El gran problema que plantea la actual situación económica mundial es el del desconocimiento del problema al que nos enfrentamos. Al igual que nos pasó tras 1929 nos enfrentamos a una situación totalmente novedosa, con la diferencia de que ahora sabemos que no podemos permitirnos una crisis económica global, tenemos afortunadamente nítido el recuerdo de lo que la anterior gran crisis trajo y ahora conocemos el fundamental papel que desempeña el sistema financiero.
Para abordar el análisis de la situación actual es conveniente hacer algo de memoria y recordar cómo las políticas de fundamentalismo de mercado, que desde los años 70 se han ido adueñando de la praxis capitalista hasta hacerse totalmente dominantes tras la caída del espacio marxista, han terminado por ocasionar la mayor crisis del sistema desde finales de los años veinte del siglo pasado.
El fundamentalismo de mercado tiene sus raíces en la teoría de la competencia perfecta, tal y como fue propuesta originariamente por Adam Smith y desarrollada por los economistas clásicos. Sin embargo comete un grave error en su formulación ya que los mercados financieros no necesariamente tienden al equilibrio; dejados a sí mismos tienden hacia extremos de euforia y desesperación. Precisamente esa creencia de que los mercados financieros tienden al equilibrio es directamente responsable de la actual confusión ya que llevó a que los reguladores descuidaran sus responsabilidades y confiaran en el mecanismo de mercado para corregir sus propios excesos.
Las creencias de que los mercados tienden al equilibrio ha favorecido las políticas de libertad absoluta de los mercados financieros dominantes hasta la fecha; podríamos denominar a esas políticas como de fundamentalismo de mercado y aventurar que ese fundamentalismo de mercado no es mejor que el dogma del marxismo, dogma que se considera ya superado. Ambas ideologías se refugian en una apariencia científica para parecer más aceptables, pero las teorías que invocan no resisten el test de la realidad puesto que emplean el método científico para manipular la realidad, no para entenderla.
Bajo la influencia del fundamentalismo de mercado, que se convirtió en el credo dominante en los años de la presidencia Reagan, se fueron quitando de forma gradual prácticamente todas las restricciones que se les había impuesto a los bancos para hacer dinero desde la Gran Depresión; se fue difuminando progresivamente la frontera que separaba a la banca comercial de la banca de inversión hasta desaparecer del todo; se propició el que los bancos evitasen mantener los préstamos en sus balances, siendo preferible empaquetarlos y venderlos a inversores que no estuvieran sujetos a la supervisión y persuasión de las autoridades reguladoras, se iban inventando nuevos y cada vez más sofisticados instrumentos financieros destinados a compradores que ya no entendían lo que estaban comprando y todo ello se hacía bajo la confianza en el axioma clásico de que los mercados financieros siempre tendían al equilibrio, con lo que cualquier desajuste de cálculo podía ser corregido por el propio mercado sin riesgo al colapso. Siguiendo esa premisa las innovaciones financieras parecieron haber enloquecido en los últimos años haciendo muy difícil calibrar el riesgo real de exposición lo que actualmente dificulta enormemente las operaciones de auxilio. Todo ello ha provocado que la base de capital de los bancos se haya visto seriamente dañada y que éstos sean actualmente incapaces de llegar a controlar bien su nivel de exposición al riesgo.
Pero toda esta superburbuja globalizadora no es nueva, realmente comenzó realmente su andadura en 1980 con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher al poder en USA y en el Reino Unido. A sus políticas ultraliberales siguió un período de expansión económica desbocada que empezó a evidenciar su verdadera peligrosidad con el nuevo siglo.
Tras el estallido de la burbuja tecnológica en 2000 y la crisis de seguridad creada tras 2001 para evitar una recesión, la FED (Reserva Federal USA) rebajó el tipo de los fondos federales al 1 % y los mantuvo hasta junio de 2004; esta medida que inicialmente pretendía reactivar los mercados, sirvió para crear una burbuja inmobiliaria en la que las innovaciones financieras jugaban un papel central logrando trasladar los riesgos desde aquellos que se suponía que los conocían hasta otros que estaban menos familiarizados con ellos y lo hicieron a través de instrumentos tan sofisticados que la autoridad reguladora perdió la habilidad de calcular los riesgos subyacentes.
