El gobierno de USA solicitó la semana pasada al Congreso autorización para que el Tesoro pueda comprar hasta 700.000 millones de dólares (485.000 millones de euros) en activos hipotecarios defectuosos que tenga la banca norteamericana en su balance. La propuesta de Bush no es otra que la de socializar las pérdidas con las que la banca de inversión de su país puede llegar a hacer quebrar el sistema financiero mundial. A su vez en nuestro país, también la semana pasada nos desayunábamos con las desafortunadas palabras, luego matizadas, con las que el presidente de la patronal española solicitaba un paréntesis en el libre mercado.
Todas estas realidades no hacen sino confirmar el alcance de una crisis, que años atrás se venía anunciando aunque nunca llegase, en un modelo de mercado que ya se enunciaba como el del crecimiento indefinido. Un modelo que aceptado por todos y defendido en su formulación teórica hasta la saciedad por políticos exegetas de la absoluta independencia de los mercados, como el actual presidente norteamericano o el anterior presidente del gobierno español, propugnaba la prohibición total de que el Estado interviniese en economía, algo que por otra parte no constituía nada más que una gran mentira, ya que en ningún momento el Estado ha dejado de intervenir en economía ni de acudir discretamente a socorrer situaciones de pérdidas en según qué mercados y para salvar a según qué empresas; la diferencia ahora es que la magnitud de la crisis global ha obligado a poner las cartas sobre la mesa y a desvelar la gran hipocresía que ha sostenido el sistema de mercado libre desde su creación. El desastre es de tal magnitud que no queda lugar para los eufemismos: o acudimos todos al rescate o el caos organizado por los gamberros financieros que han protagonizado la economía mundial durante los últimos años puede llevarnos a todos por delante. Es la hora de socializar las pérdidas de manera evidente: el libre mercado ha muerto en su formulación doctrinal y ha triunfado el socialismo. Como dijo un acertado comentario vertido en este Blog: Keynes no había muerto, sólo estaba de parranda.
La crisis actual obligará a recuperar las sabias recetas que nunca debieron olvidarse, la dirección de la economía es algo demasiado serio para dejarlo en manos de los particulares, si ésta nació al servicio de los ciudadanos, deben de ser éstos últimos los que la tutelen y vigilen, al fin y al cabo son los que siempre pagan las consecuencias. Han fallado los organismos supervisores y no por falta de normativa sino por falta de voluntad política de hacer su trabajo, caló como buena la tan repetida mentira neoliberal del deje Vd. hacer la mercado que es único autorregulándose. La gran lección que debe dejarnos esta crisis es a abominar en delante de las doctrinas neocons, que en tan solo una década han logrado quebrar el sistema diplomático internacional y la economía mundial: todo un éxito. Si somos capaces de detectar los próximos disfraces doctrinales bajo los que los futuros Aznares y Bushes nos van a volver a intentar engañar, algo habremos ganado tras tanto sufrimiento. La política al servicio de los pillos debe dejar paso a la multilateralidad y a una inflexible aplicación de las normas marco que tutelan un mercado sano. La ingeniería financiera se había convertido en una conducta delictiva sin tipificar. El capitalismo sin la tutela paternal del cuerpo social está abocado a llevar siempre sus desvaríos al extremo, está entrenado para ello y gracias a eso consigue eficacia a corto plazo. La culpa no es de los actores económicos, ellos cumplen con su papel maximizando beneficios, la culpa es de los ciudadanos por habernos dejado embaucar por sus sicarios políticos, por haber creído en el juego neocon y haber permitido que se relajasen los sistemas de control, nos vendían crecimiento y dinero fácil, prosperidad en tetra brick, y nos han empujado a las puertas del infierno, han conseguido que las clases medias embriagadas financiásemos sus desvaríos, nos han dejado sin capacidad de crédito y entrampadas; ahora van a meter una última dentellada a nuestros bolsillos, nos piden que paguemos la fiesta, y a poder ser sin dejar de pagar nuestras hipotecas, algo que tal y como pintan acabará convirtiéndose en delito de suma traición.
