¿Y AHORA QUÉ?

El 20N ya era por sí una fecha significativa. El del año 75 supuso el fin de una Era oscura y tenebrosa tras una dictadura de casi 40 años. El del 2011, la pérdida histórica de las elecciones por el PSOE. En el primer caso, los españoles se preguntaron “ ¿ y ahora qué?”. Actualmente, los militantes y votantes socialistas nos preguntamos lo mismo.

Ya se vaticinaba un mal resultado para el partido, por las encuestas, por el sentimiento generalizado de descontento y la losa de los cinco millones de parados pesaba sobre Rubalcaba por mucho que defendiese la inclusión de medidas para gravar las rentas más altas en su programa, que no evitaba la pregunta que todos nos hacíamos, ¿ y por qué no lo hicisteis en los 8 años de gobierno?.

El Partido Popular no ha incrementado significativamente sus votantes, sino que ha sido el PSOE quien los ha perdido.

Es indubitable que una parte importante de esa pérdida de confianza se debe a una crisis que ha arrasado como un tsunami las economías de todo el mundo y que hubo que adoptar unas políticas conservadoras impuestas por Europa. No obstante, la sensación de improvisación del gobierno y la incertidumbre, la aprobación de medidas por decretos, la falta de cohesión entre ministerios, la no exposición por el presidente del por qué de la adopción de medidas impopulares, no fueron entendidas por unos ciudadanos votantes de izquierdas que, de repente, ven incrementado su período de cotización jubilándose a los 67, una reforma laboral que recorta derechos de los trabajadores, la rebaja de sueldos a los funcionarios mientras que los causantes de la crisis siguen incrementando sus dividendos a la vez que las colas en el INEM dan la vuelta a la calle.

¿ y ahora qué? ¿ buscamos justificaciones fuera del propio partido? ¿ exculpamos a los que forman parte de las ejecutivas aduciendo que se perdieron las elecciones por causas coyunturales, como disculpa para mantenerse en sus asientos los mismos a la espera de tiempos mejores?.

Hablan de sentido de responsabilidad. ¿ Acaso la responsabilidad no es que dimitan y dejen paso a otros compañeros que puedan recuperar la credibilidad del partido y su fuerza para hacer oposición, habida cuenta que es lo que único que puede hacer en estos momentos el PSOE al haber perdido todo poder institucional?. ¿ Dejamos que los mismos que perdieron en Mayo y en Noviembre sean los que promuevan la renovación necesaria? ¿ no será más acertado que un partido fracturado se recompongan antes con savia nueva para poder recuperar la cohesión necesaria antes de designar sucesor?.

¿ Cerramos en falso el verdadero problema, sin analizar a fondo las causas de la hecatombe electoral?

¿ Dejamos que se postulen las viejas glorias del partido para ser los salvapatrias del socialismo sin haber entendido el mensaje de la sociedad? ¿ acaso no somos conscientes de que los ciudadanos buscaban un cambio? ¿ no es el momento de dejar de culpar a crisis ajenas para hablar de crisis ideológica y la necesidad de retomar las ideas que fueron la génesis del partido socialista?.

Hablaba Rodríguez Ibarra el pasado jueves de la necesidad de“ la designación de una comisión gestora que articulase un debate, entender qué pasa en la sociedad, qué modelo queremos”. Es éste el momento de dar la palabra a los militantes, a compañeros que no están en el aparato y que puedan aportar frescura, sobriedad, ideas, renovación al partido que se enfrenta a una dura travesía en el desierto. Abrir el debate para la recomposición de un partido que pueda ejercer una oposición solvente y eficaz y postularse como una alternativa real de gobierno. El tsunami electoral ha de suponer un renovación integral de ejecutivas para conformar una nueva generación que no se mimetice con el otro partido mayoritario ( hoy absoluto ) y recupere el significado de “socialista” y “obrero”. 

Eva Martínez Acón.