EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Antes de ser un partido político, y una forma de gobierno, el socialismo fue una audaz aventura del pensamiento, una corriente ideológica alternativa al predominio de la doctrina liberal surgida del capitalismo salvaje.

Claro está que en ciertos círculos de la intelectualidad europea se anticiparon y anunciaron las ideas socialistas, mientras que los liberales no supieron ver la nueva filosofía surgida de las nuevas relaciones mercantiles. Unas ideas que siguen vigentes, pues el socialismo no es cosa del pasado, sino del porvenir, de aquellos que lo defendemos con nuestro voto. El socialismo puede crecer en ambientes en los que conviven todas las formas de propiedad, de ética y moral, incluso en aquellas clases impregnadas de una fuerte dosis de liberalismo económico.

Lo que está probado es que no admite el dogmatismo, la exclusividad ideológica y la burocratización. Casi nunca se recuerda que en el siglo XIX, al producirse la revolución industrial, hubo una expansión explosiva de la producción y un inaudito afán de ganancias, a costa siempre de los más débiles. Ingentes masas de trabajadores provenientes del campo, entre ellos mujeres y niños, en mugrientas fábricas y talleres durante extenuantes jornadas de trabajo, creaban enormes masas de mercancías y, claro está, de dinero. Comprometidos con el dejar hacer, esencia del liberalismo económico, prácticamente todos los estados de entonces ampararon el comportamiento salvaje del capital. Aunque hoy en día los trabajadores avanzaron notablemente en sus derechos, sobre todo en aquellos sectores de mayor presencia sindical, aún permanecen bolsas de trabajadores, por ejemplo los del servicio doméstico, por no mencionar otros sectores aún más desfavorecidos, cuyas condiciones laborales son indignas de países desarrollados económicamente.

En una época en que no existían sindicatos ni partidos políticos se descolgó una generación de intectuales que asumieron las críticas del régimen de producción vigente. Uno de los grandes descubrimientos de entonces fue que el capitalismo no podía crecer sin hacer crecer e ilustrar a la clase obrera y que los trabajadores, no podían liberarse sin liberar a toda la sociedad. Pero ello no se podía llevar a cabo sin contar con medios de propaganda y dinero, enfrentando además a la reacción europea. A pesar de todo las ideas socialistas se hicieron inmensamente populares.

La intelectualidad progresista y los líderes obreros que surgían eran todos socialistas, incluso el más brillante de todos los papas, León XIII, percatándose de la grandeza del momento histórico y de las consecuencias que la desmedida explotación podía tener, escribe la más importante de las encíclicas sociales de la iglesia (rerum novarum) en la cual reconoció la pertinencia del socialismo (ejemplo a seguir en los tiempos actuales). Carlos Marx fue más lejos todavía al fundamentar científicamente que el capitalismo, con todo su derroche de crueldad era una etapa imprescindible del desarrollo histórico, por cierto la más floreciente que había conocido el género humano, por lo que concluyó que en los países más atrasados el desarrollo capitalista era una asignatura pendiente, por la que necesariamente se debería transitar hacia una sociedad más justa.

El inmovilismo disfrazado de estabilidad es la opción conservadora de la ˝entente cordial ˝, que
sostiene a la oligarquía mientras que los representantes populares no tienen otra opción que proyectarse hacia un futuro nuevo, al menos en el sentido ideológico y político, el pasado es un referente, no un paradigma; un legado no un programa. Al proyectarse hacia el futuro y buscar en las ideas socialistas más puras y originales los argumentos y las herramientas para formular los programas políticos avanzados de que son ponentes, las actuales vanguardias españolas evidencian talento y madurez.

Toda la izquierda es de algún modo socialista y todos socialistas son de alguna manera marxistas: la tesis es fácilmente verificable, dado que el pasado marxista de la socialdemocracia y del movimiento socialcristiano está sólidamente documentado. Todos los socialistas, reformistas o radicales, le deben algo a Marx, como también, en cierta medida, a Adam Smith y a Keynes.Debemos y tenemos que esforzarnos los socialistas para afrontar los retos que se nos presentan en un futuro próximo, para conseguir nuestras metas establecidas de una manera inteligente y audaz, contribuyendo con nuestro voto a esa izquierda que lo sabe hacer bien; sin titubeos, sin fisuras, con las ideas muy claras y convencidos de lo que queremos hacer.

