PSICODELIA

En los últimos tiempos me han llamado poderosamente la atención dos noticias que me gustaría comentar brevemente y que me parecen sintomáticas de una forma de entender la política que considero profundamente desacertada. Por un lado la idea del Teniente de Alcalde de A Coruña, Enrique Tello, de crear una aerolínea local, con fondos del Ayuntamiento. Por otro lado, la idea del presidente de la Diputación de Orense, el pertinaz Xosé Luis Baltar, de comprar parte del capital del diario Orensano La Región, en este caso con fondos de la Diputación.

En cuanto a la primera, al hecho, de por sí negativo, de que en un área como Galicia haya tres pequeños aeropuertos que compiten entre sí, que no parece importarle al Sr. Tello, podría, de salir adelante la propuesta, sumarse el hecho de que cada ciudad con aeropuerto decida crear una aerolínea. Si el Sr. Tello decidiera crear una aerolínea con su dinero sería una pésima decisión empresarial en estos tiempos de crisis del sector y petróleo por las nubes pero el solo hecho de proponer su creación con fondos públicos es un puro disparate, sobre todo después de criticar durante años la creación ( que yo también considero criticable) del tranvía en la ciudad de A Coruña, que él denominaba “o tren chú-chú”. Si Easyjet se ha ido de Alvedro, supongo que será por razones de mercado y también supongo que cuando considere que el mercado lo justifica, volverá. Esa compañía u otra equivalente. Y me asaltan una serie de dudas: ¿es imprescindible para A Coruña que esa compañía esté en Alvedro? ¿Por qué en Alvedro y no en Labacolla? ¿Sabe el Sr. Tello lo que implica la creación de una compañía aérea? ¿ Considera el Sr. Tello que el mejor uso que puede darse a los fondos públicos que gestiona el Ayuntamiento de A Coruña es en este momento la creación de aerolíneas?

Por lo que respecta a la pretensión del singular político ourensano, es ilegal porque se opone frontalmente al Derecho de la competencia, algo que, o bien el Sr. Baltar desconocía cuando hizo la “propuesta” ( lo que implicaría que no tiene nadie que lo asesore) o bien, simplemente, le importa un bledo porque considera que no va con él. Y me asaltan más dudas: ¿debe una Diputación reflotar medios de comunicación en situación de quiebra técnica? ¿Es La Región un medio cuya subsistencia sea imprescindible para Ourense? Dadas la situación de ese periódico (pérdidas millonarias y crónicas) y del sector de la prensa escrita, ¿cuánto dinero de la Diputación haría falta para reflotarlo temporalmente? ¿Sirven para eso las Diputaciones?

Estamos entrando en una crisis económica que puede ser prolongada y que va a poner de moda (que personalmente espero que no sea pasajera) la reflexión sobre la buena gestión de la Administración. “Ideas” como las que acabo de comentar y “políticos” como sus autores suenan a anacronismo, a minifundio y a psicodelia.
ANISAKIS

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.

Las subvenciones, y las ayudas públicas, pueden suponer un cierto apoyo complementario, un acicate, pueden servir para impulsar una ciera reorientación complementando otras medidas, pero no pueden sustituir totalmente, o de una manera sustancial, una demanda insuficiente.

Eso es ineficiente, y además es un despilfarro.

La teoría de la mano invisible venía en parte a esto, pero bien interpretada claro. La "mano invisible" no era un regulador fantasma, porque el mercado no se regula solo. Hacía referencia a esos ajustes automáticos que se producen (a veces de manera traumática para las personas, cosa que el Estado puede y debe paliar) pero que al final, son beneficiosos, porque el capital se dirige a donde existe demanda potencial, por lo tanto hay beneficio, y por lo tanto hay sostenibilidad.

Así el mercado se condensa en los sectores más rentables, y eso son salarios, es más, son buenos salarios; una empresa puede pagar mejores salarios cuantos más beneficios tiene (para eso, evidentemente, tiene que haber una firme y democrática acción sindical, de negociación, y de exigencia).

Hay otro debate, sobre el capital que en el mundo se dirige no a sectores que crean empleo, si no a la mera especulación financiera, pero ese es otro debate pendiente.

En Galicia, y en España muchas veces pasa igual, se cometen errores de planificación, y luego los costes de retroceder son más altos que los beneficios de seguir adelante.

