato duda hoy que, a pesar de la mejor posición relativa, la única forma de mantener el socialismo en la Xunta es repetir, con las modulaciones que haga falta, la fórmula bipartita, a excepción de algún que otro excéntrico que sigue elucubrando con la posibilidad de un gran salto hacia delante en el mapa electoral gallego que permita al PSdG gobernar en solitario, transformando la realidad política y, de paso, la sociológica. A este respecto, la terca realidad es que el BNG obtuvo su mínimo, desde que representa en exclusiva al nacionalismo gallego, en el año 1993 con un 18,3% de los votos y su máximo en 1997 con un 24,8% y 18 diputados, bastante lejos (ojo) de los 13 que tiene en la actualidad después de la traumática sustitución de un líder carismático como X.M.Beiras, proceso que fue a duras penas digerido por su electorado pero que hoy parece ya un hecho histórico y lejano en el tiempo con la consolidación de Quintana.
Viene esto a cuento porque las relaciones entre ambos partidos se han visto ligeramente sobrecargadas ante la posibilidad del adelanto. El BNG, más o menos legítimamente, se ha lanzado a hacer precampaña de su gestión política desde que ha vislumbrado que la jugada podía cogerle con el pie cambiado. Desde el PsdG se han lanzado acusaciones de deslealtad que han sido contestadas por el BNG, etc, etc.
La tentación de arañar votos a costa del socio de gobierno es clara pero no debería olvidarse la clave que va a dominar el juego electoral gallego: el centro político, ese que a los analistas les gusta decir que decide las elecciones porque está dispuesto a cambiar su voto desde el centro izquierda al centro derecha, va a elegir entre un gobierno bicolor ( en cuyo caso votará casi con seguridad al PSdG porque el Bloque no es ni parece precisamente de centro ) y un gobierno monocolor, en cuyo caso votará al PP.
A mayores, aventuro que el ciudadano medio del rural gallego no ha votado repetidamente al PP durante los últimos lustros porque sea de derechas en sentido estricto sino, más bien, porque el “sentidiño” le indicaba que Fraga ( atípico pero genuino producto de la Terra Chá ) era más sólido (en varios sentidos) y parecido a ellos que la suma de sus adversarios. Es más, creo que ese ciudadano medio del rural es, por su carácter pragmático, un centrista subconsciente al que no creo que le guste ver a los dos partidos que forman el gobierno de su comunidad lanzándose mutuos reproches. Un centrista subconsciente capaz de ver en Emilio Pérez Touriño una figura institucional, un digno presidente y un polo de moderación y prudencia en tiempos de crisis.
En este sentido, creo que la “química” entre Touriño y Quintana no ha sido demasiado mala durante la legislatura, que esa relación se ha transmitido miméticamente hacia abajo y ha permitido que dos partidos con culturas políticas muy distintas hayan superado los roces y fricciones de la convivencia marital a la que están matemáticamente, científicamente condenados. Buscar los puntos de acuerdo que sin duda existen entre un partido nacionalista de izquierdas como el Bloque y un partido galleguista y progresista como el PSdG ( tal y como lo definen sus estatutos ) no debería ser tan difícil como lo pintan los puristas e introvertidos guardianes de los respectivos tarros de las esencias ideológicas. Favorecer sistemáticamente la moderación del BNG, intentar entender sus planteamientos, buscar puntos de conexión entre ambas formaciones, y evitar enfrentamientos estériles beneficia sobre todo al PSdG y a Galicia, algo que creo que ha entendido y entiende, mejor que nadie, el presidente Touriño.
Pablo Arangüena
37 comentarios:
Cierto Pablo:
Es más, a estas elecciones nos encaminamos con un candidato/presidente Touriño que ha demostrado una considerable fortaleza como Presidente algo que mejora sin duda su imagen, bastante más liviana en su anterior papel de mero candidato; el gallego de a pie ha podido pues comprobar que hay vida después de Fraga y el PSdG por fin tiene un buen candidato que ofrecer a los gallegos. No me cabe duda de que el bipartito ha sido de lo mejor que ha gobernado Galicia desde 1978. Por su parte el BNG y el PSdG han sabido apartar las diferencias y pensar en Galicia, durante la última etapa Fraga hubo más roces entre los herederos que en toda la etapa del bipartito, por mucho que Feijoo se empeñe en imaginar un gobierno permanentemente dividido. Personalmente del PSdG no esperaba menos, pero he de reconocer que la actitud del BNG, al menos de cara al público, ha sido mejor de lo imaginable. Mi pronóstico sigue siendo subida del PSdG, bajada del PP y ligera subida del BNG. Veremos lo que nos traen los idus de marzo.
El PSdG apostó hace tiempo por una serie de posiciones que engranan bien con un nacionalismo moderado, como puede ser una concepción federalista de España y un progresismo firme, cercano al que pueden sentir y defender gran parte de la militancia del BNG.
Creo que aun se puede mejorar la praxis del gobierno bipartito, no parece que haya costumbre de convivencia entre distintos, en todo caso no ha sido catastrófico como algunos preveían, de hecho, el saldo en políticas desarrolladas ha sido muy positivo.
Puede preocupar la posición del BNG intentando asimilar posturas como las mantenidas desde Cataluña, ahora en torno al debate sobre el reparto de recursos y la cesión de competencias (las últimas declaraciones de Quintana sobre la DGT no fueron acertadas), dado que parte de esas posturas no sirven para Galicia, y eso es algo que el PSdG puede corregir, teniendo en cuenta que Galicia tiene una gran personalidad propia, pero todavía puede beneficiarse de una solidaridad inter-territorial que no debería desaprovechar.
Hay que tener cuenta que propugnar la eliminación total del principio de multilateralidad puede perjudicar a Galicia, si se sellan pactos en despachos distintos en donde, a cada uno, le cuentan lo que quiere oir, mientras que la realidad global, es otra.
Saludos.
Esperemos que los idus de marzo no nos traigan un Brutus que asesine al César. Más allá de toda licencia poética, me gusta el tono, nada sectario, por parte de los socialistas de este blog. Aquí, y me refiero a España, no existe mucha cultura de coalición entre los partidos políticos y, en este sentido creo que, más allá de las quinielas electorales de quién sube y quién baja, esta experiencia de coalición o cohabitación entre dos fuerzas políticas con tradiciones e historias distintas, es ya de por sí positiva. Por ese camino hay que seguir, por ése “condenados a entenderse”, viendo en esa “condena” una oportunidad única-en la reciente historia democrática de nuestro país-de leal entendimiento y colaboración partidaria, que no partidista, que eleve la política, la gran política, al nivel donde nunca debió de dejar estar: a ser el escenario donde se concentren los esfuerzos por dar solución a los problemas que aquejan a la sociedad. Completamente de acuerdo con el tono y el contenido de lo expuesto por Pablo y Ras
Los humanos tanto individual como colectivamente tenemos la costumbre –quizá imperiosa necesidad derivada del hecho sabernos mortales- de crear mitos, relatos, metáforas (que diría Borges, también Lakoff), para enfrentarnos a la realidad. Spinoza también hurgo en el hecho de que, en muchos casos, lo que vemos no es en realidad lo que es sino lo que queremos que sea (el popular, “las cosas son del color del cristal con que se miran”).
Lo anterior lo sabemos todos (o casi todos) pero nos olvidamos de ello con una pasmosa facilidad –probablemente sea un recurso de supervivencia de la especie-, especialmente cuando hablamos, en general, de política.
