
Todos los diarios españoles de tirada nacional consideran por unanimidad que la derrota de Trinidad Jiménez es también la derrota de Zapatero. Pero según tengo entendido para que alguien “pierda” una partida tienen que darse dos premisas: hay que jugar y, por necesidad, otro contrincante tiene que ganar.
Vamos con la primera: ¿Zapatero jugaba esta partida? Alomojó sí o alomojó no, que diría el inefable Zaplana. Algo sabemos seguro: no jugaba directamente pues la candidata oficial a las primarias era Trini y no Zapatero. No hay duda. Pero, dice la prensa: si Trini era la candidata “in-puesta” por ZP, entonces ZP es el perdedor, aunque no figure su nombre, pues es la voluntad de ZP la que no se cumplirá.
Vamos a verlo de otra forma: Zapatero quiere que Trini sea la candidata. Parece que Trini también quiere ser candidata, aunque ya haya sufrido algún revolcón en Madrid. Tomas Gómez les saca el dedo y dice que por “sus primarias”, que ya está hasta la coronilla de comer panes como hostias y dejarse el pellejo reordenando
El caso es que tenemos que vender periódicos y aquí por exagerar que no quede: ahora resulta –no puede ser más ridícula la propuesta- que Tomás representa eso que algún iluminati llama post-zapaterismo, que ha derrotado al presi y que nos enfrentamos al fin de los tiempos en un partido socialista dividido y lleno de ruido de puñales…
¡Qué imaginación! Por tutatis. Lo que ha pasado -y espero no quedar como un tonto por llevar la contraria a “toda la prensa nacional”- es que Zapatero propuso una candidata para Madrid, a Tomás le pareció que él también valía, ZP aplaudió la ejecución de primarias y Tomás gano por la mínima. Nada más y nada menos. Y lo demás son peras limoneras.
Y además, Ahora Trini parece que se queda. Lo apruebo y ojalá así sea. Se queda de segunda, con un par, apoyando como es su deber y obligación a Tomás, pues Trini tiene el 47,99% de los votos de los militantes y el mandato de los militantes, de casi la mitad de lo militantes, es que luche por el partido, sí, justo un paso, uno sólo, por detrás de su compañero, y que le cubra las espaldas… como dios manda. Ese debiera ser el espíritu de las primarias: no se elimina a nadie, pues todos son necesarios y si no quedas de primero quedas de segundo. Así lo comprendieron Clinton y Obama, apuntaba el otro día un compañero del Facebook, y van como cañones. ¿O no?
Y más vale que algunos otros tomaran nota y con primarias o sin ellas, con el 47% de la asamblea o con el 32%, por decir cifras al azar, se acordaran de que todos somos necesarios a la hora de defender nuestro partido, pues no hay mayor pecado de soberbia que pensar que todo está ganado y que podemos prescindir de un solo militante. Bueno, sí, hay un pecado mayor: preferir perder que contar con algunos. Coño, esto sí que es soberbia. Menos mal que estos casos extremos sólo se dan en el PP.
Saludos,
Carlos Raya