El mundo está cambiando vertiginosamente. Esta afirmación, que parece tópica e igualmente predicable de todo el siglo anterior, resulta hoy más real que nunca como consecuencia de fenómenos económicos y sociales de fondo muy novedosos que están configurando sociedades distintas, en una transformación de resultados difíciles de predecir. Y no me refiero particularmente a España, que también. Me refiero al mundo del que España forma parte, un mundo que en los últimos 10 años ha cambiado aceleradamente en un marco de globalización, movimientos migratorios, deterioro ecológico planetario, incorporación de nuevos agentes económicos a la economía mundial, petróleo a 100 dólares, etc. Cerrar los ojos al cambio no lo modifica ni lo elimina. Frente a la tradicional pulsión inmovilista y reactiva de la derecha, la izquierda está obligada a asumir una actitud dinámica y abierta (proactiva ) que detecte los cambios cuando empiezan a tomar forma y proponga con agilidad ideas para gestionarlos. No se puede errar en los diagnósticos ni repetir esquemas del pasado.
La izquierda acepta sin problemas desde hace aproximadamente medio siglo la eficacia de la “mano invisible” del mercado, sin perjuicio de que los fallos del mercado existen y deben ser minimizados por un Estado fuerte y eficaz. Sin embargo hay que recalcar que la defensa de la eficiencia económica no puede ser monopolio de la derecha (el déficit cero, el superávit fiscal, la reducción de la burocracia, la racionalización de los servicios públicos y de la administración pública, no pueden ser argumentos abandonados a la derecha). Adicionalmente, la izquierda debe articular un discurso fiscal sólido y coherente ante los espasmódicos movimientos de rebaja fiscal propugnados por la derecha. En la misma línea, hay que plantearse qué posición adoptar ante el fenómeno de la deslocalización combinado con un marco global de incremento estructural de ciertos precios básicos que tiene que ver en gran medida con la incorporación de la India y China al consumo agregado mundial y con la inelasticidad de la oferta de muchas materias primas, tendencias ambas que afectan más a los que tienen menos. En palabras del nobel Joseph E. Stiglitz “las clases medias, base de la estabilidad, tienden a desaparecer”.
Problemas como el cambio climático, la deforestación, el agotamiento de recursos y la masiva extinción de especies junto con un incremento de las catástrofes naturales enlazan con la idea de que la izquierda no puede permitir la subordinación del medio ambiente al crecimiento económico inmediato. Debemos ser absolutamente pioneros y militantes en la implementación de modelos de urbanismo sostenible, de relaciones laborales sostenibles, de sistemas energéticos sostenibles y de formas de producción sostenible. La lógica de la sostenibilidad es radicalmente transversal y es la izquierda quien tiene que decirlo y la única que puede hacerlo. En este sentido se impone, parafraseando a Joschka Fischer, una “revisión de los límites del crecimiento” .
La aceptación de la multiculturalidad derivada de fenómenos como la inmigración e inscrita en el marco de la lógica democrática de libertad debe compaginarse con el respeto a los deberes básicos de ciudadanía que forman parte del acervo de la izquierda desde la revolución francesa. De la misma forma, se deben proponer fórmulas (la Alianza de Civilizaciones es un intento en ese sentido) que tiendan a recomponer el concierto mundial en un contexto de “desorden multipolar” (T. Garton Ash) agravado por la radicalización islamista y que supongan una alternativa frente a la descabellada política incendiaria de los Neocons. Europa, con sus sombras, sigue siendo hoy el “primer espacio transnacional del mundo” (Jeremy Rifkin) y sigue proyectando bastante luz y razón a su alrededor.
Como conclusión de lo anteriormente expuesto, cabe afirmar que, en un mundo en el que los roles tradicionales de izquierda y derecha tienden a difuminarse en la neblina de la posmodernidad, merece la pena considerar que un factor diferenciador de la izquierda puede ser su acercamiento proactivo a la realidad y su aportación de soluciones complejas a los problemas complejos. Algo asimilable a lo que Salvador Pániker define como “pensar la complejidad”. Parece que el grupo de notables internacionales reclutado por Zapatero apunta en esa dirección y debemos felicitarnos por ello.