Pues bien, dando por sentado que todos aceptamos (por lo menos en este foro) la premisa de que la política no es sólo lo que hacen los políticos, y, a su vez, que la dimensión política del ciudadano en una sociedad democrática no se reduce a votar (si se prefiere botar) cuando se lo indican.
¿Me queréis explicar de qué Galicia estáis hablando? ¿Veinte años no son nada y seguimos usando los referentes del año 1986? ¿Es un referente político el “ciudadano medio del rural gallego”? Obviando el hecho de que realmente exista (salvo en las series de la TVG), ¿no tiene importancia el que la gran mayoría de la población gallega sea urbana?, ¿no lo tiene el que la mayoría de la población viva en la franja atlántica en zonas urbanas o periurbanas?¿que nuestro mayor contacto con la agricultura sea comprar alimentos en el supermercado? Y, hablando de "cultura gallega", ¿tampoco tiene importancia que a nosa mocidade, pase la noche, no a o carón da lareira escoitando contos de medo e cantando xotas y alaralas, sino en la disco flipando con los de OT (por cierto, éxito de asistencia en sus conciertos).
¿Existe Galicia o existen los gallegos? En todo caso, ¿cuál es la Galicia del Sr. Touriño? Yo, desde luego, no lo tengo claro. A partir de ahí todo lo demás; incluido lo de "botar as contas".
Con descarado afán polemizador pongo estas dudas sobre la mesa.
José Luis, respondiendo a tu pregunta, Galicia existe a pesar de los gallegos, dijo algún prócer nacionalista en el siglo pasado.
Creo que todos podemos estar de acuerdo en que hay dos Galicias, la vertebrada por la autopista Ferrol-Tui y el resto.
Siendo la más dinámica (relativamente) la Galicia atlántica, no puede negarse que la otra también existe y cuenta mucho.
Tú la conoces bastante, así que ya lo sabes.
Por otro lado, incluso diría que esa Galicia atlántica, con su incipiente modernidad, está impregnada de galleguidad de la otra, de la profunda, que está implantada en los niveles más profundos de nuestro inconsciente colectivo. No quiero poner encima de la mesa los ejemplos maliciosos que se me ocurren sin salir de A Coruña.
En todo caso, lo que yo quiero decir con lo del "ciudadano medio rural" (que, ya te digo, afirmo que existe más allá de todo mito) es que creo que la mayor incógnita de estas elecciones es cómo va a responder el electorado de la Galicia no atlántica, el del interior, ese que fue voto cautivo de Fraga. El ciudadano de Coruña, Santiago, Ferrol o Vigo no creo que varíe tan sustancialmente su intención de voto.
Además, ten en cuenta que, dado nuestro sistema electoral, el voto de un ciudadano de Escairón o de Baralla cuenta más que el de uno de Vigo.
Por último, me parece que está claro que la Galicia de Touriño es la atlántica y que en ella se ha centrado. Me extraña que lo pongas en duda...
Hay muchos sociólogos que tienden a decir que hoy en día, el mundo urbano y el mundo rural, ya no existen, pero, o no he comprendido nunca muy bien que es lo que quieren decir, o no creo estar muy de acuerdo.
Estoy de acuerdo con Jose Luis en que muchas veces nos dejamos llevar excesivamente por las etiquetas, hasta el punto de que incluso si la realidad que describían empieza a diluirse, forzamos la realidad para seguir adaptándola a las etiquetas que seguimos manejando en el discurso.
De todas formas, pienso como Pablo en que sí hay cierta realidad, en el interior de Galicia, y en otras zonas de España, que sigue existiendo, y a lo mejor me mojo demasiado, pero creo que también cierta forma de ser, y esto ya solo lo digo por experiencia personal.
Con la misma, opino que detrás de las etiquetas, solo hay personas, y si se les habla con claridad, honradez y se sienten acompañadas en sus preocupaciones, no se necesita excesivamente mucho más. Independientemente de que dos personas de carácter muy distinto dialoguen y se escuchen, si hay sencillez y humildad, se suele lograr un clima de confianza.
No hace mucho estuve por Lalín, y por Mellid, estuvo por allí el alcalde, Xosé Crespo, del PP, comiendo con todos, y sin entrar en polémicas de ningún tipo, solo encontré buena gente. No olvidarse de que detrás de ciertas etiquetas solo hay personas me parece importante, independientemente de que existan distintas formas de ser o realidades económicas distintas.
Saludos.
Estoy plenamente de acuerdo con lo afirmado por JL rego: el ciudadano medio del rural es un mito interesado y lo poco que podemos decir es que , por lo menos, sus restos están en trance de desaparecer, afortunadamente. La Galicia urbana, la atlántica, la Galicia emprendedora y dinámica se va imponiendo poco a poco. Eso sí, en el imaginario colectivo quedan esas adherencias míticas del rural y de la Galicia mariñeira, la Galicia dos comedores de patacas, la de las vaquiñas y a leite, que sigue actuado como conformadora de una supuesta identidad colectiva pegajosa y sentimentaloide.
Pero también en el agro va surgiendo una nueva casta de creadores de marcas competitivas de vino y de cultivadores de productos ecológicos, aunque sea lentamente. Lo que ocurre es que la Galicia moderna tiene también sus sombras: especuladores sin alma del ladrillo depredador, funcionarillos corruptos de todo pelaje, vividores de la cultura subvencionada, mediopensionistas de los medios de comunicación acríticos entregados al poder, empresarios pasillistas de qué hay de lo mío, profesionales irredentos de los fondos europeos.
Digamos que Galicia avanza a trompicones y no existe una Galicia mejor que otra, sino sólo una Galicia distinta a la anterior. Cuidado con erigir sobre los cascotes de una Galicia que muere otra Galicia mítica y mitificada!!
Simplemente Galicia se atempera y se adecúa a los tiempos que corren, pero la Galicia emergente de hoy sigue siendo una sociedad fragmentada, egoísta, insolidaria, inculta y poco cohesionada. Quizás estemos un poco mejor que hace 50 años, pero el amor desmesurado a la pulpeira y a la mejillonada no ha sido reemplazado por el amor a la ciencia, a la innovación, a la generosidad social, al respeto por el medio físico y el medio humano, al amor a los libros y a la cultura generadora de “finezza” y elegancia social, del amor a la música de calidad o al arte. Esto no es Holanda. Y Galicia, madre cruel y desagradecida con sus hijos, sigue teniendo un alma salvaje y gamberra, minifundista y de un egoísmo insolidario radical, propia de percebes autosatisfechos adheridos a las rocas esperando indolentes a que pase el mejor postor y se los lleve.
Bueno, solo decir que discrepo bastante de lo expresado por la amiga Nefertiti, pero en todo caso si tuviera que plantear aquí al detalle como y en qué discrepo, esto sería eterno y además me repetiría con cosas que ya dije antes... acerca de como acercarse a las personas.
Lo digo porque me preocuparía que cierta concepción de las cosas se expandiera, en todo caso, sí creo que aciertas, Nefertiti, en celebrar que en entornos donde la actividad económica era principalmente agraria, se exploten nuevos mercados, cosa que nos interesa mucho a todos.
Saludiños.
La finezza de los elfos de la Tierra Media? que bonito, madre mia Nefertiti... te ha salido "planchao"
Olvidamos que el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, es también secretario del PSdeG. Hace unos días nos lo recordó: en unos meses se va a poner con el partido. Gobernar ya exige toda la dedicación a una persona capaz, cuando además se gobierna por primera vez y tras décadas de gobierno de otro partido que ha creado una Administración a su medida, se comprende que no haya tenido tiempo más que para ser presidente de la Xunta.