Todas estas realidades no hacen sino confirmar el alcance de una crisis, que años atrás se venía anunciando aunque nunca llegase, en un modelo de mercado que ya se enunciaba como el del crecimiento indefinido. Un modelo que aceptado por todos y defendido en su formulación teórica hasta la saciedad por políticos exegetas de la absoluta independencia de los mercados, como el actual presidente norteamericano o el anterior presidente del gobierno español, propugnaba la prohibición total de que el Estado interviniese en economía, algo que por otra parte no constituía nada más que una gran mentira, ya que en ningún momento el Estado ha dejado de intervenir en economía ni de acudir discretamente a socorrer situaciones de pérdidas en según qué mercados y para salvar a según qué empresas; la diferencia ahora es que la magnitud de la crisis global ha obligado a poner las cartas sobre la mesa y a desvelar la gran hipocresía que ha sostenido el sistema de mercado libre desde su creación. El desastre es de tal magnitud que no queda lugar para los eufemismos: o acudimos todos al rescate o el caos organizado por los gamberros financieros que han protagonizado la economía mundial durante los últimos años puede llevarnos a todos por delante. Es la hora de socializar las pérdidas de manera evidente: el libre mercado ha muerto en su formulación doctrinal y ha triunfado el socialismo. Como dijo un acertado comentario vertido en este Blog: Keynes no había muerto, sólo estaba de parranda.
La crisis actual obligará a recuperar las sabias recetas que nunca debieron olvidarse, la dirección de la economía es algo demasiado serio para dejarlo en manos de los particulares, si ésta nació al servicio de los ciudadanos, deben de ser éstos últimos los que la tutelen y vigilen, al fin y al cabo son los que siempre pagan las consecuencias. Han fallado los organismos supervisores y no por falta de normativa sino por falta de voluntad política de hacer su trabajo, caló como buena la tan repetida mentira neoliberal del deje Vd. hacer la mercado que es único autorregulándose. La gran lección que debe dejarnos esta crisis es a abominar en delante de las doctrinas neocons, que en tan solo una década han logrado quebrar el sistema diplomático internacional y la economía mundial: todo un éxito. Si somos capaces de detectar los próximos disfraces doctrinales bajo los que los futuros Aznares y Bushes nos van a volver a intentar engañar, algo habremos ganado tras tanto sufrimiento. La política al servicio de los pillos debe dejar paso a la multilateralidad y a una inflexible aplicación de las normas marco que tutelan un mercado sano. La ingeniería financiera se había convertido en una conducta delictiva sin tipificar. El capitalismo sin la tutela paternal del cuerpo social está abocado a llevar siempre sus desvaríos al extremo, está entrenado para ello y gracias a eso consigue eficacia a corto plazo. La culpa no es de los actores económicos, ellos cumplen con su papel maximizando beneficios, la culpa es de los ciudadanos por habernos dejado embaucar por sus sicarios políticos, por haber creído en el juego neocon y haber permitido que se relajasen los sistemas de control, nos vendían crecimiento y dinero fácil, prosperidad en tetra brick, y nos han empujado a las puertas del infierno, han conseguido que las clases medias embriagadas financiásemos sus desvaríos, nos han dejado sin capacidad de crédito y entrampadas; ahora van a meter una última dentellada a nuestros bolsillos, nos piden que paguemos la fiesta, y a poder ser sin dejar de pagar nuestras hipotecas, algo que tal y como pintan acabará convirtiéndose en delito de suma traición.
Espero que los norteamericanos no lo olviden cuando en breve tengan que votar, espero que los españoles tampoco lo hagamos cuando Rajoy vuelva a recordarnos que con ellos esto no habría pasado. Soy de los que pienso que esto todavía está empezando y que lo que Bush pretende, aun siendo tristemente necesario para evitar males mayores a corto plazo, no deja de ser una sangría en los recursos públicos sin mayor eficacia que la de un parche. Pronto se disparará el desempleo y hay mucha hipoteca que pagar; veremos a ver cómo salimos de ésta, pero al menos Marx se podrá estar riendo en su tumba: finalmente el capitalismo canibalizado que hemos inventado ha cumplido su verdadero objetivo, empieza la hora del social-liberalismo.
R.A.S
20 comentarios:
RAS, yo no creo que empiece la hora del social-liberalismo (tienes razón, queda mal socialiberalismo y peor socialliberalismo).
Yo creo que empieza la hora de rezar para que la destrucción sea creativa y de empezar a pensar en por qué las instituciones (banca comercial y de inversión, agencias de calificación de riesgo, gobiernos, bancos centrales, etc) no funcionan, en por qué no sabemos explicar la coherencia económica de la socialdemocracia y en si un modelo de crecimiento ilimitado basado en recursos limitados (naturales o financieros, me da igual) no engendra desequilibrios cada vez más profundos e incorregibles.
