Quitar un enano para poner otro

En la urbanización de Vioño también se instalaron ayer los nombres de Napoleón Bonaparte, Revolución Francesa y Enciclopedia Francesa, justo en la víspera de la fiesta que conmemora en Francia la caída del Antiguo Régimen.” (La Voz de Galicia, 14/07/09).

Con estas ocurrencias es normal que la gente se rebote y caigan chuzos de punta. Pero vamos a ver, ¿de quién es la peregrina idea de ponerle una calle a Napoleón Bonaparte en la mismísima Coruña? No, no es una broma, es tal cual lo cuento.

Entre todos los hijos de puta -de los que abundan en nuestra historia- no podíamos encontrar otro que machacara al pueblo español con mayor inquina. Este fulano es el paradigma del canalla imperialista sanguinario y enfermo de poder que puso en jaque a toda Europa bañándola en sangre y miseria. Un asesino en toda regla. Solo Hitler o Stalin lo superan en número de víctimas. Ochocientos ochenta y cinco mil españoles fueron masacrados o murieron de hambre por culpa del enano francés. Cifras que superan a las de la guerra civil de 1936.

Recuerdo ahora los nombres de algunos héroes muertos por la libertad del pueblo español, muertos luchando contra el invasor Napoleón, muertos por nosotros, los que ahora vivimos: el insigne capitán D. Pedro Velarde y Santillán y el no menos valiente D. Luis Daoiz, Joaquín de Osma, Rafael Valbuena, César González, Juan de Azeco, Fernández de Mesa y tantos otros. ¡Qué pena no poder extenderse más! Si levantaran la cabeza y se dieran un paseo por el barrio de Vioño, ¿qué pensarían? Supongo que la vergüenza y la indignación se apoderaría de sus fantasmales corazones y escupiendo en la calle se volverían a sus tumbas. ¿Qué pensarían los masacrados el 2 de mayo, los fusilados el 3?

Me pregunto que pensará en la misma situación un vecino del actual Madrid, de Zaragoza, de Bailén. Ellos no olvidan quién es quién en la Historia de España, pero no se pueden volver a la tumba y dormir el sueño de los justos. Se la van a tener que tragar. ¿Volverán a llamarnos afrancesados?

Me dicen que esto no ha sido idea del Ayuntamiento, que algo han tenido que ver los Royal Green Jackets. Estos tíos son gente interesante, con sus uniformes, reproducciones de batallas, conocimientos enciclopédicos y pródigas publicaciones de nuestra historia. Si la idea es suya -y lo dudo mucho- habría que advertirles que tanto conocimiento debiera servir para algo positivo, incluso algo… como decirlo… algo más democrático. Ellos, mejor que nadie, saben como se las gastaba Napo y la sangre que le costó a España. Por eso no me lo creo.

Por otro lado, si bien los Green pueden hacer lo que se les ponga en la charretera y venerar a los héroes de uno y otro lado olvidando viejas ofensas y montándoselo como quieran, no pasa lo mismo con nuestra autoridad municipal. Es intolerable que nuestros mandatarios municipales obliguen al pueblo coruñés a sufrir la vergüenza de rendir homenaje al cabrón Bonaparte. Y encima al lado de la calle “libertad” o “fraternidad”, eso, la que nos trajo Napo y la que respetó en su propia nación. Para eso quitamos las calles a Franco. Incroyable!

Como es natural, nadie hará caso de lo que digo. Incluso alguno se ofenderá. Pero queda dicho. Aunque sea un gesto aislado, que sea en nombre de los que murieron por nuestra libertad en la lucha contra los invasores ejércitos napoleónicos. Y así, os dejo con una de las estrofas de la Marsellesa como gesto de confraternización con el Pueblo Francés.


Quoi! ces cohortes étrangères !
Feraient la loi dans nos foyers !
Quoi! ces phalanges mercenaires
Terrasseraient nos fiers guerriers ! (bis)
Grand Dieu! par des mains enchaînées
Nos fronts sous le joug se ploieraient !
De vils despotes deviendraient
Les maîtres des destinées !


(¡Y qué ! Sufriremos que esas tropas extranjeras
Dicten la ley en nuestros hogares,
Y que esas falanges mercenarias
Venzan a nuestros valientes guerreros?
¡Gran Dios! ¡Con las manos encadenadas,
nuestros frentes bajo el yugo se doblegarían!
¡Los viles déspotas llegarían a ser
los maestros del destino!)


Carlos Raya