Aun así, "non é sen tempo" que se acuerde del PSdeG, pues los partidos son los principales instrumentos de la ciudadanía para ejercer la democracia. Si un gobernante confía en una relación democrática exclusivamente entre él y los electores, olvidando al partido que lo presentó, empieza a nacer el caudillismo y a morir la democracia. Necesitamos partidos vivos, seres colectivos que interpreten a la sociedad e imaginen el país que podemos ser, y el PSdeG, si existe, no lo hace.
A todos nos gusta imaginarnos mejores de lo que somos, a los partidos también. El PSdeG podrá caer en la tentación de imaginar una historia gloriosa, pero no la tiene. Algunos recordamos en 1976 los primeros panfletos, en ciclostil, del PSOE, que se presentaba entre nosotros escribiendo un gallego horrible, como casi toda la propaganda escrita en gallego entonces, pero bien intencionado y con gran humildad. Era un partido socialista que renacía de la mano del catedrático Bustelo, llegado a Galicia con ese ánimo. Pasaron luego muchas cosas, dentro del PSOE también. Por el medio se creó formalmente el PSdeG, desembarcaron militantes del PSG, pero todo acabó a principios de los años 80 en Vázquez y el vazquismo. Fue un periodo prolongado, casi dos décadas, y eso sólo es posible cuando existe un programa, una ideología, unos intereses y unos apoyos fuertes.
El vazquismo fue posible por conectarse al guerrismo (era la franquicia en Galicia del aparato implacable de Guerra) y por los apoyos empresariales y de medios de comunicación coruñeses. Su ideología fue el antigalleguismo y el derechismo; su práctica, la especulación, el localismo cantonal, el boicot a la autonomía y el respaldo efectivo al Gobierno del PP en Galicia. Sin los años de vazquismo, cuando el PSOE renunció a hacer oposición traicionando así a la ciudadanía gallega, no hubiera habido fraguismo. Eran simbióticos.
El vazquismo desapareció, su estrategia de que no hubiese alternancia en la Xunta o que hubiese una alianza PSdeG-PP fracasó. Mal que les pese a algunos, Touriño gobierna con el Bloque. Pero quedan restos. Ahí está la altanería de alcaldes socialistas que menosprecian a sus aliados del BNG, ahí están esas alianzas en Lugo y en tantos municipios. Ahí está la tentación localista que no desaparece en Vigo, la resistencia a romper con el pasado, manteniendo en la práctica la invocación a Franco en el nombre de colegios públicos o ese espeluznante nomenclátor del callejero franquista coruñés, con el asentimiento del BNG, sólo comparable al de Santander.
No, el PSdeG no hereda una gran historia. De la mano de Touriño pasó a hacer oposición a Fraga y ahora está siendo útil desde la Xunta, pero como organización no pasó de ser una confederación de castros localistas a tener un espíritu compartido, y desde luego no pasó de ser la franquicia del PSOE en Galicia.
Si quiere ser una organización deberá asumir errores y analizar debilidades. La principal es la ideología: su cultura política no ha incorporado el galleguismo, una corriente cultural, cívica y política que desde la Ilustración ha interpretado el mundo desde aquí, y eso vale también para los socialistas. No hay contradicción entre ser socialista y galleguista; al contrario, una cosa obliga a la otra. No se trata de reconocer unos derechos o una identidad, se trata de pensar libremente desde aquí, y de construir ciudadanía y democracia federalmente. Mientras el PSdeG no haga un esfuerzo enérgico para hacer suyo este componente, mientras siga creyendo que el galleguismo está fuera de la organización, que no le pertenece ni le compete, algo con lo que "hay que cumplir", cosa de los nacionalistas, no será un partido gallego nunca. Tendrá que interpretar a su modo el galleguismo, pero deberá creer en él y sentirlo. O seguirá siendo una franquicia con éxito electoral, pero sin autoridad moral en el país. Porque esas siglas, PSdeG, no se levantarán sobre la autenticidad.
SUSO DE TORO EL PAIS 06/04/2008
Prácticamente estoy de acuerdo con tus valoraciones, Pablo. Tanto Touriño como Quintana han demostrado durante estos cuatro años poseer cierto "sentidiño de Estado", una buena dosis de habilidad gestora, capacidad de entendimiento por encima de las palpables diferencias de criterio sobre ciertos asuntos y, lo que no es baladí, olfato suficiente para separar lo que es el galleguismo del folclorismo Kitsch que los señoritos y neocaciques del PP importaron importaron directamente del siglo XIX para entretener con gaitas, merendolas y Julios Iglesias a " os paletiños que nos traballan as terras".
Esa visión decimonónica, populista y caquicil de todo un pueblo que, en pleno siglo XXI, solamente Don Fraga y su club de señoritos de aldea podían tener.
Lo que creo también es que estos 4 años le van a venir muy bien al BNG. Toda la imagen de radicales, de batasunos, de peligrosos nacionalistas que iban a facer pallozas en vez de edificios e cambiar carros de vacas por coches( ¡ como si los del PP hubiesen sido lo no más en modernización!) que iban propagando por Galicia arriba los del PP se les ha venido abajo.
Y es que os puedo asegurar, si no lo sabéis ya, que una buena parte de la población, sobre todo del interior, que es lo que yo mejor conozco por experiencia propia, tenía muy interiorizada esa imagen de bloqueiros con pasamontañas, cuernos y rabo.
Y tres cuartas partes de lo mismo con los socialistas, que lo se decía hasta hace poco por algunas zonas que yo conozco( Sober, Monforte, Escairón...) parecía sacado del 36 y de algún artículo de Pemán o el Cardenal Gomá contra las hordas rojas.
PSOE y BNG han ganado en imagen. Se han confirmado como actores responsables, moderados y gestores hábiles de la realidad gallega. Han caído prejuicios y algunos se han desprogramado y normalizado su percepción al comprobar in situ como se ha desarrollado todo en los últimos años. Puede que no les voten, pero es un paso importante en la cuestión de la higiene mental de una buena parte de la población.
Puede que muchos crean que exagero, pero también algunos de los que conocen de primera mano esa realidad estarán de acuerdo conmigo.
Pronóstico: PSdeG y BNG subirán 1 o 2 escaños cada uno y el PP los bajará.
Saludos de Jim que, como Aznar, también quiere emitir un comunicado diciendo que él tampoco fue.
El Departamento del Tesoro estadounidense da los toques finales para nacionalizar las firmas Freddie Mac y Fannie Mae para evitar su hundimiento
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080906/53534752379.html
Tururu pajarito
El "vazquismo", si es que alguna vez existió, no era válido para toda Galicia, ya entonces. Ahora menos porque ya hay una brecha generacional, que es la que tumbó a Fraga (hay que recordar que Fraga perdió unas elecciones), pero tampoco creo que sirva el mismo perfil de Alcalde para ganar en el interior, que para generar confianza en las capitales de provincia, y menos en Coruña, en donde, con Paco o sin Paco, la percepción de la realidad es distinta.
De hecho, solo hay que leer las opiniones de los urbanitas sobre la Galicia interior, la manera de expresarse, y luego preguntarle la opinión de la gente de la Galicia interior, de la gente de Coruña. Algunas son muy gráficas.
Saludos.
Gustariame facer un par de observacións, partindo da base que estou de acordo co expresado por Pablo.