ANISAKIS
La izquierda acepta sin problemas desde hace aproximadamente medio siglo la eficacia de la “mano invisible” del mercado, sin perjuicio de que los fallos del mercado existen y deben ser minimizados por un Estado fuerte y eficaz. Sin embargo hay que recalcar que la defensa de la eficiencia económica no puede ser monopolio de la derecha (el déficit cero, el superávit fiscal, la reducción de la burocracia, la racionalización de los servicios públicos y de la administración pública, no pueden ser argumentos abandonados a la derecha). Adicionalmente, la izquierda debe articular un discurso fiscal sólido y coherente ante los espasmódicos movimientos de rebaja fiscal propugnados por la derecha. En la misma línea, hay que plantearse qué posición adoptar ante el fenómeno de la deslocalización combinado con un marco global de incremento estructural de ciertos precios básicos que tiene que ver en gran medida con la incorporación de la India y China al consumo agregado mundial y con la inelasticidad de la oferta de muchas materias primas, tendencias ambas que afectan más a los que tienen menos. En palabras del nobel Joseph E. Stiglitz “las clases medias, base de la estabilidad, tienden a desaparecer”.
Problemas como el cambio climático, la deforestación, el agotamiento de recursos y la masiva extinción de especies junto con un incremento de las catástrofes naturales enlazan con la idea de que la izquierda no puede permitir la subordinación del medio ambiente al crecimiento económico inmediato. Debemos ser absolutamente pioneros y militantes en la implementación de modelos de urbanismo sostenible, de relaciones laborales sostenibles, de sistemas energéticos sostenibles y de formas de producción sostenible. La lógica de la sostenibilidad es radicalmente transversal y es la izquierda quien tiene que decirlo y la única que puede hacerlo. En este sentido se impone, parafraseando a Joschka Fischer, una “revisión de los límites del crecimiento” .
La aceptación de la multiculturalidad derivada de fenómenos como la inmigración e inscrita en el marco de la lógica democrática de libertad debe compaginarse con el respeto a los deberes básicos de ciudadanía que forman parte del acervo de la izquierda desde la revolución francesa. De la misma forma, se deben proponer fórmulas (la Alianza de Civilizaciones es un intento en ese sentido) que tiendan a recomponer el concierto mundial en un contexto de “desorden multipolar” (T. Garton Ash) agravado por la radicalización islamista y que supongan una alternativa frente a la descabellada política incendiaria de los Neocons. Europa, con sus sombras, sigue siendo hoy el “primer espacio transnacional del mundo” (Jeremy Rifkin) y sigue proyectando bastante luz y razón a su alrededor.
Como conclusión de lo anteriormente expuesto, cabe afirmar que, en un mundo en el que los roles tradicionales de izquierda y derecha tienden a difuminarse en la neblina de la posmodernidad, merece la pena considerar que un factor diferenciador de la izquierda puede ser su acercamiento proactivo a la realidad y su aportación de soluciones complejas a los problemas complejos. Algo asimilable a lo que Salvador Pániker define como “pensar la complejidad”. Parece que el grupo de notables internacionales reclutado por Zapatero apunta en esa dirección y debemos felicitarnos por ello.
ANISAKIS
15 comentarios:
Respecto a lo que dice Negrín en su comentario a Hora de Ilusionar (que en realidad creo que toca aquí), la mano invisible funciona porque permite cruzar la oferta y la demanda de una forma bastante eficaz y permite que se optimice, hasta cierto punto, la producción, decidiendo qué se produce, cuánto y a qué precio.
Otra cosa (AQUÍ ENTRA EN JUEGO LA COMPLEJIDAD) es la existencia de fallos de mercado, en particular externalidades negativas(ejemplo paradigmático: contaminación), fallos de competencia (oligopolios, monopolios) e ineficacia para producir bienes comunes ( seguridad, justicia o infraestructuras, por ejemplo).
Es más, me atrevo a decir que los fallos del mercado son cada vez más intensos, particularmente dada su incidencia en materia medioambiental (vease urbanismo depredador en España o incendios forestales en Galicia, ambos consecuencia directa de una mano invisible y, además, ciega) a medida que avanza la modernidad.
Escándalos empresariales como los de Banesto, Enron, Arthur Andersen o Fórum Filatélico (por poner solo algunos ejemplos) o crisis globales como la de los países asiáticos de 1997 o la de las hipotecas subprime en la actualidad son también fallos del mercado.
Estos y otros errores de la mano invisible justifican por sí solos la existencia de un estado fuerte que supervise, encauce y minimice las desviaciones.
En cuanto al tema de los funcionarios, no se trata de eliminarlos porque sí o de dejar sin dotación servicios básicos.
Se trata de racionalizar. Cualquiera que conozca la administración pública española sabe sobran funcionarios en unos sitios y faltan en otros. También sabe que algunos (pocos) trabajan a destajo y otros (muchos) lo hacen por debajo de lo exigible, incluso por la existencia de una desmotivación general. Finalmente sabe que no existe el más mínimo control de gestión ( análisis de eficacia y eficiencia ) de los servicios públicos.
