En medio del más que brumoso panorama financiero que nos espera para 2010, las Cajas de Ahorro, en el epicentro de la incertidumbre, se preparan para fortalecerse, algo que en buena parte de los casos pasa por abordar fusiones o absorciones de otras entidades, buscando el tamaño necesario para capear el temporal.
Mientras el tiempo pasa, Feijoo deshoja una margarita que no presenta otro resultado favorable para los intereses de Galicia distinto de la fusión, puesto que cualquier otra componenda acabaría alejando de esta tierra los centros de decisión como otrora sucedió con FENOSA y otras muchas. La alternativa para Feijoo pasa por mirar hacia otro lado, como siempre hizo Fraga, o presionar para que tengamos lo antes posible (como pide MAFO) una gran Caja gallega, dejando de lado los eternos localismos que de siempre han lastrado el futuro de nuestra tierra: esperemos que apueste por esto último.
Por su parte en el entorno de la cuarta entidad financiera de nuestro país, Caja Madrid, acaba de designarse in pectore a Rodrigo Rato como candidato popular tras una vergonzante, por lo chusca, batalla por su control que no es sino otra de las múltiples escaramuzas por el control interno de un PP bajo un liderazgo que actualmente está en permanente cuestión.
Ni Rajoy ni Aguirre se muestran dispuestos a dejar de aprovechar la ocasión para dejar fuera de juego a un eventual rival o colocar a un peón propio y de ese tenor fue el cambalache. Con una pletórica Aguirre impulsando a un segundón como González frente a un Gallardón que defendía la figura de Rato, Rajoy apostó por éste último, lográndose así el verdadero objetivo pretendido por la presidenta cuando presentó a su candidato imposible, que no otra cosa era Ignacio González, de convertir a su amigo Rato en presidente de Caja Madrid, magnífico sitio desde el que esperar la aclamación de una militancia conservadora en busca de líder que presumiblemente se produciría de estrellarse Rajoy en 2012.
Todo el juego no hace sino evidenciar la debilidad de Rajoy dentro del circo en que se ha convertido su partido, debilidad que le ha forzado al resultado no pretendido de sentar a su más directo rival por el poder en un palco de oro a esperar el desenlace, desenlace que ya procurará la presidenta que sea del gusto del banquero, capaz como es ella de desestabilizar solita cuanto le pongan a tiro.
La ventaja de que ESPE, representante de esa derecha sin escrúpulos, montaraz y desestabilizadora que tan eficaz trabajo de zapa hizo durante la segunda república se salga con la suya de nuevo, es que enseguida volverá a las andadas, reforzando sus expectativas en Madrid (algún día habrá que demandarle a Tomás Gómez una explicación del fenómeno) a la vez que rebaja la de su partido en el resto del Estado, algo que con la que está cayendo le viene que ni pintado a ZP. Como ya comenté en otro artículo a principios de año, los síntomas de recuperación de la economía mundial esperables para finales de 2009 ya están ahí, con lo que se puede aventurar un PIB español de nuevo en parámetros de crecimiento estable para 2011 (nosotros somos así, nos lo tomamos con calma), por lo que si no la liamos en otros terrenos, 2012 puede traer buenos vientos electorales. Esperemos que así sea.
RAS