Las subsiguientes decisiones políticas de los ultraliberales durante los gobiernos de Bush junior contribuyeron decisivamente a agravar el problema y así si Clinton dejó USA en diciembre de 2000 (Bush fue investido en enero 2001) con superávit en las cuentas públicas de 557.000 millones de $ y una tasa de paro del 4 % de la población activa. Ahora que Bush deja estos días el cargo (enero de 2009) deja también un déficit de 1,2 billones de $ y una tasa de paro del 7,2 % y subiendo. Por su parte la tasa de ahorro familiar en USA que era del 7 % de media en 2004 fue bajando desde esa fecha hasta llegar a un 1 % actual, todo ello debido a su política de bajadas continuas de impuestos y de incentivación continuada e irresponsable del consumo, siempre por supuesto con la bendición del otrora gurú Greespan. Estas continuas bajadas de tipos de interés no sólo sirvieron para cebar la burbuja sino que han provocado el abandono progresivo del dólar como moneda refugio al no ser rentable tener reservas en dólares. Esta última consecuencia de la Administración del menor de los Bush ha impulsado el declive del poder político y económico de los USA, puesto que además de su desprestigio militar y político el resto del mundo ha disminuido su deseo de mantener dólares lo que apuntala definitivamente su declive económico.
Para abordar el análisis de la situación actual es conveniente hacer algo de memoria y recordar cómo las políticas de fundamentalismo de mercado, que desde los años 70 se han ido adueñando de la praxis capitalista hasta hacerse totalmente dominantes tras la caída del espacio marxista, han terminado por ocasionar la mayor crisis del sistema desde finales de los años veinte del siglo pasado.
El fundamentalismo de mercado tiene sus raíces en la teoría de la competencia perfecta, tal y como fue propuesta originariamente por Adam Smith y desarrollada por los economistas clásicos. Sin embargo comete un grave error en su formulación ya que los mercados financieros no necesariamente tienden al equilibrio; dejados a sí mismos tienden hacia extremos de euforia y desesperación. Precisamente esa creencia de que los mercados financieros tienden al equilibrio es directamente responsable de la actual confusión ya que llevó a que los reguladores descuidaran sus responsabilidades y confiaran en el mecanismo de mercado para corregir sus propios excesos.
Las creencias de que los mercados tienden al equilibrio ha favorecido las políticas de libertad absoluta de los mercados financieros dominantes hasta la fecha; podríamos denominar a esas políticas como de fundamentalismo de mercado y aventurar que ese fundamentalismo de mercado no es mejor que el dogma del marxismo, dogma que se considera ya superado. Ambas ideologías se refugian en una apariencia científica para parecer más aceptables, pero las teorías que invocan no resisten el test de la realidad puesto que emplean el método científico para manipular la realidad, no para entenderla.
Bajo la influencia del fundamentalismo de mercado, que se convirtió en el credo dominante en los años de la presidencia Reagan, se fueron quitando de forma gradual prácticamente todas las restricciones que se les había impuesto a los bancos para hacer dinero desde la Gran Depresión; se fue difuminando progresivamente la frontera que separaba a la banca comercial de la banca de inversión hasta desaparecer del todo; se propició el que los bancos evitasen mantener los préstamos en sus balances, siendo preferible empaquetarlos y venderlos a inversores que no estuvieran sujetos a la supervisión y persuasión de las autoridades reguladoras, se iban inventando nuevos y cada vez más sofisticados instrumentos financieros destinados a compradores que ya no entendían lo que estaban comprando y todo ello se hacía bajo la confianza en el axioma clásico de que los mercados financieros siempre tendían al equilibrio, con lo que cualquier desajuste de cálculo podía ser corregido por el propio mercado sin riesgo al colapso. Siguiendo esa premisa las innovaciones financieras parecieron haber enloquecido en los últimos años haciendo muy difícil calibrar el riesgo real de exposición lo que actualmente dificulta enormemente las operaciones de auxilio. Todo ello ha provocado que la base de capital de los bancos se haya visto seriamente dañada y que éstos sean actualmente incapaces de llegar a controlar bien su nivel de exposición al riesgo.
Pero toda esta superburbuja globalizadora no es nueva, realmente comenzó realmente su andadura en 1980 con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher al poder en USA y en el Reino Unido. A sus políticas ultraliberales siguió un período de expansión económica desbocada que empezó a evidenciar su verdadera peligrosidad con el nuevo siglo.