Y empieza la hora de ser austeros y rigurosos y dejarnos de fiestiñas capitalistas decadentes e indecentes.
Estimado RAS
No comparto parte de tu análisis ni tampoco las conclusiones que sacas, pues creo que todavía es pronto para conocer cuál será la salida-si la hay- de la crisis y, más importante aún, cómo será la poscrisis y cuáles serán los muertos que se quedarán por el camino. Me parece arriesgado afirmar que el neoliberalismo ha muerto, o dar por sentado que el socialismo-¿qué socialismo?-ha triunfado.
Está crisis, que se ha venido labrando durante las tres últimas décadas, no ha sido ocasionada por un exceso de capitalismo, sino que es una consecuencia de su desarrollo, sofisticado desarrollo sí, pero que está dentro de la lógica del sistema, pues la “exuberancia irracional de los mercados”- Greenspan- es consecuencia de las excesivas liquideces monetarias aportadas al sistema para salir de la anterior crisis, con lo cual el remedio ha sido peor que la enfermedad, aunque la enfermedad estaba ahí, al menos hace ya más de diez años.
Por otra parte no hay que confundir el rescate financiero de ciertas empresas en quiebra al que ha recurrido la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro con una política de corte keynesiano. No, la política keynesiana se basaba en el presupuesto teórico de que en épocas de estancamiento o recesión, la inversión pública es capaz de animar la actividad económica y el empleo. Nada que ver, entonces, con las tareas de bombero que ha diseñado el señor Bush y, que por otra parte, está por ver que la aprueben tanto el Congreso como el senado americano, y está por ver, también, si eso soluciona la crisis o, simplemente, la aplaza por unos meses.
Además, creo que implantar en este momento políticas keynesianas, tanto en Europa como en EE.UU sería un mal remedio, pues elevarían el ya alto precio de las materias primas, habría un repunte de la inflación, aumentaría el endeudamiento de las economías-uno de los males en donde está el origen de la crisis-y no reportaría grandes beneficios a corto plazo, pues volver a incentivar el consumo de las familias como motor de la expansión económica sería echar más leña al fuego.
Por otra parte, la izquierda socialdemócrata está más confundida que nunca y no la veo capaz de ser parte de la solución, pues creo que la izquierda desconoce a día de hoy cuál es la solución. Pedir más regulación, más controles sobre los mercados financieros es simplemente pan para hoy y hambre para mañana, pues la “creatividad” de los diseñadores de nuevos productos financieros es cuestión de tiempo y dichos “controles” durarían menos que un caramelo a la puerta de un colegio. El problema está en que los instrumentos financieros triplican a los activos mundiales, y cuando aquéllos, por su propia dinámica se vuelven locos terminan inevitablemente afectando a la llamada “economía real”.
En definitiva, no matemos tan pronto a los liberales que apuestan por un mercado irrestricto, pues aparte de que se van a ir de rositas a su casa-y su con la cartera llena de dólares-lo único que es capaz de balbucear la izquierda es aplaudir el plan de rescate de Bush, Paulson y Bernake como la última oportunidad de salir vivos de ésta. Sí, patética crisis financiera, pero también, patética izquierda mundial, incapaz de entender de qué va la cosa.
Demócrito, me ha gustado mucho tu intervención. Me parece un análisis acertado. Ahora ya sabemos lo que no hay que hacer.Pero, ¿qué hay que hacer?
La izquierda es incapaz de entender de qué va la cosa. ¿De qué va la cosa?, pregunto. Lo digo, porque, si tú lo sabes, no seas cruel, dínoslo.
Creo que la respuesta no es fácil, no creo que nadie tenga la receta mágica.
Lo que sí resulta evidente es que el crecimiento ilimitado y el capitalismo salvaje tienen estas cosas.
É certo que a esquerda está desorientada. A socialdemocracia consiste en ir poñendo panos quentes, en atemperar o capitalismo e facelo máis humano, mais en si mesma non é unha solución.
O estalinismo, os soviets xa vemos como acabaron, na maior mas masacre humana da historia.
Por onde saír? O movemento antiglobalización é iso, anti, mais non se atopa ben artellado nin ofrece respostas claras.
