Acabamos el año 2009 con un tema sin concluir pero claramente posicionado, con final bastante previsible. Me refiero a si se fusionan o no, finalmente, Caixa Galicia y Caixanova. Amanecimos el martes 29 de Diciembre con la noticia en la prensa, el Parlamento Gallego aprobaba, con los votos a favor de PP y BNG, la Nueva Ley Autonómica de Cajas de Ahorros que facilitará y señalará el camino para la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. El objetivo, según el presidente de la Xunta, no es otro que la reordenación de la dinámica financiera gallega, obligando a renovar el 75% de los órganos rectores de Caixa Galicia y Caixanova en el próximo mes de Marzo. Los socialistas se opusieron a su aprobación que, como señaló el portavoz del PSdeG, Xaquín Fernández Leiceaga, se trata de una ley "innecesariamente intervencionista en materia de obra social" advirtiendo del claro riesgo de que el Partido Popular pueda favorecer o aplicar políticas "clientelares”, al preverse la posible intervención en las decisiones sobre las concesiones de la obra social de las cajas de ahorro, la Consellería de Facenda (en las ayudas sociales, culturales o deportivas) corriéndose el riesgo de que éstas vayan "a estos municipios sí y a estos no", al concederse con su autorización o supervisión.
No obstante, el tema de la fusión de las cajas gallegas no es ninguna novedad. Ya por el año 2005 el anterior presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño afirmaba que “la fusión no era una opción que pueda proclamar un gobierno, pero sí algo deseable para el futuro (…) la unión de las dos cajas serviría para contribuir "todavía más" a fortalecer el tejido empresarial gallego y a mejorar la posición competitiva en el exterior.” Cuestión ésta que preocupaba a la Asociación de Usuarios de Banca puesto que los consumidores de banca gallegos rechazaban una fusión entre las dos cajas, porque "crearía una situación de monopolio" que reduciría sus derechos. Sin embargo, Touriño era partidario de la fusión por razones de dinámica financiera, mientras que el por entonces vicepresidente, Anxo Quintana, manifestaba que estas entidades financieras debían ser instrumentos al servicio del país.
Finalmente, la cuestión quedó en aparcada hasta el 2009. Allá por el mes de Julio, tras rumores sobre la posible fusión, se pronuncia Mariano Rajoy, contrario a la fusión de las cajas gallegas puesto que, entre otras cuestiones, "Si se fusionan Caixanova y Caixa Galicia, tendrán que cerrar un porrón de sucursales y poner en la calle a muchísima gente porque en la misma acera tienen oficinas las dos y, en cambio, si se fusionan con una caja de Baleares o Canarias, no tendrán que cerrar sucursales ni poner a gente en la calle", y en cualquier caso, si se produjese una fusión, que se realizase con una entidad fuera de la comunidad gallega. Asimismo Rajoy manifestaba que el futuro no pasa porque los políticos "estén en los asuntos de los créditos" y las actividades propias de las cajas, sino "por una despolitización mayor". Sorprende, por tanto, cuanto menos que, seis meses después, Núñez Feijoó olvidase las opiniones del líder de su partido y sea favorable a la fusión, sin tener en cuenta el coste laboral que tanto preocupaba a Rajoy ( obviamente las plantillas de las dos cajas en Galicia están duplicadas en todos los pueblos y ciudades, por lo que si se produce una fusión habría un excedente de personal considerable, ¿ ya no les preocupa esto? ) y no sólo esa despolitización que, por razones antes expuestas, no se ha cumplido, con un claro control sobre la obra social por parte de la Xunta, que se acaba de aprobar en el Parlamento con la nueva ley. No sólo eso, para quedar clara la postura del presidente de la Xunta, a principios de Diciembre se ratifica en su postura, descartando operaciones con entidades de fuera de la comunidad y asegurando que, de no llegar a un acuerdo con las cajas, vetará cualquier movimiento con entidades ajenas a Galicia.
Una interesante entrevista que se publicó en El Faro de Vigo a Enrique de Mulder - Experto en fusiones de cajas cuyo enlace adjunto http://www.farodevigo.es/galicia/2009/12/31/fusion-cajas-garantiza-solvencia-galleguidad-suma-resta/399507.html manifiesta que “en mi opinión, la fusión no es la mejor opción para asegurar la solvencia y la galleguidad. La búsqueda de una mayor fortaleza financiera, en el caso gallego, desgraciadamente no se soluciona fusionando sus cajas”. ¿ Alguien ha tenido en cuenta los pros y los contra o ha escuchado a personas expertas sin ningún tipo de interés político?.
Qué quieren que les diga, parece que se cumple aquello de donde dije “digo” digo “diego”. Es lo malo de las hemerotecas, la mente humana a veces es frágil pero lo escrito, escrito queda. Personalmente, si se fusionan o no las dos cajas, me es indiferente. A lo mejor es que soy una ignorante. Lo que veo, como ciudadano, como mero espectador como si de un partido de tenis se tratase girando la cabeza a ambos lados, según quien tenga la pelota y todo desde la grada, es que hay un claro interés político, estratégico y económico que nada tiene que ver con los ciudadanos y sus necesidades. ¿ Dónde está, en todo este engranaje de posicionamientos orientados claramente hacia el control de la entidad, el interés social?.
Me enerva encontrarme con una discusión en el Parlamento acerca del control de una entidad bancaria sin pensar en otras necesidades más acuciantes. Una de ellas, donde antes las entidades prestaban a diestro y siniestro sobre tasando inmuebles a fin de poder ampliar ganancias ( y “sobre tasando” significa apretando las clavijas a los tasadores para ampliar o inflar las tasaciones y así poder obtener préstamos al 130% del valor del inmueble, luego nos extrañamos de la crisis y de la cantidad de inmuebles sin vender o quiebras de constructoras) asumiendo riesgos sin pudor mientras incrementaban sus ganancias. Ahora, esas mismas entidades se repliegan hasta el punto de no conceder préstamos salvo a los que tienen dinero y no a quién lo necesita, y no digamos si uno desea montar una empresa o la cantidad de Pymes que han tenido que echar el cierre a causa de la no concesión de líneas de créditos. Cobran comisiones bancarias por cuentas de menos de 600 euros, esto es, a los que menos tienen (¿es ésta la obra social?).
Mientras tanto, los políticos preocupados por la fusión o no de estas entidades. No he visto a nadie defender en ese Parlamento los derechos e intereses de los ciudadanos o los consumidores, ni hayan alzado la voz preocupándose por un monopolio que, visto el cariz que esto está tomando, es más que evidente. Ni se han escuchado advertencias de estos llamados entendidos. Una vez más, dependemos de quien maneja el poder, que es lo que interesa. Quien maneja el dinero, tiene el poder, o viceversa. Lo de menos, los ciudadanos.
Eva Martínez Acón