Por suposto que temos que seguir entendéndonos co BNG, pero podemos aspirar a mellorar a nosa correlación de forzas con el. É dicir, subir máis do que suban eles. O cal non quere dicir que haxa que criticalos ou enfrontarnos con eles. O que temos é que vender ben o noso produto, e tratar de conectar mellor coa Galicia rural.
A Galicia rural existe, non é un tópico. Por suposto que os rapaces ven OT, e todas esas cousas que di José Luis.
Mais non esquezamos que na nosa Galicia hai moito vello (e dígoo con todo o respecto do mundo) de natural conservador. Con eses vellos conectaba moi ben Fraga e non tan ben Touriño.Aínda que tamén creo que Touriño foi gañando enteiros pouco a pouco.
No rural esta o noso punto feble, ao cal contribúe o uso escaso e malo do galego. Cantas persoas neste blog participan en galego?
Conclúo:
Debemos vender ben o produto nestes últimos meses, achegarnos ao rural e rabuñar cada voto posible.
Ollo: non competimos só co PP, tamén co BNG, aínda que sexan nosos socios de goberno.E non é o mesmo 25+13 que 28+13.
" Hay muchos sociólogos que tienden a decir que hoy en día, el mundo urbano y el mundo rural, ya no existen, pero, o no he comprendido nunca muy bien que es lo que quieren decir, o no creo estar muy de acuerdo"( MNR)
Miguel, esas teorías sociológicas que mencionas sobre la tendencia a la equiparación cultural( usos, costumbres, hábitos...) entre lo rural y lo urbano suelen hacer hincapié en los efectos de la globalización y la informacionalización acelerada del mundo en el que vivimos, que ve como se difuminan las fronteras espacio-temporales y cada vez se hace más pequeño y abarcable.
Lo rural sucumbiría así al poderoso dominio de lo urbano( que concentra los centros de poder político, económico, los mass media, es el epicentro creador y exportador de los influyentes símbolos culturales de la modernidad...) que pasaría a formar parte como una articulación o entidad espacial más de "tejido urbano"- con la única función de simple unidad de abastecimiento de la urbe- pero totalmente homogeneizada en usos y costumbres con la ciudad.
En resumen, las particularidades culturales de lo rural acabarían diluidas en la corriente indiferenciada de lo urbano y de su evidente supremacía como ámbito más poderoso e influyente.
Lo que comentaba Jose Luis Rego de OT o lo de ver a chavales vestidos de Hip Hop( como si estuviesen en el Bronx) por Pobra de Brollón o Sarria tiene que ver con esa hegemonía de lo urbano sobre lo rural en lo cultural. La cuestión del poder de implantación homogeneizadora de los mass media.
La hipótesis última sería la urbanización total de la sociedad global, la asimilación absoluta de lo rural por lo urbano; todo formaría parte del mencionado "tejido urbano" en la geometría variable de la posmodernidad: las conurbanizaciones inabarcables( esa que va de Boston a Washington, en la que comienza a convertirse Madrid..), lo que llaman " ciudad difusa", los nodos periurbanos y continuos articulados entre autopistas y centros comerciales, etc, también tendría que ver con esto de la asimilación de lo rural, pero en la dimensión espacial...
Por cierto, si con algo creo que no cuentan estos teóricos, sobre todo culturales, es con la magnitud básica que hace que una aglomeración humana sea considerada ciudad y otra no: la densidad demográfica.
Y esta sí que es determinante( entre otros factores) a la hora de hablar de usos, hábitos, costumbres o formas de ser, pensar y actuar diferenciadas.
Y eso es, por ahora, algo que ningún mass media podrá cambiar.
Saludos a todos de Jim, que hoy tampoco viene a hablar de su libro.
Al amigo Jim:
Gerardo lo ha explicado muy bien, y has precisado qué quería decir Jose Luis.
La Galicia rural existe, y hay una serie de procesos de cambio, de raiz económica y por extensión cultural, pero las diferencias todavía existen, son importantes, y Gerardo como digo lo ha explicado perfectamente.
Mientras que la derecha fermentó de manera eficaz en territorios donde la economía se basaba en el minifundio y el pequeño propietario, nulo desarrollo industrial, y poco o nulo diálogo cultural con el espacio urbano, puesta en conocimiento colectivo de cualquier problemática social, en el mundo urbano el sistema económico, la apertura cultural, dan pie a dos grandes partidos políticos tipo, Liberales y Socialistas, mientras que los conservadores pueden engranar con el contexto primero; nula conciencia de la necesidad del sindicación (incluso se considera un problema) y poca conciencia de las bondades de la libertad individual (este conservadurismo suele ser un "conservadurismo social", poco dado a beleidades Neoliberales ni siquiera en lo económico).
Es complicado que el conservadurismo prevalezca dentro de varias décadas como fuerza ideológica relevante, mientras en los hogares de cualquier zona de Galicia se conectan a R y acceden a casi cien canales de televisión donde saben y son conscientes, de en qué mundo viven.
Manuel Fraga hizo girar sus últimas publicaciones entorno a la pérdida de los valores tradicionales, pero al volver a Genova ha cerrado filas con Gallardón, Soraya y se enfrentó incluso verbalmente a militantes en las puertas de la sede del PP que portaban pancartas de apoyo a Zaplana y Acebes; Manuel Fraga es conservador, es un conservador que se ha dado cuenta de que el conservadurismo está noqueado, y sobre todo, es un animal político que lleva más de medio siglo sobreviviendo, en dos sistemas políticos distintos, y siempre en el centro de los procesos de cambio. Es un tio muy listo.
La deslocalización progresiva del sector primario, la progresiva modificación de las conciencias, evidentemente, cambiará actitudes y formas de pensar, pero por ahora solo estamos a mitad de camino, no se puede hablar como si el proceso fuera completo, como bien recuerda Gerardo, y esa es la realidad.
Galicia sigue siendo una gran potencia pesquera y agrícola, y detrás de eso hay gentes y formas de vida, eso es así, y pudiera ser que no deje de ser así del todo en mucho tiempo.
Saludos.
Tres cosas:
Bastante de acuerdo con Suso de Toro. De la dictadura del vazquismo demócrata cristiano, de la pinza tácita con Fraga, de su obstruccionismo a casi cualquier cosa que sonase a progresista o de su aversión de señorito elitista de La Curuña a Galicia... prefiero no hablar, que después me salen sarpullidos en las ingles.
Tiene razón Gerardo cuando dice que eses vellos conectaban ben con Fraga e non con Touriño... pero también hay que decir que Feijóo, con sus castellanos y pelo engominado, tampoco es su tipo.
Por último, a mí, que he vivido entre Coruña e a Terra de Lemos, que tengo una buena parte de la familia dispersa entre pueblecitos de Lugo y Ourense, y que he mamado aquello desde niño... que me digan que la forma de ser y entender Galicia y el mundo y la política, etc, del habitante rural es un "mito interesado" y que las vacas y las gallinas son animales imaginarios e a matanza do cocho unha lenda urbana... bueno, digámoslo diplomáticamente para no herir sensibilidades, denota cierto "desconocimiento" del temilla en cuestión o una apreciación muy a vuela pluma, que diría mi abuelo, " habitante mítico" del Valle de Lemos donde los haya.
Como los sociatas sigamos pensando así acerca de los habitantes de la Galicia "no atlántica, conexión Ferrol-Tui", confundiéndolos con minotauros y pensando que lo que vale para uno de Durán Loriga o Carranza valdrá también para uno de Guitiriz o Melide, pues vamos como o carallo vintenove e a continuar perdendo alí un bo feixe de votos.
Saudos de Jim, e Abade que foi monaguillo, ben sabe quen bebe o viño.