Ás veces xorde un líder que pode parecer interesante pero normalmente esvaécese pronto.
Actualmente en Francia está emerxendo unha figura que parece interesante Olivier Besancenot, líder da Ligue Communiste Revolutionaire. O seu lema é: "As nosas vidas valen máis que os vosos beneficios".
Pero tamén adolece probablemente do mesmo defecto. Propóñense crear un novo partido, o NPA, Novo Partido Anticapitalista. É dicir, outro anti.
De todas formas vexo moi positivo que xurdan novas figuras como a de Besancenot que axiten a esquerda. Unha esquerda, socialdemócrata e comunista, agotadas e sen ideas.
Mais, cal é a resposta?
pero segun losada la crises a coruña no le afecta que todo va de color de rosas. un saludo y republica
A Abel Sánchez
Ya me gustaría saber por dónde tiene que ir la izquierda, la socialdemocracia, si quiere presentar una alternativa creíble a todo este capitalismo de casino y especulación que lleva a que una minoría de privilegiados sean los únicos reyes del mambo, los que realmente mueven las maracas, pero que ya ebrios de ron y de mulatas, parece que nos puedan arrastrar a todos hacia el abismo...
Sólo podría elaborar ciertas aproximaciones.
La primera, recomposición de la izquierda. Esto significa que los socialistas tienen que dejar de considerar a los integrantes del movimiento antiglobalización, a los movimientos alternativos, como a unos niños revoltosos. La “izquierda real” y”gobernante” tiene que dejar de ser un mero apéndice amable del capitalismo sonriente. Un poquito más de utopía y menos énfasis en la gestión empresarial, el PIB, los campeones nacionales, la fusión de empresas, los mercados emergentes, etc. El “crecimiento” es un medio para conseguir fines sociales, fines humanos.
Segunda, el capitalismo desaforado sólo beneficia a una minoría en perjuicio de los más. Por tanto, el Estado tiene que poner freno a esta barra libre. Los socialistas, la izquierda plural, mejor dicho, tienen que rescatar el valor de lo público como elemento redistribuidor de la riqueza y freno eficaz para impedir las desigualdades escandalosas que priman en el actual sistema.
Tercera, la izquierda tiene que ser reformista y alejarse de una vez por todas de utopías globalizadoras y deterministas como el marxismo, para diseñar una alternativa al sistema capitalista actual que, manteniendo lo mejor de la economía de mercado y la obtención de beneficios privados, no maximice dicho beneficio privado como el eje del sistema, sino que, introduciendo mecanismos correctores de gran calado, el beneficio social sea la razón fundamental de los excedentes de capital.
Cuarta, la izquierda debe distinguirse claramente de los defensores del sistema actual- la derecha, ya sea neocon o la más centrada-, ofreciendo programas alternativos a los principales problemas sociales y económicos que aquejan a la humanidad.
Quinta, la izquierda debe romper su ligazón con la “clase política”, la casta de los profesionales de la política, que se han instalado en el sistema como un subgrupo endogámico de apoyo a las grandes corporaciones y a la gran banca, amén de los intereses compartidos en algunos casos-vergonzosos- con especuladores y corruptos de toda laya, e iniciar el camino que permita conectar a la izquierda con la mayoría social que “padece” la historia. Sexta, la izquierda debe ser la fuerza principal que apoye la reforma del sistema democrático, para que éste sea capaz de detectar y encauzar los deseos de participación de la ciudadanía.
Estas serían algunas de las cosas ineludibles que la izquierda tendría que hacer desde ya. Pero, para ello es necesario que se haga, por una parte, un diagnóstico real de la situación actual del mundo aquí y ahora y, por la otra, ponerse a pensar, a reflexionar, a analizar, sin recurrir a recetas ya trilladas, sobre el qué, el cómo, el cuándo y el quién del desbarajuste actual...
Interesante artículo y muy buenos comentarios. Va el mío:
Es cierto que lo que acontece indica el final de algo, pero no “del” sistema; todo quedará reducido a cambios “en” el sistema. Apunto algunos:
1º.- Muchos paraísos fiscales se irán al tacho. Ya van a por ellos, sobre todo Europa.
2º.- Las multinacionales serán obligadas a reducir los sueldos y espectaculares primas de sus directivos y a mirar a más largo plazo prescindiendo de la filosofía sajona del mes visto y el beneficio criminal.