Tras el estallido de la burbuja tecnológica en 2000 y la crisis de seguridad creada tras 2001 para evitar una recesión, la FED (Reserva Federal USA) rebajó el tipo de los fondos federales al 1 % y los mantuvo hasta junio de 2004; esta medida que inicialmente pretendía reactivar los mercados, sirvió para crear una burbuja inmobiliaria en la que las innovaciones financieras jugaban un papel central logrando trasladar los riesgos desde aquellos que se suponía que los conocían hasta otros que estaban menos familiarizados con ellos y lo hicieron a través de instrumentos tan sofisticados que la autoridad reguladora perdió la habilidad de calcular los riesgos subyacentes.
Las subsiguientes decisiones políticas de los ultraliberales durante los gobiernos de Bush junior contribuyeron decisivamente a agravar el problema y así si Clinton dejó USA en diciembre de 2000 (Bush fue investido en enero 2001) con superávit en las cuentas públicas de 557.000 millones de $ y una tasa de paro del 4 % de la población activa. Ahora que Bush deja estos días el cargo (enero de 2009) deja también un déficit de 1,2 billones de $ y una tasa de paro del 7,2 % y subiendo. Por su parte la tasa de ahorro familiar en USA que era del 7 % de media en 2004 fue bajando desde esa fecha hasta llegar a un 1 % actual, todo ello debido a su política de bajadas continuas de impuestos y de incentivación continuada e irresponsable del consumo, siempre por supuesto con la bendición del otrora gurú Greespan. Estas continuas bajadas de tipos de interés no sólo sirvieron para cebar la burbuja sino que han provocado el abandono progresivo del dólar como moneda refugio al no ser rentable tener reservas en dólares. Esta última consecuencia de la Administración del menor de los Bush ha impulsado el declive del poder político y económico de los USA, puesto que además de su desprestigio militar y político el resto del mundo ha disminuido su deseo de mantener dólares lo que apuntala definitivamente su declive económico.
R.A.S.
13 comentarios:
A RAS
De una forma muy sucinta se puede decir que la explicación de la crisis financiera actual-y económica- se basa en que el capitalismo contiene en su propia naturaleza la crisis como elemento clave de su funcionamiento dinámico. Las crisis ,por lo tanto, se ha convertido en un momento recurrente a lo largo de la historia del capitalismo que ha permitido introducir los cambios necesarios para garantizar el funcionamiento futuro del capitalismo como sistema social hegemónico. En la actualidad, el capitalismo se encuentra inmerso en una nueva crisis que abarca diferentes dimensiones (financiera-inmobiliaria, alimentaria, energética, de materias primas, climática) y que tiene su origen en que la economía de ficción se separó, más de lo aconsejable, de eso que entendemos por economía real. .
Ahora bien, si de alguna forma es verdad que esta crisis tiene sus antecedentes históricos: crisis del 29, crisis petrolífera de los años setenta, crisis bursátil de los años ochenta, la crisis asiática, etc., no lo es menos que esta crisis es global y que afecta a la vez a muchas más dimensiones que la hacen más profunda y duradera que las que han acaecido en los últimos cuarenta años.
Por ello hablar de un nuevo orden económico en ciernes o como salida plausible de la crisis que nos afecta es, cuando menos, un poco arriesgado, pues los escenarios (teóricos) posibles podrían ser:
1. Que se saliese de la crisis, pero el desorden económico continuase y se volvieran a cometer los mismos errores, incluso en el caso de que los Estados acometiesen unas regulaciones más estrictas de los mercados financieros.
2. Que se saliese de la crisis, pero con otro paradigma económico, fundamentalmente neokeynesiano, sustitutivo del paradigma neoliberal hasta ahora vigente, y se cayese en otro “fundamentalismo” (el de la economía basada en el papel activo del Estado como generador del impulso económico), con lo cual nos podríamos encontrar en el medio plazo con altas tasas de inflación, paro estructural y políticas proteccionistas por parte de los gobiernos de cada país, con lo que el comercio internacional se resentiría y la pobreza relativa de los países aumentase.
3. Que se saliese de la crisis, con un nuevo paradigma económico, sustentando en un crecimiento responsable, respetuoso con la conservación del medio ambiente, con fuertes restricciones a la industria contaminante y que impulsase, a su vez, la generación de nuevas fuentes de energía alternativa, propiciase menores tasas de consumo y el aumento del ahorro en las familias. Este “nuevo orden económico” estaría basado, en el largo plazo, en el desarrollo de las industrias de altas tecnologías, poco contaminantes y generadoras de escaso empleo. Este tipo de paradigma, tendría necesariamente que poner en cuestión dos cosas: el crecimiento sostenido en índices altos del PIB y el soporte social de bolsas estructurales de desempleo en el corto plazo, amén de un nuevo orden mundial basado en la cooperación entre países y la ausencia de conflictos y guerras entre ellos. La creación de un “gobierno mundial” -y quizás, de una única moneda global- sería el corolario político de esta vía de superación la crisis actual.