" Es complicado que el conservadurismo prevalezca dentro de varias décadas como fuerza ideológica relevante, mientras en los hogares de cualquier zona de Galicia se conectan a R y acceden a casi cien canales de televisión donde saben y son conscientes, de en qué mundo viven"( MNR)
Más canales tienen en Kansas o Texas desde hace años y no se han vuelto más progresistas por ello.
Me da que lo del número de canales televisivos no tiene mucho que ver con dejar de ser conservador y empezar a ser progresista.
Quizá más con la línea editorial y los contenidos. Una autonomía con 100 TeleMadrid, por ejemplo.
Saludos de Jim.
Al amigo Jim:
Sí tiene que ver, claro que tiene que ver, lo que no tienes en cuenta es que allí, de esos 100 canales, 60 se burlan de los Demócratas, que en Texas hay mucha gente que vota a Hillary Clinton y que ser Republicano allí, no es lo mismo que aquí ser del PP.
Un republicano de los USA se mearía en la cara de alguien como el General Franco, porque era un fascista mediocre, y un republicano lo hubiera fusilado al amanecer, por dar un Golpe de Estado contra la República. Sin contemplaciones.
La derecha aquí no es lo mismo que la derecha allí, y en ciertos aspectos ni se le parece.
Tienen más de 100 canales, tienen 200, pero hay que tener en cuenta la trayectoria de los Demócratas y los Republicanos en el sur de los Estados Unidos desde los 60.
Las cagadas del Partido Demócrata no las salva ni quince plataformas de cable.
Ahora, ¿influir, el hecho de que no estén aislados culturalmente?, yo te afirmo que sí (vamos, con mayusculas te lo pongo).
Aun influyendo, que claro que influye, eso no quiere decir, en absoluto, que el Partido Demócrata (no la izquierda) no se coma ni un rosco en el interior y sur de los USA; hay cosas que pesan más.
Por ejemplo, ¿cual es la abstención electoral de los jóvenes en los Estados Unidos?.
Saludos.
Acabo de ver un programa cojonudo de la TVG: Galicia, cruce de Miradas, con Xurxo Lobato, Felipe Senén, etc y presentado por Antón Reixa. Dan vueltas por Galicia y presentan sitios, restaurantes, gente, etc. Altamente recomendable.
También muy recomendable el artículo de Suso de Toro sobre el galleguismo y el Psdg. Lo suscribo al 100%.
La Galicia profunda existe y más que retroceder, se transforma manteniendo vivo su sustrato.Para ser un mito, está muy vivo.
El artículo de Suso del Toro aparecido hace tiempo en El País ponía ciertas cosas en su sitio. Hay que decir, sin grandes muestras de dolor, que la si bien la historia del PSdG durante las últimas dos décadas del franquismo fue inexistente, en los 25 años posteriores a la muerte del dictador su historia no llenaría más que dos páginas de un comic malo, de humor rancio y personajes estrambóticos. Muerto el Vazquismo, mejor nos dedicamos a otra cosa. El Vazquismo representó para el PSdG el ostracismo, el rol subalterno, la inanidad política. El Vazquismo era la política de salón y moqueta, de la componenda palaciega, del amiguismo desaforado y de la colusión entre los intereses político- empresariales. El Vazquismo era el el Berlusconismo a la gallega y la verdera historia del PSdG, gloriosa o no, épica o no, deberá comenzar ahora, en los primeros años de la primera década del siglo XXI.
En lo que discrepo es en el apartado del galleguismo. El PSdG deberá ser un partido gallego, enraizado en Galicia, en su sociedad, en su cultura, en sus aspiraciones, defensor de las dos lenguas, gallego y castellano, conocedor de las características socio-económicas de Galicia y propulsor de los cambios modernizadores que necesita nuestra Comunidad Autónoma. Ahora bien, señor del Toro, ¿por qué galleguista? O dicho de otro modo, ¿qué significa asumir el galleguismo como definidor de una identidad y prácticas políticas? ¿De qué modo, más allá de los componentes identitarios de una marca política, se puede reivindicar un galleguismo como programa político?
En la realidad actual, donde la administración general del Estado, el llamado Gobierno Central, va perdiendo progresivamente competencias y poder y que éste, el poder y las competencias, van pasando, por una parte a las Comunidades Autónomas, cada vez con más recursos y competencias de toda índole, incluyendo las fiscales, y, por otro, la UE que va teniendo cada vez más competencias legislativas y reglamentarias y que , incluyen aspectos de lo más variado sobre la vida de los ciudadanos europeos, ¿qué significa “galleguismo”?
Digámoslo claramente, el galleguismo es superfluo, no sirve para nada, es una cáscara vacía, útil para nostálgicos das irmandades da fala y melancólicos de la historia. No es operativo y su utilidad sólo muestra cierta virtualidad como rasgo diferenciador, como marca, como enseña, igual que El Corte Inglés se diferencia de Marks & Spencer. Poco más. Para el BNG es su registro diferenciador, igual que para el PSdeG sirve la historia del PSOE desde su fundación hasta nuestros días. Curiosidades tan sólo.
Un partido político con vocación de gobernar, un partido político del siglo XXI, tiene que proponer un modelo de país, de desarrollo de una marca-país. Tiene que pasar de la pura gestión a la anticipación. Y tiene que buscar elementos diferenciadores dentro de una Comunidad Política, la UE, que agrupa a 500 millones de europeos. Y esa diferenciación tendrá que venir de la mano de un desarrollo económico y social diferenciador, de la conquista de un modelo de equilibrio social y no fragmentado, de un nuevo modelo desarrollo urbano habitable centrado en el ciudadano, de implantar un modelo de crecimiento económico que no atente contra la sostenibilidad de los recursos naturales, de la consecución de un equilibrio territorial que no enfrente el interior con la costa, de un desarrollo social del conocimiento que aúne la ciencia con la cultura y de éstas con el avance tecnológico. En definitiva, de crear las bases de una Galicia dinámica y moderna, distinta, muy distinta a la actual.
El galleguismo ha muerto. Y ha muerto, afortunadamente, porque sus prédicas, ya se han hecho, hace tiempo, realidad. Y es hora que nos dediquemos, con ahínco, a otras cosas.
(rectificado por erratas)
El artículo de Suso del Toro aparecido hace tiempo en El País ponía ciertas cosas en su sitio. Hay que decir, sin grandes muestras de dolor, que la si bien la historia del PSdG durante las últimas dos décadas del franquismo fue inexistente, en los 25 años posteriores a la muerte del dictador su historia no llenaría más que dos páginas de un comic malo, de humor rancio y personajes estrambóticos. Muerto el Vazquismo, mejor nos dedicamos a otra cosa. El Vazquismo representó para el PSdG el ostracismo, el rol subalterno, la inanidad política. El Vazquismo era la política de salón y moqueta, la componenda palaciega, el amiguismo desaforado y la colusión de los intereses político- empresariales. El Vazquismo era el Berlusconismo a la gallega y la verdadera historia del PSdG, gloriosa o no, épica o no, deberá comenzar ahora, en los primeros años de la primera década del siglo XXI.
En lo que discrepo es en el apartado del galleguismo. El PSdG deberá ser un partido gallego, enraizado en Galicia, en su sociedad, en su cultura, en sus aspiraciones, defensor de las dos lenguas, gallego y castellano, conocedor de las características socio-económicas de Galicia y propulsor de los cambios modernizadores que necesita nuestra Comunidad Autónoma. Ahora bien, señor del Toro, ¿por qué galleguista? O dicho de otro modo, ¿qué significa asumir el galleguismo como definidor de una identidad y prácticas políticas? ¿De qué modo, más allá de los componentes identitarios de una marca política, se puede reivindicar un galleguismo como programa político?