Demoler alguno de los tres aeropuertos sería una cafrada y un despilfarro a estas alturas, ¿fue un error permitir que en Galicia hubiera 3 aeropuertos?, evidentemente sí, pero los costes de eliminar alguno hoy en día serían mayores que los beneficios de mantenerlos. Lo que se exigiría, seguramente, es una distribución de roles, entre áreas que cubran los enlaces o entre tipología de transporte (turismo o mercancías), con el fin de racionalizar nuestra capacidad aeroportuaria.

Sería conveniente, eso sí, revisar si alguna administración pública en España ha subvencionado de manera especial a alguna aerolínea, o a algún Aeropuerto, en clave localista, más allá de la lógica de mercado, lo cual también podría ser criticable. El mercado debe funcionar con normas iguales para todos, si no, alguien hace trampas, y eso no es defendible.

Las razones inconfesables, como dije, también podrían ser puestas encima de la mesa, pero no seamos catastrofistas; como todos los que solemos viajar desde Alvedro sabemos, en ciertas conexiones, los aviones se llenan hasta la bandera, así que Coruña no es, ni mucho menos, un páramo comercial para las aerolíneas...todo lo contrario.

Lo que sí debería hacer el Ayuntamiento, es encargarse de temas más básicos (los tranvías turísticos no entran en ese apartado), asociados a todos esos derechos y servicios sociales que los socialistas defendemos, pero eso, supongo, será tema para otro post.

Saludiños Anisakis, buen artículo.

Anónimo dijo...

Tienes razón Anisakis, lo de Tello con la nueva aerolínea es un puro disparate, aunque no me extraña, soy de los que piensan que Tello, al margen de buena persona, como político es un desastre, y opciones como la por él planteada lo demuestran. No obstante, sería interesante atender a que entre las razones que daba la aerolínea fugada para explicar su fuga, estaba la pasividad del Ayuntamiento, no sé si es cierto o no esa pasividad, pero de serlo sería preocupante e incrementaría la incompetencia del concejal Tello, actual responsable del área de promoción económica.
Tampoco es probable que la aerolínea exigiese imposibles, aunque lo que sí que es cierto y lo vemos los que volamos co cierta frecuencia, es que los vuelos que parten de Alvedro suelen tener un alto nivel de ocupación, lo que constata que es un aeropuerto con muchas posibilidades, de hecho atiende al área de actividad económica más rica de Galicia. Ahora habrá que estar atentos a lo que nos depare el futuro.

Anónimo dijo...

Como dice el autor, psicodélico. Tello está en las nubes y por eso quiere crear una compañía aérea y ya de paso, podríamos montar una empresa de trasatlánticos que se llamase Titanic. Lo de Baltar, es que sobran palabras: se ve que no hay problemas en Orense para que quiera enterrar el dinero de esa forma. ¿Si le da dinero a la Región, por qué no me lo da a mí?

Anónimo dijo...

Estou completamente con mnr no sentido de que agora non se pode demoler nada. O que sí indica a creación dos tres aeroportos é a loita localista. Sería moito máis operativo un bo e grando aeroporto en Santiago que 3 pequenos aeroportos.
A calquera madrileño lévalle tanto tempo chetar a Barajas como a nós desde A Coruña a Labacolla.
A idea de Tello non ten sentido ningún. Se as compañías marchan de aquí por algo será. E non imos crear con diñeiro público unha empresa que sexa deficitaria.
Tello está a deixarse levar polo coruñesismo rancio, polo mesmo que pide un bispado para A Coruña. O que non é de estranar pois non me parece que sexa unha persoa coas ideas demasiado claras.

Anónimo dijo...

Más allá de declaraciones pintorescas de algunos representantes públicos, el tema de las ayudas, las subvenciones o la creación de empresas públicas no deja de ser un tema central en las sociedades democráticas modernas. Primero, lo que habría que denunciar es la falacia neoliberal. Los neoliberales son aquellos pensadores que dicen que el Estado no intervenga, que el Estado desregule, que el Estado no intervenga, eso sí, en los mercados competitivos y que van viento en popa, pero cuando surge algún problema, algún desbarajuste, son los primeros en pedir la ayuda de papá Estado para que socorra sus empresas en crisis. La crisis financiera actual, donde varios gobiernos- Reino Unido y EE.UU-han tenido que salir al rescate de algún que otro banco en quiebra técnica, porque sino la cosa se pone muy fea para no sé qué intereses de la sociedad. La complejidad del sistema financiero internacional hace que ciertas entidades creen “nuevos productos” de alto riesgo y alta rentabilidad, cuya probidad no está ni mucho menos demostrada y entonces puede pasar lo que está pasando. Lo de alto riesgo es para nosotros; lo de alta rentabilidad es para ellos.