3º.- La deslocalización se frenará bajo severas restricciones a las importaciones de los países en desarrollo, igualando por arancel o restricción ecológica el diferencial del coste de la fuerza de trabajo. (Esto generará otros problemas, pero son problemas de los pobres y esos a Occidente se la pela).
4º.- La banca será supervisada en EE.UU e Inglaterra como lo es en Europa -por eso no tenemos problemas-, es decir, con mano de hierro. No se les va a permitir ser los causantes de una nueva debacle.
5º.- Se incrementarán las presiones para reducir la especulación financiera. Volveremos a oír lo de tasa Tobin, o vía impuesto ordinario directo, pero se pondrán vallas al campo.
6º.- Se impulsarán de nuevo políticas keynesianas.
7º.- Aumentará de nuevo el tamaño del Estado. (También en EE.UU).
8º- Aumentará el control sobre las condiciones económicas de los trabajadores pues estos liberales de medio pelo se olvidan del milagro fordista. (Yo siempre digo que no estamos en una sociedad post-fordista, sino pre-fordista).
Y otras muchas que no es necesario nombrar. En resumen, estos cambios serán, en algún caso, como el tamaño del Estado, estructurales y difícilmente reversibles, pero el resto se quedará en modificaciones que nada tienen de nuevo y que pueden ser fugaces.
La socialdemocracia es la cúspide del sistema social humano viable, el sumun es el comunismo, pero ya sabemos que choca con el egoísmo humano. Por eso creo que se recuperarán viejas fórmulas de control del mercado y redistribución de la riqueza que constituyen en sí el sistema intermedio o socialdemocracia.
Llegan horas fuertes para las ideas socialistas. Ya tenemos trabajo.
Bueno, y que no sé que puñetas es eso de "social-liberalismo" ni el dios que lo fundó. Me pregunto por qué el ser humano -en este caso, nuestro buen amigo RAS- tiene la manía de inventar "palabros" nuevos que ya existen para conceptos más que trillados. Reitero, se dice "socialdemocracia" y su fundamento reside -muy a lo bestia- en que el pueblo tiene el poder incluso sobre el mercado al que se le corrige en beneficio de la sociedad en su conjunto.
Saludos de Sísifo, el liberalsocialista-conservadorcomunista-democratastalinista
Demócrito, me parecen francamente interesantes tus aportaciones, el carajo va a ser llevarlas a cabo.
Por un lado veo difícil ser utópico y romper con la clase política y al mismo tiempo mantener lo mejor de la economía de mercado. ¿Qué es lo mejor de la economía de mercado?
Creo que el problema es que nadie tiene la respuesta.
Lo que sí creo, igual que tú, es que convendría por lo menos realizar algunos gestos: el de alejarse de la casta política que vive para mantener su estatus económico y social me parece fundamental. Unos izquierdistas que buscasen ideas y no cargos, que rechazasen toda concesión al posibilismo de la poltrona, que se negasen a hacer lo que todos. Pero qué utópico lo veo.
Un saludo.
No sé si la crisis actual la pagaremos los de siempre, los de abajo. Me temo que sí, como siempre. Los asalariados, los desempleados, los inmigrantes, los más débiles, seremos los que pagaremos el pato. Y creo que los grandes financieros, los grandes ejecutivos de enormes bonus e indemnizaciones galácticas apenas sufrirán un ligero rasguño, si lo sufren. No creo que se acaben los paraísos fiscales ni la especulación financiera. Lo de las máscaras fuera, mejor nos la aplicamos a nosotros, los llamados socialistas.
Hoy, ese inefable ministro de trabajo, don Celestino, de apellido Corbacho, declara sin ningún rubor que el gobierno de España, el de Zapatero, “no es ni de derechas ni de izquierdas”, y que él, don Corbacho, se declara como “un tipo normal y corriente”. Sí, en eso estamos todos de acuerdo: es un tipo de lo más normal y de lo más corriente. Este angelito de nombre Corbacho es el impulsor de la política más regresiva de los últimos veinte años sobre los inmigrantes que residen y trabajan en España. Estos inmigrantes, responsables de más de un 40% del crecimiento del PIB de los últimos años y de casi la mitad del superávit de la Seguridad Social Española, son los que ahora tienen que sufrir las embestidas de este “tipo normal y corriente”. Desde luego que en los partidos políticos de izquierda debería estar terminantemente prohibido que militasen los tipos normales y corrientes, pues la vulgaridad de la izquierda estaría garantizada por los siglos de los siglos.