En la realidad actual, donde la administración general del Estado, el llamado Gobierno Central, va perdiendo progresivamente competencias y poder y que éste, el poder y las competencias, van pasando, por una parte a las Comunidades Autónomas, cada vez con más recursos y competencias de toda índole, incluyendo las fiscales, y, por otro, a la UE que va teniendo cada vez más competencias legislativas y reglamentarias y que , incluyen aspectos de lo más variado que inciden directamente sobre la vida de los ciudadanos europeos, ¿qué significa “galleguismo”?
Digámoslo claramente, el galleguismo es superfluo, no sirve para nada, es una cáscara vacía, útil para nostálgicos das irmandades da fala y melancólicos de la historia. No es operativo y su utilidad sólo muestra cierta virtualidad como rasgo diferenciador, como marca, como enseña, igual que El Corte Inglés se diferencia de Marks & Spencer. Poco más. Para el BNG es su registro diferenciador, igual que para el PSdeG sirve la historia del PSOE desde su fundación hasta nuestros días. Curiosidades tan sólo.
Un partido político con vocación de gobernar, un partido político del siglo XXI, tiene que proponer un modelo de país, de desarrollo de una auténtica marca-país. Tiene que pasar de la pura gestión a la anticipación. Y tiene que buscar elementos diferenciadores dentro de una Comunidad Política, la UE, que agrupa a 500 millones de europeos. Y esa diferenciación tendrá que venir de la mano de un desarrollo económico y social diferenciador, de la conquista de un modelo de desarrollo que propugne la conquista de un equilibrio social y no fragmentado, de un nuevo modelo desarrollo urbano habitable centrado en el ciudadano, de la consecución de un modelo de crecimiento económico que no atente contra la sostenibilidad de los recursos naturales, del logro de un equilibrio territorial que no enfrente el interior con la costa, de un desarrollo social basado en el conocimiento, que aúne la ciencia con la cultura y éstas con el avance tecnológico. En definitiva, de crear las bases de una Galicia dinámica y moderna, distinta, muy distinta a la actual.
El galleguismo ha muerto. Y ha muerto, afortunadamente, porque sus prédicas, ya se han hecho, hace tiempo, realidad. Y es hora que nos dediquemos, con ahínco, a otras cosas.
Algunos datos:
La población de Galicia (Padrón Municipal de habitantes, a fecha 20/06/2008, fuente INE) es de2.783.100 personas (por cierto, de los cuales, 194.516 son de procedencia extranjera).
Por provincias la más poblada con 1.132.792 habitantes es A Coruña, le sigue Pontevedra, con 947.639 habitantes. Es decir, si los cálculos no me fallan, suman entre las dos 2.080.431 personas. Número que representa, prácticamente, el 75% de la población de Galicia.
La provincia de Lugo tiene 355.176 habitantes; de los cuales, 93.853, viven en Lugo capital; la siguiente aglomeración urbana de la provincia en número de habitantes es Monforte de Lemos, con 19.311 habitantes.
En la provincia de Ourense viven 336.926 gallegos, de los cuales 107.186 lo hacen en Ourense ciudad; la siguiente población en número de habitantes de la provincia es Verín con 13.991 personas.
En total Lugo y Orense suman 692.852 habitantes. De los cuales, si sumamos la población de sus dos capitales, 201.039 habitantes viven en espacios claramente urbanos.
Por haber sido citados, doy los datos de algunas poblaciones:
A Coruña: 244.388 habitantes, Vigo: 294.772, Baralla: 3.034, Melide: 7.916, A Pobra Brollón: 2.201, Sober: 2.836. En cuanto a Escairón, una de las 29 parroquias y capital del término municipal de O Saviñao, enclavado en la impresionante y maravillosa Ribeira Sacra (Comarca de Terra de Lemos), no dispongo de datos, sí del ayuntamiento en conjunto: 4.681 habitantes. Para terminar, Ferrol: 75.181 habitantes, Tui: 16.948
En fin, no quiero cansar con datos – están a disposición de todo el mundo, www.ige.eu – simplemente, resaltarlos.
Por supuesto, otra cosa es lo que deduzcamos de los mismos. No soy un especialista en demografía, pero, en todo caso, creo que esta realidad es muy determinante de lo que realmente “es” Galicia en la actualidad. Y, lógicamente, tiene que tener o tendrá su reflejo político, lo queramos o no.
Sobre el tema del galleguismo, prefiero no entrar en un simple comentario – algunos conocéis mis opiniones al respecto-. En breve: una cosa es hablar de una cultura (en este caso la gallega) que merecen, cuando menos, todos los apoyos y respetos en cuanto tal, y otra muy distinta, el juego que en el plano político se haga o se quiera hacer de esas identidades culturales. Éste es el meollo del asunto. A mayores, desde una perspectiva de izquierda, y que tiene como principios estructurales de razón de ser el logro de la justicia, igualdad y libertad para todos. (Por poner un ejemplo, ¿puede la izquierda ignorar los derechos –justicia, igualdad, libertad- de 194.516 personas que viven entre nosotros y son de procedencia extranjera; y que seguramente no saben castellano, ni gallego?)
Para terminar, sí, conozco a Terra de Lemos, no sé si bien o mal, pero la conozco. Y, sobre todo, he hablado y conozco a bastante gente de por allí. Incluso estoy colaborando y trabajando para que algún proyecto empresarial permita a alguna de su gente joven seguir viviendo allí. Porque todo el mundo no tiene pensión, como los abuelos, y hay que vivir de algo…
Al amigo Jose Luis:
Tienes toda la razón, pero estoy seguro de que podríamos preguntarnos también qué es Cataluña, si contamos a gente de Tarragona o Lleida, y de Barcelona y comparamos, pero aquí pasa lo mismo, la famosa Ley electoral.
Mendez Romeu abriera el debate hace casi tres años, y en el PPdG se preocuparon mucho.
Saludiños.
Miguel, Italia, Francia o Alemania tienen también multitud de canales de Tv, no están aislados culturalmente, carecen de las "peculiaridades" que todos conocemos del sistema político-electoral yanqui... y no por eso se han convertido la mayoría al credo de progresismo. Al revés, pues la tendencia conservadora está en alza por esos lares.
Aunque también hay que decir que, por lo general, un conservador francés se parece tanto a uno yanqui como una rana a un saltamontes( ejemplo: el divorciado alegre y follarín de los bosques Sarkozy vs la entidad esa creacionista apellidada Palin)
También es cierto que la Thatcher y Reagan eran almas gemelas.
Lo que es evidente es que los USA marcan tendencias en ese tándem de lo conservador( moral) y liberal( económico), y los neos y destripaterrones de aquí han ido y van a remolque de los gurús de allí.
Por cierto, para ser Franco un "fascista mediocre" todavía dio bastante guerra. Si llega a ser un fascista ejemplar hoy en día España no pasaba del millón de habitantes.
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Buscopio, coincido contigo ciento por ciento en tu apreciación sobre lo que el vazquismo significó para el PSdeG.
Después, yo creo que has lanzado una pregunta y al poco te la has contestado tú solo:
" Pregunta: ¿qué significa “galleguismo”?