Nos equivocamos PROFUNDAMENTE si pensamos que estas reflexiones son propias de la derecha. En realidad la derecha española solo utiliza de forma tópica eslóganes sobre estos temas, pero no tiene un pensamiento económico organizado ni coherente, se limita a copiar sin entusiasmo malas ideas ajenas. Pero este es otro tema(interesantísimo) que dejaré para otra ocasión.
Entonces, según anisakis, la mano invisible cada vez más se parece a una garra un poco torpona. Evidentemente en un mundo donde la complejidad es más es que un concepto afortunado, lo que nos debe interesar, para hacer un certero análisis, es el cómo funcionan las cosas. Los admiradores de la mano invisible y de su encanto quizás lo son por su simplicidad. Ya que el mercado es la maximización de los recursos en el juego de la oferta y demanda, donde las empresas más eficientes son premiadas en detrimento de las menos eficientes, entonces dicen los cautivados por esta magia, a la larga pondrá a cada cosa-empresa-en su sitio. Pero este subsistema llamado mercado esta inscrito en otros sistemas más complejos-por ejemplo, el sistema social-y es aquí donde empiezan los problemas. Ya que el regulador-el Estado-rara vez suele ser neutral, pues ocurre que no siempre la empresa más eficiente es la que sale premiada en el juego de la oferta y la demanda. Si cada vez los fallos del mercado son más íntensos-anisakis-no sé muy bien qué hace la izquierda reivindicando la mano invisible y los parabienes del mercado como mecanismo eficiente asignador de recursos, pues de lo que se trata-sin poner en tela de juicio de momento la economía de mercado-es que no confundamos sociedad de mercado con economía de mercado. Sí, estoy de acuerdo que la izquierda debe defender que la competencia sea más abierta, que el Estado se comporte como un observador neutral y, lo más importante, que las reglas sean claras y sencillas para todos y, por supuesto, sean respetadas. Ahora bien, esto se compadece muy mal con la defensa de Telefónica que hace el gobierno actual ante Bruselas por la multa que la Comisión le ha propinado por prácticas abusivas ante los consumidores-nosotros-y la competencia -las otras operadoras. En cuanto a la racionalización de los servicios públicos estamos de acuerdo. La administración pública suele ser un paquidermo torpe y pesado y todo énfasis en lograr que sea más eficiente, más que de derecha o izquierda es, más bien, de perogrullo. Sólo un único matiz: la reforma interna de las administraciones públicas-el quitar donde sobra y poner donde falta-siempre debe tener una divisa: las necesidades reales de la sociedad y los ciudadanos. Por ejemplo: si las bolsas de fraude fiscal son endémicas es este país, y sí los son, más inspectores de hacienda, por favor. ¿Cuántos? Los necesarios para erradicar dicho fraude. Por ejemplo, duplicarlos. El coste de sus salarios nunca sería más alto que el dinero negro recaudado.
Podemos comentar sobre la izquierda proactiva (I) o sobre la izquierda Compleja como aparecia ayer en el Blog. Me gustaría, pedirle al administrador que no se hagan cambios ni en los títulos ni en el contenido, pues el sentido último de un blog o foro es poder expresarse libremente sin censuras, siempre que no se falte al respeto a nadie.
Entrando ya en este tema del libre mercado de la mano invisible, creoq ue debemos ananlizar varias cuestiones:
La mayoría piensa que el tiempo de Marx ya pasó,pero no podemos olvidarnos lo que significó y tampoco que fue uno de los grandes pensadores del siglo XIX, yo soy de la opinión de que el siglo XXI volverá a ser el siglo de Marx.Pero para explicar esto, tenemos que desvelar en qué consiste la relación del pensamiento de este autor con la famosa metáfora del padre de los economistas, el insigne liberal Adam Smith.
Smith filósofo y moralista entendía por Mano invisible aquel mecanismo oculto (la busca del interés privado por cada particular aisladamente) que conducía a la sociedad desde las esferas privadas individuales a la satisfacción del interés general.
Quiero centrarme aquí, en el lado más universal del problema. La economista Británica Joan Robinson, interpretó la metáfora Smithiana, como la degradación del problema moral en una cuestión definitivamente irrelevante, desde el momento en que cualquier conducta --altruista o egoísta-- puede ser considerada “buena” si es privada, ya que contribuirá, ayudada por la mano invisible del mercado, a conseguir el bien común.