Aparte de la falacia neoliberal cuya coherencia tiene el grosor de un papelillo de fumar, está la tostada de la izquierda. La izquierda tiene dos malas conciencias: la primera tiene que ver con lo “poco” de izquierda que se sienten sus partidarios; la segunda, es que la izquierda tine en el fondo su corazoncito “liberal”, vamos que se sienten liberales o neoliberales avergonzados, con lo cual desregularán a troche y moche cuando la cosa vaya de vicio y socorrerán a troche y moche cuando la crisis golpee a las empresas. ¿Por qué subvencionar un periódico? ¿Por qué entrar con capital público en un medio de comunicación? La derecha lo tiene claro. Un medio de comunicación estará a mi servicio si voy y pago sus servicios, Baltar dixit. Y en eso estamos.

Anónimo dijo...

Pero la cosa no acaba ahí. Para empezar llueve sobre mojado. ¿Es qué acaso la Xunta no subvenciona generosamente periódicos gallegos? Sí, con Fraga y después de Fraga. El argumento fundamental que se afirma para que ocurra esto es el llamado “interés social” o el llamado “interés cultural”. En ambos casos se trata de una fatal falta de argumentos, pues son los gobiernos de turno (de izquierdas o de derechas) quienes deciden lo que es “interés social”, para justificar tamañas subvenciones. El problema, entonces, es que se hurta a la sociedad el debate de definir qué cosas son las que podrían definirse como de “interés social”. ¿Está tan disparatado Baltar? ¿Es tan psicodélica su argumentación? ¿Qué es el periódico La Región? ¿Por qué participar con dinero público en este medio de comunicación “distorsiona el mercado y tener una televisión pública como TVG no lo distorsiona? Tanto La Región como la TVG son medios de comunicación que sepamos. ¿Por qué sí uno y por qué no el otro? ¿Qué razones hay para tal discriminación? “Es que otras autonomías también tiene canales autonómicos de propiedad pública”, me dicen los chicos de la izquierda bienpensante-por cierto, tan parecidos a los de la derecha bienpensante-Ya, pero eso no es un argumento, digo yo, eso es una descripción de un estado de cosas. “Ah, pero lo de la línea Aérea de Tello es otra cosa”. “El mercado de las compañías aéreas está totalmente privatizado” No tanto, amigo, no tanto. Además, habría que decirle que los Ayuntamientos tiene empresas de transporte municipal, con capital público y generosamente subvencionadas… Por ejemplo la Compañía de Tranvías… de La Coruña. “Ah, pero no es lo mismo”, dice el nacionalista, el socialista y el pepero. Pero, vamos a ver, ¿no son una línea aérea o una compañía de autobuses o una compañía marítima medios de transporte?. “Ah, sí, pero el interés social…” Ah, bueno, ¿se te acabaron ya los buenos argumentos? Que yo sepa también el mercado de los medios de comunicación audiovisual-para entenderlos, las televisiones-está altamente privatizado. ¿No será como decía Lewis Carrol, que el problema, Alicia, es quién manda. Evidentemente mola mucho más más meter la mano del capital público en empresas como TVG-mucho más rentables electoralmente que un periódico provincial-que enredarse en minucias como La Región. Entonces, lo de Baltar más que psicodélico merece el adjetivo de cutre o alicorto.
En definitiva, mal construiremos una verdadera sociedad democrática si en algunos casos que el Estado intervenga significa “distorsión del mercado” y en otros, no muy distintos, se alegan razones de mercado, razones de interés social o razones de interés cultural, pues ni el mercado es un elemento “sacrosanto” ni las ”razones inconfesables” son siempre patrimonio exclusivo de los oponentes políticos, sean la derecha o los nacionalistas. En definitiva, dime qué subvencionas y te diré quién eres…

Anónimo dijo...