Realzar el socialismo y proyectarlo en el siglo XXI significa asumirlo como un camino y no como
un destino, no se trata a donde se llega, sino hacia donde se avanza.

Carusso

17 comentarios:

Anónimo dijo...

De hecho Carusso, hoy día se habla de una nueva tendencia política que se abre paso para enterrar a los neocon, y son los neoprogresistas, una modernización de la socialdemocracia, de aquella socialdemocracia que cambio por completo la faz de Europa tras la segunda guerra mundial y que últimamente parecía bastante agotada. Ciertamente el socialismo bebe del marxismo y la socialdemocracia del socialismo, lo mismo que el socialiberalismo lo hace de la socialdemocracia. No se trata de renunciar a esencia alguna, reneguemos más bien de los guardianes de esencias, sino de actuar en socialdemocracia para el siglo XXI.

Anónimo dijo...

Carlos Marx anuló con sus análisis y pronósticos toda posibilidad de que el capitalismo más brutal se impusiera en todo tiempo y lugar. Es un caso paradigmático de profecía que se desconecta a sí misma.

De aquellas lecciones debemos beber los socialistas de hoy para analizar nuestro presente y adelantarnos al futuro. No debemos caer en la simpleza de pensamiento y decirnos que aquellas ideas han quedado obsoletas y no se pueden actualizar, por que los caminos seguidos por el capitalismo son los pocos que Marx dejó abiertos. Por el lado positivo podemos contemplar el éxito de la socialdemocracia, momento histórico que observarían con admiración las generaciones pasadas y recordarán con envidia las venideras pero, por el lado negativo, advirtamos los maquiavélicos ejercicios del nuevo capitalismo transitando en silencio esas vías estrechas que quedaron abiertas. Los tiempos cambian, las ideas cambian, pero tal y como dijo Marx, toda idea pertenece a una clase de trabajo que él conocía por trabajo general, siempre apoyado en el saber anterior, en los conocimientos de las generaciones que ya no están. La humanidad no debe caer en soberbia y despreciar las lecciones de nuestros mayores; los socialistas haríamos mal si olvidamos. Despreciado el fundamento primero perderíamos nuestra identidad. El socialismo del siglo XXI está por construir, construyámoslo sobre los cimientos que ya existen.

Saludos socialistas

Carlos Raya

Anónimo dijo...

Creo que la socialdemocracia, como evolución (en realidad revisión) del marxismo, no está en absoluto agotada como dice anónimo. Simplemente está algo oxidada y ciertamente confundida ante 2 factores:
-la ofensiva ideológica neoliberal de los últimos 20 años, que ha perdido casi todo su fuelle.
-el vertiginoso ritmo de cambio de un mundo cada vez más complejo, que hace que los problemas nos parezcan cada día más inabarcables.
Lo que hay que hacer con ella es revitalizarla y darle una capa de barniz a sus ideas, que creo más vigentes que nunca y que, sintetizadamente deben tender hacia:
-una sociedad justa.
-una sociedad sostenible.
-una sociedad eficiente.
Todo lo que se aparte de cualquiera de estos objetivos estará cojo desde una perspectiva de izquierdas.

Ego me absolvo. Amén

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

El Marxismo siempre estará ahí, es un referente y algo que todos los socialistas o progresistas debemos de conocer, no para que sigamos a pies juntillas todo ya que eso es algo imposible y además que en pleno siglo XXI y tal y como es hoy en día la sociedad, la economía, en definitiva el mundo globalizado en el que vivimos es inaplicable. Pero si se pueden aplicar ciertos conceptos, si se pueden adaptar a los tiempos en los que nos ha tocado vivir. Coincido en que el Marxismo nutre al socialismo y el socialismo nutre a la socialdemocracia. Nos ha tocado vivir en un periodo no menos interesante que el siglo XIX u otros momentos de la historia. Creo que no está todo inventado, no soy conformista, ya que me parece que se pueden conseguir muchos logros sociales y mejoras en el Estado de Bienestar. Debemos perseguiry luchar por los derechos humanos y que cada vez vivamos en una sociedad mas igualitaria, más justa, más solidaria, más comprometida con los menos favorecidos. Pero no sólo eso creo que es fundamental y lo será para el devenir de nuestra especie que seamos mucho más respetuosos con el medio natural que nos rodea y aprendamos a vivir cuidando los recursos naturales y utilizandolos pero sin abusar de ellos, es decir, siendo mucho más respetuosos con el medio ambiente, pero no sólo de palabra sino con actuaciones, para eso es necesario que los políticos/as cambien de mentalidad y para ello los ciudadanos creo que debemos presionar más en este tema. El medio ambiente el cambio clímatico no se ven como un problema y mientras eso no suceda los Estados no van a atomar cartas en el asunto. Hoy por hoy todas las tendencias están sufriendo cambios adaptandose a los nuevos tiempos. Todos somos distintos y todos pensamos y actuamos de formas diferente, tenemos distintas ideas y muchas veces aunque bajo una misma base levantamos posiciones diferentes pero relacionadas entre si. Creo y coincido como dice Carlos Raya que aún queda mucho por hacer y lo fundamental es no olvidar de donde procedemos, ni tampoco avergonzarnos de ello.