Mucho se ha escrito sobre la mano invisible, y mucho se la ha criticado también. Por ejemplo, Albert Hirschman demostró el paralelismo entre esa fórmula y su famosa “tesis de la perversidad”, el argumento preferido que utilizan los conservadores (aunque no sólo de ellos) para justificar que es mejor abstenerse de intentar políticas públicas bien intencionadas (por ejemplo, políticas keynesianas de demanda para luchar contra el desempleo), ya que, por lo general, los buenos propósitos suelen ir acompañados de malos resultados efectivos, por lo que la mejor política sería, según los conservadores, la que no existe. De ahí, la consigna de la desregulación (aunque no se caiga en la cuenta de que, para desregular, o sea, para eliminar una norma positiva, hace falta otra nueva, y esto requiere la persistencia, si no el incremento, del aparato burocrático).
Por lo tanto Sr. Anisakis y Sr Pablo Arangüena su postura ya está enfrenteda a un posicionamiento que dicen de reducir la burocracia, se equivocan ya que sería todo lo contrario.
Marx siempre diferencio entre lo positivo y lo normativo. Marx no rechaza lo positivo de esta mano invisible, pues también esta en él.
Pero lo que Marx rechaza con todas sus fuerzas es el lado “normativo” de la Mano invisible. Era cierto que la economía competitiva capitalista suponía un avance respecto del orden feudal, que existia por entonces. Pero la tesis de Marx es que, ya en su época --y, con más razón, podríamos decir “ahora”--, la economía capitalista se había hecho retrógrada.
El Liberalismo fue positivo, fue útil, fue valioso en sus comienzos, cuando entró a legitimar un gran cambio de poder que se producía en la sociedad europea de la época; en aquel momento, el poder se trasladaba desde el poder feudal de las tierras, de la nobleza y del clero a los comerciantes, a los empresarios, y empezaba a emerger un nuevo poder social; y en ese momento, el Liberalismo, el Capitalismo, favoreció la expansión de fuerzas productivas, favoreció el progreso de la técnica; y en ese sentido digo que es positivo; pero hoy es anacrónico; no es que sea malo: es que es anacrónico, anticuado; es que no sirve para resolver los problemas; nunca fue verdad que el mercado sea la libertad, pero hoy, es menos verdad que nunca; lo que pasa es que los señores neoliberales padecen una enfermedad frecuente en los creyentes de todas clases, sean religiosos o laicos: es la ceguera del creyente (y cuando alguien cree a pie juntillas en alguna cosa, ya no puede ver, no ve lo que sea contrario a sus creencias, ni siquiera mira: no le interesa porque vive con arreglo a sus creencias)” esto dicho por Sampedro y que yo también asumo.
Así pues podemos decir que, Los liberales, lejos de pretender la destrucción del Estado y su sustitución por no sé qué orden social espontáneo, buscan la restauración de un Estado fuerte, limitado y capaz de cumplir sus funciones necesarias: un Estado que sepa establecer y mantener el marco en el que vaya a florecer la actividad individual”.
Marx no tiene nada que ver con los intentos de arreglar el capitalismo a base de intervención estatal. Él simplemente hizo dos cosas: 1) observó que el capitalismo lleva dentro fuerzas que lo transformarán en socialismo (su tesis teórica); 2) lo anterior no tiene nada que ver con el fatalismo histórico, pues Marx creía que la historia la hacían los hombres, pero no como un alfarero hace su botijo, sino por medio, precisamente, de la mano invisible de la sociedad, es decir, como resultado de todas las luchas y conflictos que surgen en la sociedad capitalista, y con independencia de que unos individuos empujen en una dirección y otros en otra.El siglo XXI ha empezado como terminó el XX: mostrando a quien quiera mirar desprejuiciadamente que la realidad se parece cada vez más a la que Marx tenía en mente al desarrollar su labor de teórico y de revolucionario.
Por todo esto creo que el artículo con más coherencia en tratar este tema desde mi punto de vista y desde mi visión de lo que es la izquierda y hacia donde tiene que ir la izquierda es el que ha puesto el Sr. Negrín y claro mi contestación. El artículo escrito como primera parte por el Sr. Arngüena me parece una reflexión muy de centro tirando hacia la derecha.