Viriato: comparto sustancialmente tus argumentos pero me gustaría hacer alguna matización. A mí enterrar paladas de dinero en la televisión pública solo me parece que está justificado si se presta un verdadero servicio público, vamos, culturizar y esas cosas o instruir deleitando o lo que se quiera: nada que ver con Superpiñeiro o Luar. Es decir, para mí el concepto de televisión pública está justificado si se quieren producir contenidos de calidad y, en principio, no comerciales ( o no directamente enfocados al comercio puro y duro, aunque luego puedan resultar vendibles) porque eso ya lo hacen las privadas más o menos bien. Es decir, ocupar el hueco que nunca van a ocupar los que utilizan solamente criterios de rentabilidad. Dejando a un lado si eso es lo que llevan a cabo la TVE o la TVG, que ya te anticipo que creo que no, resulta que en Inglaterra tienen la BBC1 y la BBC2 y no creo que el organismo equivalente a las Diputaciones (por cierto, creo que no existe ) se dedique a tomar participaciones en periódicos locales en situación de ruina, tipo "El Heraldo de Shropshire". Pero es que, además, no lo hacen porque es contrario al artículo 87 del Tratado de la CE, que dice “1. Salvo que el presente Tratado disponga otra cosa, serán incompatibles con el mercado común, en la medida en que afecten a los intercambios comerciales entre Estados miembros, las ayudas otorgadas por los Estados o mediante fondos estatales, bajo cualquier forma, que falseen o amenacen falsear la competencia, favoreciendo a determinadas empresas o producciones”. Acto seguido el propio artículo establece excepciones, como no podía ser menos, pero ninguna de las excepciones ampara reflotar una empresa concreta, sino, en su caso, ayudas justificadas a sectores enteros. Vamos, que evidentemente, compartiendo lo que decía Alicia ( la de Carroll), el problema es quién manda, pero hay formas y formas de mandar. Y de subvencionar.

Anónimo dijo...

No puedo menos que estar de acuerdo en gran parte de lo que dices. Evidentemente, creo que la TVG no responde a lo que yo entiendo por “interés social” o “interés cultural”. A mí particularmente, me “tiene” más “interés cultural” Canal Plus que TVG, que quieres que te diga. Por otra parte ante al argumento que la TVG “promociona a nosa lingua e a nosa identidade”, me deja más perplejo aún, porque no entiendo por qué no se promociona “por tierra, mar y aire”, es decir, por prensa, radio y tv-g-, a nosa identidade. Además, eso, de promocionar a lingua o a identidade, ¿no tendría que tener además algún tipo de actividad exportadora? Es decir, también venderlo en otros países-¿qué tal una TVG en Argentina?-Por otra parte, ya que Europa subvenciona con dos dólares diarios cada vaca europea-Stigliz dixit hoy-, ¿por qué no subvencionar una línea aérea? Yo que soy un europeísta convencido, creo que las reglas que dicta Europa son de obligado cumplimiento, pero, con la misma te lo digo, discrepo totalmente con la PAC.
Mi postura es ni La Región ni TVG. Para mí la TVG no responde más que “intereses electorales” del gobierno de turno. Como TVE, creo que ha avanzado considerablemente en el tema del pluralismo informativo, y no tanto en el tema del interés cultural o formativo, evidentemente me quedo con el modelo BBC. Pero si hiciésemos el listado completo de las empresas gallegas subvencionadas por la Xunta, el gobierno central o Europa, nos quedaríamos espantados, pues mucho me temo, que aquellas empresas o sectores económicos no subvencionados se cuentan con los dedos de la mano.
Otra cosa es que definamos en qué consiste el interés social. Por ejemplo, si el sustentar una línea aérea con fondos municipales significa hoteles llenos, nuevos bares y comercios, innumerables restaurantes y dos parques temáticos en La Coruña-y si la UE lo ve con buenos ojos y no se opone-, yo digo adelante con esa línea aérea-¿por qué no dos líneas aéreas, ya puestos?-.Pero, mucho me temo que eso no es muy “axeitado” con la realidad de los hechos. Un alto representante de la derecha francesa ha dicho recientemente que para el Estado Francés hay dos sectores estratégicos a los que no puede el Estado renunciar, el sector energético y el sector de la industria Aeronáutica -Ah bueno, en principio, me parece razonable la opinión de este ministro francés. Lo que no veo es a qué sector estratégico pertenece la TVG.
En resumen, sí a un Estado que interviene en la economía, siempre que haya razones de interés social o colectivo que haga que dicha intervención sea beneficiosa para la sociedad en su conjunto y esto sea debatido y aprobado por los parlamentos-no por los gobiernos-. Y si en este caso está la industria nuclear, o ciertas fuentes de energía o ciertas empresas cuya privatización supusiese una merma de derechos fundamentales o que impidiese la accesibilidad de ciertos productos o servicios necesarios a grandes capas de la población por fundamentalmente razones económicas. Ni el mercado es sagrado ni el Estado es sagrado. Sólo las personas y sus derechos tienen dicha categoría.