un saludo socialista

Anónimo dijo...

¿He leído bien?: " Socialismo del siglo XXI" pero que es eso,vosotros lo sabeís o os dedicais a parir iluminaciones que se os ocurren después de una noche cargada de JB, si eso no existe. Son muchos adjetivos, los que se me ocurren peroel mejor es que sois unos iluminados, pedantes burocratas y señoritos mal criados de los años 80 y 90 en donde habeís conseguido una educación que no os merecias por la clase social de la que veniais y que por haber estudiado algo os creeis ya en posesión de estar a la altura de los que venimos de una posición ya aristocratica.
¿Es posible que en 2008 alguien haya escrito esto?
Puaaaaaaaaj, me recuerda muchísimo al NO-DO de algún país como cuba, venezuela etc-..... ¿Puedes asegurarme que si el gran líder fuera Franco no estarías diciendo lo mismo?
Como ZP lea las paridas de este blog os denuncia a todos por estomagos desagradecidos y lo peor con un pésimo estilo.
Ser socialista es otra cosa, déjaros de tonterías, que supongo que ya sois mayorcitos.

Anónimo dijo...

Para Censurado (aristócrata):
Insultas y faltas la respeto cual si fueras del PP. De cualquier forma, bienvenido al foro. Sería bueno que aportarás tus ideas sobre el socialismo para el Siglo XXI. Seguro que tambíen son interesantes.

Anónimo dijo...

Estimado censurado:
Me pregunto una cosa: ¿Alguien te ha censurado? Dinos quién y, si es posible, lo demandamos, que tenemos una nutrida asesoría jurídica.
Por otro lado, ¿por qué te llamas censurado? A la vista de tu comentario, lo suyo sería que te llamases alucinado, dicho sea sin acritud.

Anónimo dijo...

Censurado, releyendo tu comentario, he llegado a una conclusión: estás falto de cariño.
Una pena.

Anónimo dijo...

Falto de cariño y de ortografía, desde luego la aristocracia ya no es lo que era, pena de mundo.

Anónimo dijo...

COmo os pica cuando se meten con vosotros jajjaja la verdad, es que me habían dicho los amigos que debiamos de entrar en páginas y foros, también blogs como este para reirnos un poco con las paridas de los iluminados tal como todos vosotros que parece que oe reunís en una mesa redonda como en Camelot, pero todavía no he visto al mago Merlín, algún fantasma si me ha parecido ver pero con poca presencia. Cierto la Aristocracia ya no es lo que era, ya no es pura se ha mezclado con la ralea de la clase obrera y el fruto habeís sido todos vosotros una panda de yupis creidos y engominados con profesiones de la misma categoria que un albañil pero que para vosotros es ya de un ejecutivo y diferenciador que os ponen en una posición por encima de los demás y del bien y el mal. Cuando pongaís los pies en la tierra y desperteís del sueño y ya no seaís más Harry Poter entenderís que menos chorradas y más trabajo por los de vuestra clase, bueno de los cuales no quereís saber nada. Por cierto me pongo censurado por que siempre me censuran los sociatas, así que me imagino que vosotros hareis lo mismo, bueno quizás no vosotros sois un poco distintos a esos sociatas, vosotros sois como las gulas un sucedanio de las angulas. En cuanto al abogado que me ofreceis no os preocupeís tengo unos cuantos, seguro que de más reconocido prestigio que el que me recomendaís, y lo digo por la minuta que me pasa al año. Otra cosa que ya se me olvidaba, y es muy importante, si, mi ideología es de derechas, como la vuestra, lo que pasa que yo no me disfrazo de progre. Patéticos y ya me ha dado tiempo hoy desde que he entrado por primera vez a leer todo lo del blog ufffff una aspirina que me duele la sesera.