Respuesta: un modelo de país, de desarrollo de una marca-país. Tiene que pasar de la pura gestión a la anticipación. Y tiene que buscar elementos DIFERENCIADORES dentro de una Comunidad Política, la UE, que agrupa a 500 millones de europeos. Y esa DIFERENCIACIÓN tendrá que venir de la mano de un desarrollo económico y social DIFERENCIADOR, de la conquista de un modelo de equilibrio social y no fragmentado, de un nuevo modelo desarrollo urbano habitable centrado en el ciudadano, de implantar un modelo de crecimiento económico que no atente contra la sostenibilidad de los recursos naturales, de la consecución de un equilibrio territorial que no enfrente el interior con la costa, de un desarrollo social del conocimiento que aúne la ciencia con la cultura y de éstas con el avance tecnológico. En definitiva, de crear las bases de una Galicia dinámica y moderna"( Buscopio)
El galleguismo sólo es superfluo, a mi modesto entender, cuando no concilia de manera adecuada pasado y futuro; cuando creemos que el I+D y la modernización tienen más que ver con ponerle un punteiro electrónico a la gaita( que también, pero no sólo)que con parques tecnológicos o aumentar los recursos para la investigación universitaria ... o que el porvenir de Galicia pasa por Baltar y las boinas y no por Busquets y las estaciones intermodales, por ejemplo.
En definitiva, buscopio, y tú lo has definido bastante bien, lo que yo entiendo por galleguismo pasa porque los dos trenes de carga- el de la historia, costumbres y tradiciones, y el de la modernidad, competencia y productividad- circulen por dos vías diferentes, sin tener que colisionar en cada cambio de rasante.
Por vías diferentes, pero paralelas, que tampoco parece tan difícil.
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Jose Luis, 700000 personas ,de un montante de 2700000, no parece una cantidad tampoco para ser infravalorada... o infrautilizada, si solamente tuviéramos en cuenta la dimensión del mero cálculo electoral.
A nivel voto es evidente que no, pero en términos territoriales es media Galicia. Y también sirven de granero y abastecen en parte a la Galicia más industrial.
Y tratar a esa media Galicia, con el peso de sus costumbres, tradiciones, peculiaridades, de seres míticos y casi prescindibles ( no lo digo por ti), me parece de una ligereza asombrosa.
Saludos de Jim.
Recomiendo que os leias el Barometro sociologico de Galicia ( elaborado por el CIS y publicado en la revista de la Facultad de CC.PP y Sociologia de la Universidad de Santiago ( con perdon)
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/HomRevRed.jsp?iCveEntRev=380
Al amigo Jim:
Tal y como te expliqué antes, influir claro que influye, y no, no creo que ni Italia, ni Francia y Alemania sean baluartes del conservadurismo, porque no lo son, entre otras cosas... porque son focos de la Globalización (todo lo contrario a estar aislados culturalmente).
Como ya te explique antes, tiene mucho más que ver que ha hecho los Partidos progresistas por referencia, para ganar electoralmente.
¿Tu crees que el Partido Socialista francés, italiano y el PSD alemán lo han hecho bien?, yo creo que lo han hecho horriblemente mal.
Ni Francia, ni Alemania ni Italia son "perse" países conservadores, al contrario, son capaces de votar opciones muy de izquierdas, pero para eso, los Partidos tienen que estar a la altura de las circunstancias.
El Partido Demócrata lleva metiendo la pata desde hace 40 años, y eso no es porque los USA sean un país intrinsecamente conservador, porque no es así; en la descomunal bolsa de abstención electoral está la clave... todos, potenciales votos progresistas.
Saludos.
Me complace, Jim, que estés de acuerdo en parte de lo que he afirmado días atrás. Para mí el galleguismo posee un componente reivindicativo, necesario históricamente, pero que hoy está claramente desfasado. Y, además, es poco operativo para generar escenarios sociales nuevos. Creo que en la esfera de la política actual hay que pasar de la mera gestión a lo propositivo ( propuestas realizables) y, de lo propositivo a lo consecutivo (conseguir metas y objetivos deseables por la mayoría. Y es en lo propositivo y en lo consecutivo donde el galleguismo, tal como lo entendemos en su génesis histórica falla, pues el galleguismo se genera como respuesta defensiva a la agresión autoritaria del centralismo uniformador. Pero ausente hoy dicho centralismo uniformador, mejor proponer nuevas ideas y escenarios.
En el campo de la cultura se da un paralelismo parecido. Hay que pasar de la cultura reivindicada e identitaria a la cultura que se proyecta, tanto en el interior como en el exterior de los límites de Galicia; a la cultura, en definitiva, que comunica, que enlaza, que posibilita un discurso moderno e integrador de todos los bagajes habidos y por haber.
Se equivoca el señor Montilla cuando hace eje principal de su discurso político “el maltrato histórico de Cataluña por parte de España o del Gobierno Central”. Se equivoca Ibarretxe cuando hace razón principal de su discurso la posibilidad de “una relación amable” con España o del derecho “inalienable” a decidir, supuestamente contenido en los genes de todos los vascos.
En cambio, acierta Touriño cuando centra todos sus esfuerzos en el desarrollo social y económico, en la consecución de un escenario que ponga límites al caótico crecimiento urbano y periurbano y de la franja costera de Galicia, en lograr un desarrollo acelerado de otras fuentes alternativas de energía, de configurar un nuevo tejido industrial, en conseguir una administración pública más eficiente, en apostar por una educación pública más competitiva y eficiente, en conseguir un pacto social que una los esfuerzos de todos por combatir la actual crisis, etc, etc. Puro reformismo, pura búsqueda de la eficiencia social y económica. Pero, ojo, todo ello se quedará cojo, será de vuelo alicorto, si no se consigue un auténtico esfuerzo colectivo por dibujar un escenario de posicionamiento a la Comunidad Autónoma como una marca-país diferenciada y perceptible en España, en Europa, en el Mundo. Y, mutatis mutandi, el ejemplo irlandés lo tenemos ahí cerca.
En cuanto a tu teoría de las dos vías, decirte, que no la comparto. Difícilmente puede haber retroalimentación en las vías paralelas. Creo más en la metáfora del Che Guevara: la debilidad de su asma le sirvió para armar su coraje posterior. Dicho de otro modo, Galicia al no poseer una “tradición fuerte”, heroica, curtida en mil batallas, puede acceder mejor que otras a la modernidad, pues dicha “debilidad” fácilmente puede ser una fortaleza, en un mundo donde el poder de lo “soft”, lo persuasivo, puede ser más útil que el poder “hard” de un pasado demasiado pesado para los tiempos que corren.
Creo, con todos los respetos a mnr y teniendo en cuenta su “piel fina”, que su discurso simple, directo y reduccionista, según el cual cuando los progresistas pierden unas elecciones -en Alemania, en Francia, en Italia o en Galicia!!-se debe simplemente a que los partidos que encarnan dichos valores progresistas han cometido un error o un conjunto de errores, es radicalmente falso, pues parte de la premisa-que no está precisamente demostrada, ni escapa a todo escrutinio analítico-de que en dichos países existiría una “mayoría natural” siempre orientada hacia el lado progresista, pero que no acudiría regularmente a las urnas, a menos que los partidos de izquierda “acertarán” cuando “toca”.
Y es que en las ciencias sociales, a diferencia de la lógica o las matemáticas, existen pocos principios axiológicos que no necesiten una demostración ulterior razonada.
A Negrín:
No parto de dicha premisa.
Afirmo, exclusivamente (si lees bien claro) que en la enorme bolsa abstencionista en los USA existe un número considerable de voto potencial progresista, es voto joven, desencantado con las formas clásicas de la política.