Sin menoscabo de lo que se hable y decida en Davos, creo que las alternativas 2 y 3 tienen escasas posibilidades de ser consideradas.
Conociendo al ser humano, creo que ni siquiera serán consideradas, y sabiendo que la estupidez humana es la más extendida de las tradiciones que se pasean orgullosas por esa pasarela que llamamos sociedad y, siendo consciente de que la alternativa 2 es lo suficientemente estúpida como para ser tenida en cuenta por cierta izquierda tontiloca, permíteme, querido RAS, que me prepare ya para el escenario 1, que será con toda probabilidad el último grito de la moda que se llevará la próxima temporada.
a negrin
estoy de acuerdo con tu comentario, pues vamos a caer en lo de siempre, pues el ser humano, tropieza dos o más veces en la misma piedra.
Lo ideal sería una nueva politica economica mundial (global), es decir, el tercer caso, pero eso que puede ser a la larga muy lógico, no interesa a ningún gobierno, y menos a los poderes económicos, que a estos ni les interesa la ECOLOGIA, ni las nuevas fuentes de energia, y claro si aplicamos todos los conocimientos y toda la tecnoligia a las nuevas industrias que pudiesen crearse, no se necesitarían tanta mano de obra, por tanto el desempleo seguiría aumentando, es más, seguramente el PIB crecería, pero con menos personas trabajando, ahí tenemos la robótica, la informática, etc.
Algunos sociologos ya hace más de una decada, decían que el se humano, con toda las nuevas tecnologias, no tendrían que trabajar tanto, es más podrían vivir sin trabajar, pues las empreseas serían casí autónomas, por decirlo de alguna manera, y los seres humanos nos dedicariamos a cuidarnos fisica-mentalmente, al ocio; pues con gran crecimiento de todo tipo de mercancias hechas por robots, no se necesitarían empleados, o un minimo, pero el problema, es como repartir, si se llega a este punto la producción, la riqueza, creada; otro problema es como conseguir que los paises pobre o subdesarrollados consiguiesen unos estado de bienestar igual o superior al europeo; pero el problema es sobre todo que el sector inversor en estas empresas, que no necesitasen casi empleados y creasen riqueza, toda esta iría a parar a unas pocas manos, con lo cual el resto de la población, que haría, sin sueldos, no podrían comprar.
Sería necesario cambiar la educación, en todos los sentidos, y conseguir que el dinero, como tal incluso pudiese desaparecer, pues todos los seres humanos tendrían de todo, pero con el suficiente respeto a la naturaleza, con el respeto a los demás, consumiendo sólo lo que se necesitase, y no tirando las producciones de objetos, y esto que ya digo, lo comentaban unos sociólogos, viendo el camino que llevaba el progreso tecnologico, y el progreso económico, y sabiendo, como se ha visto, que con menos trabajadores, se puede conseguir mayor produción, crecimiento del PIB, y mayores beneficios empresariales y financieros, tal vez el problema está en como conseguir vender productos, pues tiene el mercado que tener compradores, y estos tienen que tener capacidad económica, y para algunos economistas el desarrollar paises de tercer mundo, era la solución, pues creaba mercados nuevos, el caso de CHINA, está ahí, mas de 1.200 millones de habitantes, y por tanto de consumidores, pero, repito las tecnologias, del siglo XXI, atuales y futuras, van a conseguir que las empresas sean de verdad, empresas sin trabajadores, y ahí surge el gran problema.
Otro problema es el político, pues para que tantos paises, tantas monedas, puede parecer de ciencia ficción, pero si buscamos un sistema duradero, tendremos que trabajar menos tiempo, incluso muchas personas nada, tener empresas que repartan sus riquezas de una forma equilibrada, consumo y produción también con equilibrio, y tal vez este sistema, nos pudiese llevar a ser unos analfabetos, pues las maquinas podrían funcionar solas, es un tema muy complicado..