Anónimo dijo...

¿NUEVO O VIEJO SOCIALISMO?

Si las condiciones materiales de los seres humanos cambian. Si la estructura social se modifica. Si los mecanismos de dominación se hacen más sutiles y complejos. Si la conciencia social cambia porque el ser social ya no es el mismo, entonces la izquierda transformadora y reformista tendrá que modificar los presupuestos teóricos para poder fundamentar la praxis política necesaria para que las estructuras de dominación vigentes puedan ser superadas.

Si a esto le llamamos nuevo socialismo, adelante.

No importa cuántos kilos de Marx o de Foucault o de Sartre o de Chomski o de Rifkin o de Beck o de Lakoff o de Guiddens sean necesarios para hacer que el viaje llegue a buen término. Lo importante es poder emprender la travesía, el cambio. ¿Cuánta teoría? La necesaria para poder ilustrar a los partidos políticos de izquierda y que éstos, a su vez, sepan comunicarlo a la sociedad y que, además, pueda ser capaz de movilizar a sus votantes y sus voluntades. Ni más ni menos.

Pero antes de esto la izquierda deberá quitarse dos complejos.

El primero, el complejo de que neoliberalismo moderno-el que surgió en la década de los ochenta con el dúo Reagan –Thacher y hoy sigue con algunas variantes- es una teoría que gestiona mejor la economía y el mercado.

El segundo, el complejo de la inevitabilidad de ciertos hechos históricos como la hegemonía americana o la imposible superación de la pobreza a nivel global.

El nuevo socialismo si quiere ser algo más que una nota a pie de página en los libros de historia, necesariamente deberá acometer la audacia intelectual y la osadía política de apostar por nuevas ideas y nuevos enfoques y por la innovación más radical. A fin de cuentas todo puede ponerse en tela de juicio, pues Einstein ya lo dijo hace algún tiempo: dos más dos son cuatro, hasta nueva orden.

Anónimo dijo...

El artículo de base de estos comentarios se titula “El socialismo del siglo XXI”, pero más parece que trate sobre el socialismo del siglo XIX. Tengo la sensación de que a los socialistas nos puede pasar como a la mujer de Lot…Quizá ya nos ha pasado. Tenemos una obsesión, casi morbosa, por regodearnos en un mítico pasado. ¡Miremos, de una vez, cara a cara al futuro! No tengamos tanto miedo a perder nuestras “sagradas”, y se supone que históricas, “esencias” (marxistas, keynesianas, o las que sean). No perdamos más tiempo…Pasemos a la acción. Menos palabras y más hechos. Menos ejercicio intelectual y más ejercicio político. Al PSOE le sobran doctores pero le faltan políticos.
Tenemos delante una sociedad, un mundo, una realidad, que no nos va preguntar lo que sabemos de Marx y del marxismo. Nos va preguntar qué soluciones ofrecemos a los múltiples problemas y conflictos presentes y futuros, qué objetivos consideramos prioritarios y por qué, qué horizontes consideramos deseables y cuáles no, etc.
El PSOE es un partido político, un instrumento social para intermediar, negociar, extender, incluso crear, una realidad conflictiva, en continuo proceso de formación, llena de intereses contrapuesto; y, también, de anhelos, temores, dificultades y sueños de personas concretas de carne y hueso.
Creo que eso es lo que no tenemos nunca que olvidar.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Jonás. La práctica política debe basarse en la solución de los principales problemas que aquejan a la sociedad. Sólo un pero: sí, faltan políticos con clarividencia que lideren la transformación social. Pero no sobran doctores o teóricos. La teoría debe ser el candil que guíe la acción política, pero no una teoría basada en los teóricos del siglo XIX o XX. No, la teoría necesaria capaz de iluminar el camino de esta izquierda cabizbaja y tímida está por hacer. Ante la ofensiva neocon de los últimos años que se pasó por los forros la legalidad internacional, la izquierda respondió más con timidez y complejos, que con una auténtica convicción de afirmación de sus valores. No se puede ser tibio con Rouco, pues Rouco desprecia a los tibios y si te muestras débil sólo conseguirás más puñaladas traperas arzobispales. No se puede ser tibio con Israel y su criminal actuación en Gaza, pues Israel no entiende otro lenguaje que la guerra. No se puede ser tibio con Guantánamo, pues Guantánamo significa la subversión de los valores democráticos y del Estado de derecho.No se puede ser tibio con una derecha que juega al extremismo, pues no se trata de un capricho coyuntural este posicionamiento extremo. La principal batalla en el siglo XXI no será entre izquierda y derecha, sino entre quienes creen que la democracia necesita un fuerte correctivo- fascismo light-y quienes creen que la democracia es un sistema dinámico que debe extender los derechos civiles y conseguir la integración de las minorías marginadas-la izquierda-.