De Alemania, Italia y Francia no dije lo mismo (insisto, si lees bien, que creo que no es dificil, porque escribo en castellano).
Dado que no existe mayoría natural alguna, todo depende de la habilidad de los Partidos para ganarse dichos votos o no (lógica aplastante).
Evidentemente, el amigo Jim dice bien afirmando que solo una gran apertura cultural no garantiza que el Partido Socialista gane en Francia, pero lo que el amigo Jim todavía no comprende de mi razonamiento inicial, es que Francia no es Irán, como tampoco lo es los Estados Unidos.
Evidentemente, si la señora Segolene Royale no fue capaz de batir a Sarkozy (di algunas pinceladas en su momento en este Blog explicando porque quizás no pudo) será, única y exclusivamente, responsabilidad de la tal señora, no de los franceses, logicamente.
Si llevas casi 40 años sin casi ganar una elección Presidencial, como con los Demócratas... hombre, mucha habilidad no habrán tenido... vamos digo yo ¿eh? que a lo mejor me apresuro.
Por lo menos ahora no insultas ni sueltas groserías.
Algo es algo machiño, algo es algo.
Animo que tu puedes, todos confiamos en ti.
Último comentario de Negrín de este hilo eliminado al estar duplicado en el último post.
Agradeceríamos a los usuarios que no dupliquen innecesariamente sus comentarios en varios hilos indistintamente.
Muchas gracias.
" Es complicado que el conservadurismo prevalezca dentro de varias décadas como fuerza ideológica relevante, mientras en los hogares de cualquier zona de Galicia se conectan a R y acceden a casi cien canales de televisión donde saben y son conscientes, de en qué mundo viven"( MNR)
Permíteme, Miguel, recuperar el pie inicial alrededor del que gira la discusión, porque así podemos centrar un poco mejor su desarrollo.
Creo que partes de una premisa que no es del todo correcta, y que tiene que ver con concebir el "conservadurismo" como una ideología- o enfermedad de los ignaros- que se podría " curar o extirpar" mediante un tratamiento con una vasta información y unos medios de comunicación adecuados.
O sea, que la información( estar en el mundo) y la cultura nos volverían progresistas de golpe y porrazo de forma misteriosa.
Y eso supone, en los tiempos que ahora corren, infravalorar a los millones de conservadores bien informados, excepcionalmente cultos y para nada aislados del mundo que llenan las urnas con sus votos.
Yo no sé si es complicado o no, o qué parte de culpa en victorias o derrotas tienen las Segolenes o Sarkozys o los continuados errores de los demócratas en los USA, pero lo que podemos constatar empíricamente es que el conservadurismo, a día de hoy, continúa siendo una fuerza ideológica muy relevante en países como Francia, Alemania, España, EEUU, Italia... países que llevan años saturados de medios de comunicación, de canales de tv, de prensa de todo tipo y pelaje, de e-diarios...
Y tal como está alguna Tv y medios a fecha de hoy, no sé yo si los recomendaría a nadie para tomar "conciencia o consciencia" del mundo en el que vivimos.
Quizá algún progamilla puntual, pero muy cosa, la verdad.
Buscopio, coincido en lo fundamental y discrepo en lo accesorio: si algo tiene Galicia es una tradición sólida( quizá menos épica o heroica que la Espartana) con un acervo cultural importante y distintivo y una clara personalidad contrastada y contrastable.
Es una región de una riqueza antropológica inmensa, con su variedad de tradiciones locales, usos y costumbres, formas de expresión, herramientas..., y también de un potencial de futuro muy prometedor( agua, mar, piedra, bosques, bolsas de recursos naturales).
Pasado y futuro no deberían de ser términos antinómicos ni, como en mi metáfora de los trenes, hipotecarse o estorbarse mutuamente.
Eso espero y deseo.
Saludos de Jim.
Cuando me refiero a potencial de futuro y hablo del agua, ríos o bosques, lo hago en clave- o, por lo menos, lo intento- de cierta forma de entender la posmodernidad y sobre esa dialéctica constructiva entre entorno o capital natural y sistema de producción que algunos llaman sostenibilidad.
Era una aclaración rápida, por si antes nos engulle el agujero negro ese que el colisionador de hadrones seguró dejará escapar.
El conservadurismo de Sarko le ha llevado a elegir como ministros a varios sociadelmócratas, una musulmana y una ecologista.
Caso a parte es Berlusconni, que tiene una ministra que sale desnuda en revistas para hombres, y posee varias televisiones con cierto gusto por hacer concursos de camisetas mojadas con mujeres de buen ver.
Merkel se ha coaligado con el PSD, y nacio en la Alemania del Este.
En el Partido Republicano hay una corriente libertaria, que defiende a los homosexuales y las minorías étnicas.
En Irán, cuelgan a los homosexuales, cubren a las mujeres con burkas y facilitan distintos grados de machismo criminal.
Es decir, que el conservadurismo, en términos absolutos, se nutre del contexto cultural en donde respira; un Partido Socialdemocrata puede ganar y mantenerse 40 años en el gobierno en Finlandia.... en las calles de Arabia Saudi podrias ver peligrar tu vida.
¿Por qué deciamos, por ejemplo, que en ciertas zonas de Lugo es complicado vender un perfil progresista de corte urbanita?, porque es la verdad.
El progresismo posible existente en zonas rurales, de tradición poco conectada con cierta apertura cultural, lo puede defender Bill Clinton o cualquier candidato sureño, que sabe lo que es salir a cazar con rifle, y que no cuestiona la segunda enmienda, y no un urbanita de Nueva York como Kerry, para el cual, tocar un rifle es sucio.
Decir que el contexto cultural en el que se desarrolla la política no influye en las tendencias más progresistas y aperturistas, con respecto a las más reaccionarias, no solo es dificil de mantener, es que además es extraño de explicar.
Los conservadores de Estados Unidos no podrían decir que "la homosexualidad no existe", como el Presidente de Irán, en todo caso dirán, o que se han estraviado en los caminos del señor, o directamente dirán que no necesitan matrimonios homosexuales como defienden los liberales, como diría alguien de la corriente libertaria.
Existe un poderoso lobby conservador llamado "dejadnos en paz", que defiende la eliminación de la intervención del Estado en moral, economía y costumbres, y tiene cierta influencia en el Partido Republicano.
Dicho lobby, en un país mas aislado culturalmente, no solo seria impensable... seria ilegal.
Saludos.
Vamos que no tiene ningún sentido afirmar que en paises mas aislados culturalmente, y en regiones, es facil que el progresismo avance, ni tampoco tiene sentido afirmar que el conservadurismo es imbatible en paises del primer mundo.
La tendencia, es la contraria, y puedo pasarme el dia poniendo ejemplos.
Es la conclusión del rollo anterior (lo digo para sintetizar).
Si encuentro un video del anterior alcalde de Nueva York, Giuliani, republicano, vestido de mujer, cantando el "Happy birthday Mr. President" te lo cuelgo, amigo Jim.
El gusto al travestismo de uno de los considerados lideres del 11-S, y portada de la revista Time (creo que en España solo lo lograra Adolfo Suarez), es bien conocida.
Es una manera muy gráfica de explicarte lo que quiero decir.
Saludiños.
Miento. El nombre no es "dejadnos en paz" es "Dejadnos solos".
Articulo:
http://www.libertaddigital.com/ilustracion_liberal/articulo.php/730
A mi me salen cortadas las direcciones de webs que pongo, te pego el resto de la dirección para que la compongas en el navegador y puedas leer el artículo.
La continuación seria:
/articulo.php/730
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