Anónimo dijo...

A Viriato y Anisakis:

Bastante de acuerdo con los dos, pero un matiz: nada tiene que ver una empresa de titularidad pública, o una subvención, a lo que proponía Baltar por ejemplo, que era algo discrecional.

Las ayudas públicas se fundamentan en una serie de requisitos iguales para todos y obedecen a una serie de necesidades estratégicas. La UE no ha prohibido todo tipo de ayuda pública, lo que se hizo fue circunscribirlas más a la pequeña y mediana empresa y a los mercados nacionales.

No hace falta que algo sea sagrado para que sea importante, pero en este caso lo importante no es tanto el método si no el objetivo (ambas cosas no se pueden confundir nunca). En este caso el objetivo es el transporte de ciudadanos, y que este sea accesible para todos.

A mi no me preocupa que todas las aerolíneas de Coruña sean privadas si a cambio sigue habiendo transportes de cercanías en Renfe, y regionales, con billetes de precio reducido, etcétera. Eso lo dijo en su momento Miguel Sebastián (que no es precisamente Bakunin) como clave para la movilidad laboral, unido a un mercado de vivienda de alquiler accesible. Estamos hablando también del turismo interior, estamos hablando de infinidad de cosas.

El problema entonces es si, privatizamos Renfe, y eliminan las líneas de bajo coste y solo dejan el AVE.

La movilidad laboral se iría a tomar por saco, el turismo interior igualmente se iría al garete, y la la movilidad de los ciudadanos en general, lo cual sí pondría en riesgo la capacidad de cientos de miles de ciudadanos para hacer viajes de media distancia con cierta regularidad.

El AVE no sirve para ir a León de manera regular, y mucho menos a Betanzos, ni está pensado para eso, ni ningún a chalado se le podría ocurrir tal cosa.

Además está la cuestión de que en este debate se está hablando del Ayuntamiento y como usar su propio presupuesto, y no es defendible que el Ayuntamiento de Coruña pretenda comprar una flota de 6 aviones, con combustible incluído, plantilla de pilotos y demás cuestiones, cuando hay necesidad más básicas en la ciudad que todavía no han sido cubiertas. Es un disparate.

El deber de la administración pública es garantizar la movilidad de los ciudadanos, pero no debe hacerse de una manera chapucera, asumiendo costes de una manera descoordinada entre niveles de la administración (Concello, Autonomía y Estado) y sin una buena planificación.

A Viriato, una aclaración:

La TVG ya se ve en Argentina, como en la mayor parte de Iberoamérica y en Europa.

Tu le preguntas a un emigrante suizo quien es Gayoso y saben quien es.

Saludiños.

Anónimo dijo...

Queridos compañeros: por no perder la perspectiva y no dispersarnos, todo lo que se haga para favorecer el transporte público es siempre muy poco, por razones medioambientales, económicas y, en suma, de sentido común. Otra cosa es que se considere que se favorece el transporte público creando aerolíneas, lo cual es puro delirio. Y, por cierto, como reflexión, en A Coruña tenemos deficiencias en materia de transporte público ( y no precisamente vía aérea) después de 25 años de gobierno socialista. En cambio, sobran estatuas.

Anónimo dijo...

Ahí diste en el clavo, amigo Anisakis, no existe una política de transporte público seria ni a nivel nacional ni autonómico ni local, y todo se resuelve con más y más carreteras o con bobadas como el tan manido puente entre Oza y Bastiagueiro, verdadera ocurrencia absurda que sólo servirá para colapsar la carretera de Santa Cruz, se ve que hay algunos políticos que llevan años sin transitar carreteras fuera del coche oficial, creo que hasta Busquets se cachondeaba de la ocurrencia del puentecito.