Parece ser que Gerardo Crespo, presidente de la asociación vecinal del Ensanche, está reclutando entre sus vecinos una milicia privada para proteger el descanso de los residentes en la zona, interrumpido en ocasiones por altercados que tienen lugar alrededor de los pubs cercanos.
También parece ser que Gerardo Crespo y su Grupo Salvaje no tienen muy claro eso de que en las sociedades modernas el monopolio de la seguridad pública- y de la violencia, llegado el caso- lo tiene el Estado, está regulado por ley y, por derivación, es competencia de la corporación municipal de turno, a la que tiene que exigir responsabilidades por vía legal y ordinaria si es que estos vecinos consideran que existe una dejación de esas funciones y responsabilidades por parte del órgano competente.
Pero Gerardo Crespo y su Patrulla de Orden Cívico parece que prefieren la opción de ejercer sus derechos por la vía más contundente y menos racional: autoproclamarse por la cara, decisión asocial donde las haya, vigilantes, jueces y verdugos, tomándose la justicia por su mano.
Esta Patrulla de ciudadanos probos y de orden tiene pensando formar pelotones en ambos lados de la calle Pintor Joaquín Vaamonde para dejar pasar solamente a quienes a ellos les parezca e impedir el paso a aquell@s a los que les desagrade su apariencia. Como la labor pública de estos vecinos no está regulada por ley y no han pasado ningún examen selectivo (como las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado) para detectar y cribar comportamientos y prejuicios disfuncionales a tiempo, y para someterse responsablemente- como funcionarios públicos- al marco jurídico vigente, pues no sería de extrañar que entre estas buenas gentes con bates de beísbol o similares nos encontrásemos todo tipo de prácticas abusivas, arbitrarias y discriminatorias pues ¿ quién nos garantiza que a mi amigo Jaid, Marroquí, no le van a dar la del pulpo cuando pregunte por qué a él no lo dejan pasar y al otro sí? ¿ O qué Gerardo Crespo, que aparece en alguna foto con sus flamantes tirantes rojigualdas, no me va a negar a mí la entrada a “su calle” simplemente porque llevo el pelo liso y largo y una cazadora con tachuelas y un parche de Megadeth o de la bicolor republicana? ¿ Y qué pasa si los del Agra o M. Alto también nos ponemos a ello y restringimos el acceso (calle reservada por derecho de admisión), según nuestros criterios y gustos, al resto del personal coruñés?.
Estas actitudes irresponsables y asociales siempre tienen los mismos perfiles psicológicos detrás: la de la solución más mala, la de la perpetuación de la violencia, del camino hacia el abismo, la del síndrome justiciero de C. Bronson en Yo Soy la Justicia.
Yo, para ver actuando a jaurías irracionales movidas por sus prejuicios y bajas pasiones, a émulos de León Degrelle en busca de su minuto de protagonismo que se saltan las leyes a la torera... y así acabar (estas cosas siempre acaban igual) asistiendo a linchamientos arbitrarios... pues me quedo en casa viendo LA JAURÍA HUMANA de A. Penn, disfrutando de ese enorme Chase(Marlon Brando) que defiende al inocente encarcelado(R. Redford) del hatajo de ciudadanos probos y de orden en busca de sangre y venganza a cualquier precio.
Eso, que no contéis con Jim Alegrías ni para eso ni para elegir a vuestro Coruñés del Año en ese previsible, hortera y elitista concursete con aspirantes de perogrullo( a ver cuando sale un@ de los Marineros candidato y no los Jove, Fontela y Vázquez de siempre).
Y que los de barrio también somos personas humanas, coño!!!!!!!