Parece evidente que la famosa mano invisible no ha de entenderse como un dogma sino como un mero instrumento del capitalismo; instrumento de cierta utilidad, el contraste de los egoismos ciertamente genera eficacia, pero si lo dejamos huérfano de tutela pública, nos encontramos con las evidencias ENRON, FORUM FILATÉLICO, etc... casos que siendo diferentes todos ellos, evidencian algo incuestionable: que esa mano invisible en cuanto puede se hace trampas, con lo que el capitalismo entra en barrena. El modelo de capitalismo que auspician los neocon hiperliberales no es otro que un modelo en el que al no existir tutela pública, los más listos y con menos escrúpulos,puedan hacer trampas al propio sistema incrementando espectacularmente sus beneficios. En eso falla la propuesta neocon. Al capitalismo le pasa lo que a la democracia, y aquí parafraseo a Churchill, que es el menos malo de los sistemas posibles; lo que ocurre es que no es ninguna filosofía de vida sino un mero instrumento al servicio de la sociedad, y como tal debe de estar sujeto al imperio de los límites que quiera fijar esa sociedad a quien sirve. Por eso es tan moderno como socialista exigir un mercado eficaz y debidamente reglado, cuyos beneficios reviertan en un amplio porcentaje a la colectividad y la mejor manera de hacerlo en mi opinión, al margen de aspectos impositivos, sería regulando la preceptiva participación de los trabajadores de las empresas en un porcentaje de los beneficios de las mismas, ello permitiría incrementar la productividad y redistribuir la riqueza de manera más eficiente, porque yo sí que creo que salva la fiscalidad precisa para mantener servicios públicos imprescindibles (sanidad, vivienda y educación de calidad, además de los habituales propios de todo estado) los recursos se aplican mejor en manos de los ciudadanos (de todos, cada uno en su proporción) que en manos del Estado, en eso sí que soy liberal, o mejor sería decir marxista ...
Este Administrador asume las críticas de Vaticano y solicita comprensión ante los cambios que se han producido en el artículo "La izquierda compleja", fruto del hecho de que todavía estamos rodando este proyecto y surgen dudas de diversa índole. En el futuro no habrá cambios en los artículos una vez publicados.
Muchas gracias por sus aclaraciones administrador. Creo que es una medida aceptada
saludos desde el Vaticano
Muito me temo que a minha aportaçao sexa demasiado simples, mais aí vai.
Creio que a mao invisibel do mercado non é outra cousa que a mao que apreta a gorxa do pobre. Para quen essa eficácia. Non para os millóns de pessoas que morren na África porque as farmacéuticas non queren ver minguadas as súas ganancias. Non para un planeta que morre pouco a pouco.
Creio que o nosso socialismo serve para outra cousa que para adormecer as conciencias dos que vivemos no primeiro mundo.
É preciso un socialismo real e democrático. Un socialismo que concentre os principais medios de produçao no Estado e ao tempo permita unha inicitiva pessoal, mais restrinxida. Porque as fortunas pessoais deven ter um límite. Claro que os membros deste estado teñen que ser escollidos democraticamente. Hoxe temos democracia dentro do capitalismo, imposibel saírmos del. Cómpre un futuo en democracia dentro dun socialismo real. O demais, que é?. Manter as nosas barrigas quentes mentres as de millons de mulleres, nenos e homes se arrefrian de fome.
Marx puxo en evidencia as grandes contradiçoes do capitalismo. Seguen diante nossa.
Perdoade a intromissao no vosso blog e a miña linguaxe. Tratei de escrever en galego mais muito temo non facelo ben. Un abraço desde Porto e muitos parabéns.
Pay, as túas aportacións sempre serán ben recibidas.
Creo que a meirande parte dos izquierdistas sentimos unha aberta simpatía polas utopías igualitarias.
Outra cousa é a viabilidade real da súa aplicación no tempo presente e tendo en conta o "estado actual da ciencia".
O mercado é un mecanismo imperfecto, a sociedade de consumo é absolutamente alienante (por utilizar un afortunado achádego marxista) e o capitalismo é hostil ó ser humano pero é o que impera neste momento e goza dunha excelente saúde.
Creo que Negrín e máis eu estamos sustancialmente dacordo, fora dunha discusión nominalista que non merece a pena.
En cambio, non comparto algunhas afirmacións de Vaticano. Primeiramente son escéptico respecto a que este sexa o século de Marx. Certo que o século de Marx chegará algún día e estou certo de que o futuro da humanidade ten moito que ver con Marx. Pero é moi cedo. Como digo o capitalismo goza dunha saúde de ferro. O que Vicente Verdú define como "capitalismo de ficción", que sería a fase do capitalismo na que nos atopamos no momento presente, máis alá do capitalismo de consumo, caracterízase pola absoluta infiltración do capitalismo nas nosas mentes, nos nosos corazóns. O que vai acabar có capitalismo e o colapso ecolóxico, que obrigará a adoptar unha organización de cariz crecentemente colectivista. Neste sentido é moi interesante reflexionar ata qué punto a ecoloxía conduce ó marxismo.