Esperemos que esta crisis al menos sirva para cambiar a la izquierda, a esos socialistas que últimamente sólo se distinguían de los más procaces neoliberales en que éstos tomaban el café con azúcar y aquéllos con sacarina u otro edulcorante “normal y corriente”.
Genial, Nefertiti, creo que el alma social-liberal del PSOE va a tener que pedir vez con el psicoanalista...
Social Liberal. !Fantastico¡ Supongo que esta definicion tiene algo que ver con la acusada tendencia de los Presidentes socialistas de rodearse de economistas del servicio de estudios de BBVA. Unso de los cuales es un ferviente defensor de la privatizaion de la Seguridad Social.
Dentro de poco RAS nos propondra que nos integremos en el "Ejercito de Salvacion"
Tendría su punto el ir por ahí recaudando cuartos para los desfavorecidos, pero me temo que nada sea más ajeno para alguien de izquierdas que la sustitución de la justicia social por la caridad.
Yo no le tengo tanta tirria a los jefes del servicio de estudios del BBVA, por desgracia hay que ser posibilistas a la hora de gestionar la realidad económica, sin embargo ello no impide que cada vez se vea más claro que los USA no son fiables como epicentro de la economía mundial, confían demasiado en el sector privado, hasta su regulador funciona como un ente privado, y de esos vientos, estas tempestades. No creo que cambien en este particular, por ello confío en que los europeos, bastante más serios en estos asuntos, nos atrevamos a tomar la batuta de la orquesta, con o sin británicos, es absurdo ese empeño en seguir adelante con gente que no tiene claro dónde está. Comienza una era no post-capitalista sino pro-europeista si somos capaces de aceptar el reto, yo por mi parte, me apunto a ese capitalismo a la europea.
Bon Giorno!
Si nunca habeis estado en Roma os recomiendo el viaje, increíble, hermosa, y la comida, el vino, y la gente, en fin, teneis que visitarla y disfrutarla.
Interesante debate me encuentro.
Me parece muy acertado lo que dice RAS, y Sisifo está muy afinado en el recorrido que hace. Discrepo casi totalmente con Demócrito.
Recuerdo debates pasados en este Blog (y este debate lleva abierto hace ya algunos años) sobre el hecho de que el sistema económico diseñado por el Neoliberalismo y los Neocons norteamericanos no era sostenible. Muchos lo llevamos advirtiendo hace mucho tiempo, y los hechos nos están dando la razón.
El sector privado en los USA es poderoso y reacciona rápido ante un contexto favorable, en ese sentido no me preocupa excesivamente el futuro macroeconómico de este país.
Ante esta "socialización de pérdidas", inevitable, sigue pendiente el debate sobre la "socialización de beneficios". En los USA es trágicamente conocida la figura de la "pobreza con contrato", en donde amplias capas de población no tienen acceso a cosas elementales aun teniendo un contrato de trabajo, lo cual evidencia la insuficiente capacidad del libre mercado para garantizar un nivel de vida digno a la totalidad de la población.
Los economistas deben lealtad a los Parlamentos, son sus generales en el campo de batalla; el Parlamento debe escuchar a los Generales, pero estos nunca deben atacar la soberanía nacional y convertirse en nuevos Césares de facto de una República decadente.
Ave César, el Senado y el Pueblo de Roma te Saludan.
Muy romano te veo, miguel:
Me alegro de que hayas disfrutado de la otrora capital imperial, ciertamente es fantástica.
Coincido contigo en tu apreciación relativa a la socialización de los beneficios, actualmente nos venden que tal socialización ya existe en la forma de pleno empleo, sin embargo la precarización de los salarios y condiciones laborales genera un neo-esclavismo: trabajas para pagar techo, comida e hipoteca y para mover con lo que te pagan el mercado, haciendo circular activo monetario con tu pequeño consumo. Eres, como colectivo, la parte más importante del circuito económico y sin embargo no participas de los beneficios reales del mismo, aun cuando pagues con tus impuestos los despropósitos del sistema. Yo soy de la opinión de que la globalización en el plano legislativo debería servir para crear marcos en los que se obligue por ley a repartir parte de los beneficios entre los trabajadores de la empresa, sólo entonces existirá el derecho moral a pedir que éstos se aprieten el cinturón en época de vacas flacas, cuando de verdad puedan tentarle siquiera la ubre a la vaca cuando esté gorda.