Anónimo dijo...

De acuerdo con Jonás y con Negrín.
Lo que está en juego es la esencia de la democracia. A la derecha religiosa nunca le gustó la democracia. Por eso la ataca como lo está haciendo. La izquierda nueva debe defender, antes que nada, los valores democráticos, que son los que están en riesgo. Pediría a ZP que desarrolle la Ley de plazos en relación con el aborto y que se atreva con la modificación real y efectiva del Concordato preconstitucional.
Este debate excita a la izquierda absentista. Yo le animo a ello. Por cierto, pena de articulo de Rodriguez Ibarra hoy en "El País". ¿Estará "gagá"?

Anónimo dijo...

Jonás y negrin, en mi opinión, cuando decimos que no debemos de renunciar a las bases del socialismo no significa que tengamos que anclarnos en el pasado. Por favor, releed los mensajes y comprobad nuestra afirmación.

El capitalismo evoluciona y lo hace sobre los fundamentos iniciales, se mueve, cambia sus formas, (y como digo, off the record, por eso de no ser pesado, evoluciona hacia el sistema capitalista simonita) y no renuncia a su esencia. Siendo así, es lógico que tengamos en cuenta los principios críticos de aquel socialismo científico y desde él comprendamos la evolución capitalista. La actualización es mutua, o debiera serlo, de esto trata este foro. Parece absurdo plantear la reconstrucción de unos conceptos, categorías y demás constructos epistemológicos si ya existen y son perfectamente válidos.

Estoy con vosotros en una parte sustancial de vuestra opinión, no puede suponer tal herencia un peso que nos ate al pasado y nos impida realizar actuaciones acertadas en el presente y nos robe una visión clara del futuro. Hasta aquí, de acuerdo.

En cuanto a la práctica o a la teoría, bueno, actuar responsablemente, más en política, supone siempre actuar desde una base teórica potente que genere lógicas estructuradas que resulten en praxis rotunda. Más acciones y menos palabras, así por que sí, nos puede llevar a incongruencias.

Me da la sensación de que estamos más o menos todos de acuerdo, los matices en este caso pueden ser obviados.

Saludos,

Nota para negrin: te agradezco, negrin, este nuevo tono que usas, es crítico pero constructivo y no ofende a nadie. Así da gusto. Es un placer parlamentar contigo. Abrazos de un compañero, y recuerda que tienes que llamarme para explicarte en persona mi visión sobre el tema de la propiedad intelectual y el capitalismo simonita.

Anónimo dijo...

Agradezco también tus impagables contribuciones, ya que estamos en un foro de debate libre y donde todos podemos enriquecernos de las aportaciones de todos, pero esto no quiere decir que obviemos la polémica, incluso la polémica vehemente y viva, ya que aunque en algunas ocasiones a algún forista le moleste, estamos debatiendo ideas, solo ideas y no insultando al generador de la idea.

Simonía:
Es la compra o venta de bienes espirituales o muy vinculados al mundo espiritual o religioso, un acto que está prohibido por la mayor parte de las religiones.
El nombre simonía fue tomado de Simón el Mago, quien intentó comprar a los discípulos de Jesucristo el poder de hacer milagros, como se narra en Actos de los Apóstoles (8:18.

Bien, sobre tu aportación del capitalismo simonita, decirte que a mí todo lo que sean fases o estadios sucesivos del capitalismo o grados de desarrollo del mismo me suena a determinismo o a marxismo dogmático. Yo, más bien, creo, que no existe eso que llamamos desarrollo económico o desarrollo social, sino, quizás, y en esto no estoy muy seguro, grados diferentes de complejidad social y económica, y todo ello aderezado con unas gotas de azar y necesidad. Es decir, principio de incertidumbre más principio de complejidad de los sistemas complejos, valga la redundancia. Un abrazo