Respecto a que a para eliminar unha norma positiva fai falta unha norma nova, non estou dacordo. Técnicamente a ausencia de regulación non require burocracia.
Sen embargo, en todo caso creo que Vaticano malinterpreta a parte económica do meu artigo "la izquierda compleja I". Tal vez na segunda parte poda clarificar algúns conceptos pero en todo caso son partidario dunha intervención estatal importante, correctora dos fallos do mercado. Unha intervención moito máis eficaz da que se produce actualmente.
En todo caso creo que no momento presente non debemos saírnos dos raíles da socialdemocracia, se non queremos corre-lo risco de descarrilar.
Bueno, creo que este tema tiene mucho para debatir, Sr. Anisakis en su ultima contestación en la que comenta que no coincide conmigo en algunos aspectos creo que es mas que evidente ya que tanto su artículo como mi contestación van por otro camino. En esta intervención hace mención a que este no va a ser ese meomento o el siglo de Marx. Permitame que lo ponga en duda, hace mención a algo que va a afectar de tal manera que va a cambiar a la sociedad, si esta no se extingue antes, que es el colapso ecológico, que no creo que tarde mucho en producirse 15, 20 25 años a lo sumo le calculo yo. Despúes que, que nos queda, aún estamos en el siglo XXI. Pero bueno, dejando esto me centrare un poco más en eso del colapso ecológico y el ecosocialismo que llegara y dará paso a postulados y pensamientos Marxistas, adaptados a los tiempos en los que vivimos.
Vivimos en un mundo abocado al pensamiento único y la gran mayoría de la veces los envoltorios son lo único que diferencian las ideas. Un claro ejemplo sería la bandera ecosocialista en la que algunas formaciones políticas se envuelven para diferenciarse de otras que supuestamente están más retrasadas en su concienciación ecológica, de manera parecida a lo que pasa con ciertos productos comerciales como la comida ecológica, etc...
Pero lo que tenemos que plantearnos y ya pues el tiempo pasa es: Cuál es el punto de unión entre el socialismo y el ecologismo? .Y lo que es más importante: ¿ Son cosas equiparables?
O simplemente es un envoltorio mas para sacar mas votos.
Para responder esto creo que es necesario saber que es el ecologismo y saber que es el socialismo aunqeu algo ya introduje de este ultimo en mi primer post. Mi pregunta es en este blog todos tenemos claro que es ser de izquierda y ser socilista, por que, veo mucho lo de la socialdemocracia, la tercera via y eso son posturas muy de Centro y conservadoras.
El ecologismo es un movimiento social surgido a los años 60 que tomó fuerza a raíz de la crisis energética del 73 y que venía a denunciar los efectos negativos para el medio del sistema de producción actual: contaminación o agotamiento de los recursos y que apuesta recientemente por el crecimiento sostenible como objetivo.
El socialismo por su parte, es una ideología formulada en el siglo XIX que denuncia las desigualdades de clase derivadas del sistema de producción capitalista y apuesta por una sociedad sin clases conquistada mediante la gran arma moral de la justicia social.
En resumidas cuentas, las dos teorías viene a ser semejantes en cuanto a su carácter de reacción frente al mismo el sistema de producción capitalista pero mientras que la primera pretende un cambio infraestructural de éste, la segunda hace una denuncia explícita de una consecuencia del sistema y apuesta por un enderezamiento de éste en clave sostenibilista, de manera parecida a lo que pasa con la socialdemocracia actual que pretende un cambio progresivo en clave de justicia social.
De hecho, las mismas teorías socialistas ya incorporan de manera implícita los principales fundamentos de la teoría ecológica como es la necesidad de la justa valorización de los bienes con el fin de evitar la acumulación de capital en el caso del socialismo o el agotamiento de los recursos en el caso de la teoría ecológica.
A nivel territorial precisamente, no hay un crecimiento más sostenible posible que aquél que genera un sistema urbano eficiente en todos los aspectos. Es decir, aquél que genera modelos de ciudades compactas, conectadas en red de manera que sean complementarias entre sí, haciendo que todo el sistema sea autosuficiente, completamente accesible y donde se pueda dar la retroalimentación positiva (reaprovechamiento o redistribución de recursos dentro de un mismo sistema) .
Si no se alcanza este modelo, las ciudades tienen que suplir sus carencias (vivienda, actividades económicas...) sólo a través del crecimiento de forma continua, agotando su suelo disponible y aumentando su huella ecológica en el territorio. Esto lo estamos viendo que esta pasando por desgracia en nuestro país.