En este debate hay dos tendencias, cada una con sus argumentos, y el tiempo dirá quién tiene la razón. La primera tendencia afirma que la crisis es tan profunda que será el propio capitalismo el que cambiará su forma de actuar de forma significativa-la frase más emblemática y visual de esta forma de pensar el frase de Sísifo “muchos paraísos fiscales se irán al tacho...” . A esta forma de pensar se apuntan RAS, Sísifo, Mnr y algunos más.
La segunda tendencia afirma que la “lectura” de la crisis que harán los centros de poder mundiales será meramente superficial , se tomarán una serie de medidas puramente cosméticas y de esta forma se “cambiará todo para que todo siga igual” (Lampedusa, El Gatopardo). Esta tendencia afirma- y a ella se suman demócrito, nefertiti, pablo, damasceno, etc-que la única manera de un cambio significativo de las prácticas económicas del capitalismo especulativo es que la izquierda se rearme ideológicamente e imponga- a través del voto ciudadano y de los afectados más débiles por la crisis- un cambio de paradigma en la forma de entender el crecimiento y el reparto económico en las sociedades posindustriales. La frase más visual de esta forma de pensar es la de nefertiti sobre el café con azúcar (neoliberales) o el café con sacarina (socialistas), pero sin que nadie ponga en duda quién sirve el café.
Pero también existe otra posibilidad. Esta tercera eventualidad se basaría en que una de las salidas posibles de la poscrisis es la subida electoral de los fascismos populistas- y su llegada al poder-, que recogerían en parte la decepción ocasionada por las grandes corporaciones financieras, la necesidad de un Estado fuerte y autoritario que asegurase al ciudadano las cotas necesarias de “seguridad ante la incertidumbre” ante los miedos ante las amenazas actuales.
Esta última posibilidad tiene antecedentes históricos, pues a la crisis del 29 le sucedió la emergencia de los fascismos europeos en Alemania y otros países, si bien Italia era ya una abanderada precoz de los mismos. Como ahorita mismo.
Buscopio ha resumido bien las tendencias que dominan el debate.
Yo me apunto a la segunda, es decir, que hay que rearmar ideológicamente la socialdemocracia y dar un paso más allá, una vuelta de tuerca más.
Esta parece ser una crisis compleja: crisis de financiación unida a inflación de costes( de oferta) y a déficit comercial importante en el caso de USA y de España. Pinta mal porque parece una mezcla endiablada de crisis anteriores. Eso podría significar que la crisis fuera muy importante y que, de una vez, llevase a reflexiones profundas acerca del sistema y acerca del manido neoliberalismo.
Como primera reflexión, en mi opinión, aquí ha fallado, entre otras cosas, la supervisión del sistema (permitiendo un endeudamiento claramente excesivo, superior a los estándares aconsejables, tanto de los particulares como de las entidades financieras) por parte de las instituciones, sobre todo en el caso de EEUU.
Ahora se lanza un plan para invertir 700.000 millones de dólares en el rescate de los activos de riesgo. Eso hace unos 2000 dólares por americano y significa que se renuncia a que la crisis produzca sus efectos AHORA y se dilata en el tiempo hacia el futuro, recurriendo al déficit. El problema es que EEUU ya tiene un déficit enorme y que quien va financiar ese déficit somos el resto de los países del mundo.
¿Y todo por qué?Porque una generación de republicanos americanos se ha creído que el mercado ( en particular los precios de los inmuebles) iba a subir eternamente por encima de lo normal y que la mano invisible (de tan invisible va a ser que ni existe) se ocuparía de evitar los excesos. Hasta un vicepresidente como Dick Cheney pensó ( y dijo públicamente) que el déficit no importaba. Y cuando el déficit no importa, todo es posible, hasta la guerra de Irak.
Hace falta más supervisión, no menos. Ahora y dentro de 50 años.Y eso implica mejor Estado. Mucho mejor estado.En EEUU, en Europa y en el resto del mundo.
Finalmente,estoy de acuerdo con Buscopio en que el riesgo de deterioro democrático y de deriva fascista existe. Berlusconi ha crecido en medio de un contexto de estancamiento económico en Italia. Si la cosa va a más, la gente se apuntará a las recetas simples, como ha sucedido siempre en la historia.