Pero el sistema liberal, ha fracasado totalmente, y todo por el egoismo de unos pocos, y de muchos, de buscar crecer a toda prisa, el no importar, para nada los trabajadores, pues sólo son números, y bucando beneficios rápidos, el sistema financiero ha convencido a muchos que hay que comprar, pues a interes bajos, y largo plazo para pagar prestamos, era un paraiso, y lo que había que hacer es consumir, al final, todo se hundió, y todo el sistema bancario está sin liquidez, empeñado, y lo curioso no se sabe todavia cual es la deuda bancaria, hasta que punto la economía va hacia abajo, y eso sí, los liberales, siguen con su canción, bajada de impuestos, bajada de inversiones sociales, privatizar todo lo que sea posible, aunque eso sí que los gobiernos ayuden, primero a los bancos y grandes empresas; pero si nadie compra, productos, para que seguir con empresas que no venden, el problema es que empresas que tienen perdidas, recurren como primera medida a despedir a trabajadores, no miran los beneficios que llevan acumuladas en varias decadas, y no me creo que la liquidez, haya desaparecido, en algún lugar, tienen que estar los beneficios.
RAS; En todo ese conjunto de tópicos y reflexiones de corta y pega que nos empaquetas en tu entrada no he encontrado ninguna idea ni siquiera ningún enfoque nuevo que sugiera algo lejanamente parecido a "un nuevo orden ecónomico". Para ser sinceros, no hay nada que se parezca siquiera a un orden económico.
Dices: "Pero toda esta superburbuja globalizadora no es nueva, realmente comenzó realmente su andadura en 1980 con la llegada de Ronald Reagan y Margaret Thatcher al poder en USA y en el Reino Unido. A sus políticas ultraliberales siguió un período de expansión económica desbocada que empezó a evidenciar su verdadera peligrosidad con el nuevo siglo".
Es decir, cualquiera que entienda un poco de economía,entre los que no te cuentas, lo siento, detectará que solamente hilas cuatro vaguedades sobre el neoliberalismo sin hacer ningún tipo de crítica p reflexión mínimamente coherente.
Francamente, siendo tu reflexión histórica de tan corto alcance, espero pero no creo que la segunda parte de tu catálogo de historiología económica de saldo tenga alguna enjundia más.
Te lo digo de buen rollo,para decir estas cosas habla de la crisis palestina que ibas mejor encaminado.
Por respeto a RAS y a su interesante artículo seguiré hablando de la crisis económica y del posible o no-nunca se sabe- “nuevo orden económico” que, tanto se avecine como si no, puede ayudarnos a solventar esta endemoniada situación donde los paganos son siempre los mismos, es decir, los menos favorecidos, o, por el contrario, llevarnos a todos por delante y sumir al mundo entero en una época oscura, triste y de pobreza duradera.
Intentaré no caer en digresiones e irme por los cerros de Úbeda, tan frecuentados por algunos, como mnr y simoes, que confunden el blog con una peluquería y que queriendo hacer alarde de su “sabiduría” lo único que muestran en su impúdica ignorancia sobre la mayor parte de las cosas, ya que su parloteo inane es casi siempre prescindible, perfectamente olvidable e intelectualmente irrelevante.
Otros parece que se han levantado con mal pie, o con ardor de estómago, y lo único que muestran en su tosquedad y falta de elegancia que, de esta forma, constituye su verdadero talón de Aquiles, aunque tomen en vano el nombre del héroe griego.
Según algunos expertos como Nouriel Roubine, uno de los pocos economistas que predijo el actual desastre, la situación de la banca americana es de quiebra por insolvencia. Y lo mismo podría decirse de la mayor parte de la banca europea, especialmente la británica. Como las malas noticias no van a cesar en el corto plazo, los gobiernos, deberían plantearse ya, o por lo menos su evaluación teórico-práctica, si no será ya hora de ir a una nacionalización de la banca que evite males mayores. Pero dicha nacionalización de la banca por parte fundamentalmente de europeos y americanos debería tener su correlato filosófico: cómo demonios hemos llegado hasta aquí y por qué hemos llegado hasta aquí. Y no se trata tanto de buscar culpables con nombres y apellidos, que sí, que los hay, y que también, sino de hallar el sustrato sistémico- la causa de las causas- que ha hecho posible tanta burbuja y tanta “exuberancia irracional” (Greeespan) que ha terminado por explotarnos en la cara salpicándonos donde más duele. Por otra parte, si a la ciudadanía aletargada por hipotecas y letras del coche nuevo le da por pensar un poco, debería ir tomando nota de esos todavía alegres ejecutivos financieros que siguen cobrando primas a troche y moche, comprando aviones particulares y demás lujos asiáticos, después de haber sido sus empresas, que tan generosas son con sus emolumentos, rescatadas por las reservas federales, los bancos centrales y demás organismos gubernamentales, de eso que hasta hace poco se conocía como capital público y ahora se parece más al domus de los banqueros y de las grandes corporaciones.