Otro tema, sería la definición de cómo tienen que ser los flujos entre estas ciudades, de manera que, habría que dotar a éstos de una dimensión adecuada para evitar el colapso, de infraestructuras que sean universales para evitar la exclusión social y la accesibilidad diferencial a los bienes y servicios (sólo el 30% de la población dispone de vehículo privado) y con un mínimo impacto sobre el entorno (el transporte es uno de los principales causantes de la emisión de CO2). La manera seria con un transporte publico colectivo, perfectamente definido y estudiado de tal manera que el impacto en el territorio sería minimo en comparación con las infraestructuras que hoy en dia necesitamos para la movilidad de nuestros bienes privativos. La sociedad actual se va a tener que plantear el cambio y a corto plazo. Vamos a tener que perder comodidades y biens como es nuestro transporte privado en post o en beneficio de la colectividad y del transporte colectivo, pero este paso, dificil y esta aceptación de este compromiso de responsabilidad con todos los hombres y mujeres y con nuestro planeta va a ser algo dificil y una decisión que a corto plazo nadie va a entender y sólo se entendera a largo plazo cuandolas molestias que nos generen nuestros bienes privativos nos hagan ver que ya no los necesitamos o que no podemos mantenerlos mas.
Este planteamiento sólo se puede realizar desde un ecosocilismo de verdad, no desde un ecologismo y un socialismo disfrazado para ganar simpatias y votos a corto plazo y seguir en mayor o menor medida aguantando un sistema perverso que destruye el planeta, crea mas desigualdades entre los territorios y los hombres, pero lo mantenemos por que nosotros estamos en una posición que estamos beneficiandonos de él, del sistema opresor que acabara con esta sociedad. Este sistema no puede ser apoyado, ni defendido por un socialista. Al socialista no le queda mas remedio que jugar esta partida pero tiene que ser capaz de ir cambiando las reglas del juego y cambiar el entorno o el territorio, si se conforma con no descarrilar entonces no es un socilista es un conservador disfrazado de socialista.
saludos desde el Vaticano
Enhorabuena por este blog: creo que es bueno que exista una iniciativa de debate sin cortapisas dentro del partido, particularmente en A Coruña y además creo que hay mucho que debatir y reflexionar. Ahora no tengo tiempo pero en cuanto disponga de 5 minutos entraré a fondo.
Caruso dijo…
Los fenómenos socio-económicos de fondo muy novedosos, que sí están configurando sociedades distintas, sus resultados van a ser a medio y largo plazo muy dudosos, más bien problemáticos; se está cambiando a pasos agigantados sin asimilar lo que realmente está ocurriendo de verdad, porque el mundo se está desestabilizando; se crea riqueza esclusiva para pocos y de éstos las típicas clases medias, en las cuales no saben administrar realmente lo que esto les está suponiendo. Aquí es donde tiene que intervenir la izquierda, imponiendo sus conocimientos a todos los niveles, que no son pocos.
Porque lo que no se puede permitir es que la derecha domine todo el estatus capitalístico; por ello, el Estado tiene que ser sólido e inteligente con su manera de funcionar, haciendo las cosas bien e intentando solucionar los problemas, que hay de muchas índoles, como por ej.: cambio climático, deforestación, agotamiento de recursos, etc.
Hay que dar soluciones, y hacer por todos los medios que éstos se resuelvan a corto y medio plazo con destreza y eficacia.
Por tanto, estoy de acuerdo con que la izquierda puede y debe de hacer.
No se podrá de inmediato pero si poco a poco, ya que esto es un derecho de la izquierda, como el derecho a la socialidad, urbanismo, energías y multiculturidad que en estos momentos están ocurriendo y que son una realidad, y que nosotros los socialistas debemos solventar.
Y nunca dando pie a esa derecha , que parece ser que promete lo no prometido, puesto que las cuentas hechas por ellos salen cuando no es así; pero claro, los de la derecha lo han hecho siempre así, con mentiras y conspiraciones y sobre todo a nivel nacional.
Así, la izquierda tiene que resolver problemas complejos aportando soluciones complejas.
Claro que esto no va a ser un camino de rosas, pero para eso está la izquierda sindicalista;
para hacer lo que otros ni hacen, ni quieren ni saben, y si saben es a razón de su etnocentrismo.
Este comentario va dirigido al post de Vaticano en el que presenta una serie de reflexiones sobre, lo que él denomina el “ecosocialismo”.
En primer lugar, no estoy de acuerdo (permíteme que te tutee) con lo que expones en tu artículo. No me voy a explicar aquí, pero, en esencia: creo que mezclas demasiadas cosas, realizas un ejercicio de voluntarismo ideológico muy forzado, basas tu argumentación en un montón de lugares comunes (algunos muy superados) y te sacas de la manga una conclusión: la unión de socialismo y ecologismo: el ecosocialismo, que no tiene ninguna base, ni teórica ni fáctica. Por supuesto, todo lo anterior es mi opinión.