Pablo, básicamente estoy de acuerdo contigo, pero... lo de una vuelta de tuerca más va ser que no. Más bien, comprar nuevas tuercas y nuevas llaves para "atornillar" un sistema que hace aguas por todas partes y que amenaza con llevarnos a todos por delante. Si Obama gana, pobre Obama maniatado con un déficit astronómico. Los ocho años desastrosos de Bush los padeceremos todos y de qué manera. Malos tiempos para la lírica...como muy bien decía Bertolt Brecht.
Ojo, cuando apunto varias tendencias que pronostico se seguirán, será precisamente por el rearme de las ideas socialdemócratas y no por ciencia infusa. En esto creo que coincidimos todos.
Saludos,
Sísifo
Al amigo Buscopio:
La clasificación de tendencias que haces es correcta, y además estoy de acuerdo con lo que dices, sin embargo se puede ir más allá.
Cuando el conservadurismo, ahora se le apellida clásico o social, sí pregonaba la intervención del Estado, todavía existía un claro conflicto ideológico; Keynes era de derechas, y sí es cierto que el programa de Bush no forma parte de lo esencial de las teorías de Keynes pero sí es cierto que con dicha agenda económica los rescates son parte del paisaje de un "capitalismo dirigista".
El centro-izquierda ahora recupera a alguien que ocupaba el programa económico de la derecha contra la que combatía políticamente, dado que Keynes introdujo la variable de la política económica como elemento fundamental de sostenibilidad del sistema, de un sistema que no tenía porque ser socialmente justo, pero por lo menos sí sostenible.
Yo no soy keynesiano, soy de izquierdas, pero objetivamente la economía necesita un papel relevante del Estado, simplemente para que funcione.
Distintas formas de dirigismo capitalista han existido a lo largo de la historia, y eran propias de gobiernos de derechas, incluído el fascismo; el Estado cubre demanda inexistente, se genera empleo y con ello se alimentan muchas bocas agradecidas. Estos Estados normalmente no tenían una política social basada en Derechos, si no en políticas directas, muchas veces no universales y en no pocas ocasiones origen de clientelismo y corrupción. España fue un ejemplo magnífico de este tipo de cosas.
El rearme ideológico de la Socialdemocracia (empezando por no ir por ahí pidiendo perdón por serlo) es algo por lo que muchos llevamos clamando desde hace tiempo, y ese jugueteo con el liberalismo y un supuesto centrismo inexistente es lo que más daño hace a la izquierda democrática.
Ese nuevo liberalismo, que al contrario que el liberalismo clásico y el antiguo conservadurismo, realizó un desmontaje transversal del Estado, y ese centrismo que no es exactamente nada, pero que oculta muchas cosas inconfesables.
El rescate del Gobierno de Bush es algo contingente, no un ideal, pero para que el Estado no tenga que volver al rescate de una manera tan bochornosa, habrá que mejorar la regulación de los mercados, y luego (y ese debate sigue existiendo), habrá que ver cuanto y de qué manera se socializan los beneficios de una economía estable.
Un batacazo descomunal proviene de un momento de inestabilidad considerable, pero el capitalismo necesita el Estado; Keynes frena el colapso, pero los beneficios se siguen repartiendo mal, y ahí entra la socialdemocracia y su fuerza democrática.
La debilidad de los Partidos Socialistas en Europa es algo a analizar, y podremos hablar de ello en este Blog.
Saludos.
El debate está abierto. Ayer, otro lunes negro. La arquitectura financiera del capitalismo de casino hace aguas. ¿Qué puede hacer la izquierda? En principio, poco. ¿Habrá finalmente plan de rescate o no habrá plan de rescate? A día de hoy no lo sabemos. Además, ¿el plan de rescate servirá para lo que dicen los partidarios del plan de rescate? Tampoco lo sabemos. La cosa puede hacer pluf y/o crash con plan de rescate o sin plan de rescate. La izquierda debe estar atenta y analizar principalmente el cómo se ha llegado a esta situación y analizar como podemos evitar situaciones como éstas en el futuro. Mientras tanto cada “opinador” del foro afina su diagnóstico y su terapia. Esperemos que en todo el mundo los foros estén tan incendiados como éste. Vivimos momentos históricos. “Que dios nos coja confesados”, Paulson, secretario del Tesoro americano. Aunque creo que Woody Allen tendría una frase mejor.
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