Sí, está muy bien lo de Davos. Está muy bien que los gobiernos piensen todo tipo de alternativas. Pero mucho mejor está que los ciudadanos piensen y tomen nota electoral de lo que pasa, de lo que está pasando.
Desde la Administración advertimos que las alusiones personales de ahora en adelante pueden ser motivo de eliminación de comentario.
aeropuerto en laracha de una vez y se acabo el problema con el socialista sancristan.salud y republica
No tiene sentido que nos ofendamos por nada; no creo que Negrín o Aquiles alberguen intención de ofender, simplemente opinan y no creo que sea bueno que presentemos una mandíbula de cristal frente a las opiniones de los demás; en el caso de Aquiles, va más allá, opina que el artículo es un conjunto de vaguedades pero sin razonar su crítica. A eso se le llama exabrupto, y desde luego es lo más alejado de la crítica ya que entra de pleno en la nadería, y es una lástima pues aún sin conocerlo, creo que puede dar más de sí a poco que reflexione, le invito pues a ello.
Ante las innumerables críticas que ha suscitado mi última intervención, quisiera aclarar ciertos puntos.
Primero, pido disculpas si he herido la sensibilidad de algún compañero participante en el blog. No era mi intención.
Segundo, mi irritación con algunas intervenciones, viene motivada por lo que considero una ”previa” falta de respeto a RAS, que es que las intervenciones no se “centren” en el artículo de Ras y lo que éste suscite: polémicas y puntos de vista distintos, enfoques ideológicos diferentes, propuestas, etc. Ya que considero que si RAS habla de un “nuevo orden económico” mencionar a Pedro Arias Veira o la problemática del Aeropuerto de Alvedro o a Gallardón o Esperanza Aguirre poco tiene que ver con el asunto, pues se podrían dedicar monográficos a estos temas, pero a su tiempo.
Por lo menos, desde mi personal óptica, cuando leo a participantes que hablan de todo lo divino y de todo lo humano al mismo tiempo, no sé, me parece que estoy en el programa de Tele 5 La Noria, que detesto profundamente. Se me objetará que RAS es lo suficientemente mayorcito para defenderse él solito, y sólo puedo decir, que sí, que mejor sería que me quedase callado, pero es que cuando la gente se desvía del tema a uno le entran ganas de pasar, dejar de intervenir ante tamaña entropía y decir simplemente a otra cosa mariposa.
Tercero, puede que la retórica me juegue malas pasadas, sí, lo admito, pero tampoco veo que mis “juicios peyorativos” sobre Simoes o Mnr, que, repito, hacen alusión a sus intervenciones y no a sus personas estén “más cargados” o tengan más “mala baba” que los que Aquiles le dedica a RAS. No creo que decir “parloteo inane” sea mucho peor que calificar el artículo de RAS como “tu catálogo de historiología económica de saldo” o que “cualquiera que entienda un poco de economía, entre los que no te cuentas,” sea más suave que decir “intelectualmente irrelevante”. Aunque, también, reconozco que “mal de muchos consuelo de tontos”, así que me aplicaré el cuento a partir de ahora.
Cuarto, y último. Lo peor de todo es que he fracasado en mi intento de “reconducir” el tema por los vericuetos propuestos en la entradilla del blog, luego sólo me queda reiterar mis disculpas. En primer lugar, a los compañeros ofendidos. En segundo lugar, a RAS, ya que en vez de hablar de la crisis económica y el nuevo orden, se habla de otras cosas, lamentablemente por culpa mía. Un abrazo a todos.
En definitiva y para que quede claro: me he equivocado, he cometido un error y pido disculpas a los que he ofendido.