Dicho lo anterior, me interesa – y te agradezco – que hayas sacado el tema del medio ambiente. Yo, por cierto pudor, no lo había sacado antes. Creo que se pueden producir debates muy interesantes en el blog, en los que encantaría que participarás. Se trasluce en tu artículo que has reflexionado sobre estos temas y, lo más importante, estás sensibilizado sobre la destrucción de nuestro medio.
En definitiva, he decidido, utilizar el comentario de Vaticano como píe para un artículo de opinión que pronto se introducirá en el blog (lo he titulado, “El Paraíso perdido”). Lo oriento hacia uno de los aspectos que considero más importantes, y más abierto al debate, de toda esta problemática: la relación entre desarrollo sostenible y estado social.
Espero que genere interés y participemos todos expresando nuestras opiniones; en especial, tú, Vaticano.
J.L.
José Luis:
Yo creo que existe una relación clara entre socialismo y ecologismo.
El ecologismo trata de conseguir relaciones lo más armoniosas posibles con el medio. La única forma de conseguir este tipo de relación es consumiendo menos (y de otra forma). La única forma de conseguir que se consuma menos y de otra forma es mediante una fuerte intervención estatal. En concreto, el estado debería orientar el consumo, disuadiendo el exceso de consumo e incentivando aquellas actitudes y producciones compatibles con el medio ambiente. Por ejemplo, claramente los productos de lujo deberían estar prohibidos porque el lujo es antiecológico. El sector forestal (sostenible) debería estar fuertemente incentivado por ecológico. Los envases de plástico deberían ser prohibidos por antiecológicos. La agricultura ecológica debería ser incentivada.
Y así sucesivamente. Va sonando como un comunismo ecologista, no?
Otra cosa es que todavía no estemos en esa onda. Pero indudablemente los tiros en un futuro no demasiado lejano irán por ahí. Una especie de ecologismo central planificado.
Aviso: antes de que algún ortodoxo me acuse de cualquier chorrada, lo que acabo de hacer es básicamente un ejercicio especulativo, sin consecuencias más allá de la mera reflexión.
Hola José Luís. No lo interpreto mal, me refiero a las palabras que pones de que no estás del todo de acuerdo con lo que yo he escrito. Me parece estupendo y estoy deseando que pongas ese artículo. Claro que el Medio Ambient me interesa, es más, te diré que para mí el problema más importante al que hoy en día se enfrenta la humanidad, es a la destrucción del planeta, al agotamiento de los recurso, El medio ambiente es algo crucial ahora y en la siguiente decada. No intento con esto hacer un mensaje apocalíptico, pero creo que es necesario que todos nos pongamos en la situación real de a que nos enfrentamos.
En cuanto a la palabra ecosocialismo, es uan aglomeración no sólo de ecologismo y socialismo, implica nuevas formas de vivir, de consumir, de producir y utilizo ecologismo por que es necesario que respetemos nuestro medio, que tengamos claro que los recursos son limitados no ilimitados, y socilismo por que considero que las ideas socilistas son las que mejor pueden ayudar a constuir un sistema de producción, económico que vaya en sintonía con todo lo otro. No todo vale en este mundo, y es importante que tengamos claro que el ganar dinero, el crecer economicamente, y progresar de poco nos va a valer sino respetamos y cuidamos el medio en el que vivimos. Tenemos que priorizar y ser solidarios ya que no todo vale y eso permiteme que te diga que ese sentimiento y esos valores sólo los tiene la izquierda ya que su visión es mas a largo plazo y no a corto plazo.
Espero con ganas tu artículo y creo que participare
Saludos desde el Vaticano
Estimados Bloggeros:
Os dáis cuenta de que la extrema derecha está cada vez más suelta; llevaban años adormecidos y gracias a los buenos oficios del PP y de ese preclaro líder de inteligencia lenta, léase Acebes, están tomando la calle sin complejos. La cuestión es peliaguda ya que si finalmente rompen el PP en dos, la derecha española podría pescar votos en el terreno de la izquierda y luego gobernar apoyados por los escasos diputados que saquen esos benditos, justito como hacen por ahí adelante en Europa. En fin, lo dicho, que la derecha española ha sacado a pasear a esos parientes retrasados mentales que hasta hace poco mantenían ocultos de pura vergüenza que les daba; será acaso esa la derecha sin complejos que Aznar defendía?
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