De vuelta al tema
Últimamente la polémica está servida y parece que, poco a poco, las disyuntivas van centrándose en una serie de temas entrelazados entre sí. Visto lo visto, y de voz de una de las autoridades que más respeto, la del Comisario de Economía de la UE, Joaquín Almunia, la cosa está en nacionalizar o no la banca, la creación de un “banco malo” que haga que las hipotecas tóxicas salgan del balance de los bancos afectados o, dios no lo quiera, que algún país, y entre ellos, España, tenga que “forzar” su salida del euro, para evitar males mayores. Oigamos a don Joaquín Almunia:
“Salir del euro no es ni siquiera una opción para Joaquín Almunia. "La probabilidad de que España salga del euro es cero", ha dicho tajante. Y es que, según el comisario europeo, el precio que tendría que pagar el país que decidiera abandonar la Unión sería tan alto que nadie podría asumirlo”.
“Contrario a las voces que piden una nacionalización de los bancos, el comisario europeo, ha rechazado esa posibilidad al considerar que no se trataría de "una solución eficaz". "Hay que encontrar la manera de que los bancos tengan confianza, sacar los activos dudosos de los balances", ha apuntado.”
Así están las cosas, y de momento. El escenario puede empeorar, y mucho, en el corto plazo. No soy partidario de nacionalizar la banca a menos que la disyuntiva sea entre lo malo y lo peor. Pero lo que está ya claro es que esta crisis va para largo, es descomunal y que sus efectos durarán varias décadas. Luego, si parece necesario e inexcusable que la sociedad y los hombres aprendan de los errores cometidos. Otra cosa es que lo hagan, pues para ello haría falta una voluntad política global. Y no parece que por ahí vayan las cosas.
Quero felicitar a RAS polo seu artigo. Paréceme moi ilustrativo, claro que eu son un ignaro e en consecuencia a miña opinión debería valer pouco, pero como son o ghrande Zecca, sempre a considero válida e respectable. Simplemente por ser persoa. Iso é o que non entende Negrín. Creio que ten un egho, me, mei, mihi, me que non cabe in plurimis mundis. Tamén considero que é un home sapiens, mais qui humilitatem non habet et amicos ut hyaena mordet, stolidus est.
Estimado Zecca no olvides esta máxima:
"La modestia afectada es aun más insoportable que la vanidad."
Y como en el caso de los cereales, es bueno tenerla presente a primera hora de la mañana, pues nos otorga sana y limpia energía…
Un abrazo
A propósito DE CEBRIÁN...
REPÚBLICA BANANERA
Rafael del Barco Carreras
26-08-09. Un insulto para unas repúblicas que ni de lejos alcanzan los niveles de corrupción del Régimen Español. La pataleta del GRUPO PRISA por las TELES DE PAGO cedidas a la competencia por la tradicional fórmula de la Amigocracia nos descubre el sentir de la primera de las empresas MEDIÁTICAS. A Cebrián, o se le calentó la lengua, o amenaza con abrir la caja de los truenos, la del inmenso PODER DE LOS SILENCIOS, ¿qué no sabrá él de repúblicas bananeras?... de ayudas, créditos, exportaciones…
Quienes colocaron aquel SOCIALISMO DE FELIPE GONZÁLEZ Y ALFONSO GUERRA EN EL PODER hace 27 años, Y REPITIENDO CON EL SOCIALISMO DE ZAPATERO EN 2004, se sienten traicionados. Han perdido su derecho de pernada, el de conquista, y los pone en la PICOTA. Ha sucedido en Barcelona con el GRUPO ZETA convertido en un apéndice en liquidación de la Generalitat y la Caixa. Muerto Antonio Asensio, y liquidadas sus plantillas, sus dossiers y silencios ya no “existen”… o en las adecuadas manos.
Por los 80 fui un obseso, DE TODOS. Quería entender mis años de cárcel, descubrir la corrupción que me condenó. Con el tiempo dejé de leer PERIÓDICOS. Me engañó esa Libertad y Democracia que predicaban. Ni una cosa ni otra, a todos lo único que les preocupaba era conquistar las estructuras franquistas para gozar de ese ATADO Y BIEN ATADO, que a pesar de las apariencias aun subsiste en manos de reyezuelos de taifas sin el Dictador que les contenga. Y si debían alagar a los “progres” o a los “obreros” para obtener sus votos, pues se creaban y colocaban a los mejores demagogos, que por lo demás tenían antecedentes y escuela en los SOLÍS, ROMERO y falangistas… y obtenido el PODER… pues a lo suyo… publicidad, créditos, subvenciones….negocios…
Ver en imágenes de www.lagrancorrupcion.blogspot.com un recuerdo de cuando la SER aun no era SOCIALISTA...
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